Tropiezo definitivo del Gijón

04 may 1976 - 00:00CEST

El hecho de que hubiesen, adelantado sus encuentros los cuatro equipos que marchan al frente de la tabla dejó el interés de la jornada del domingo traducido a la lucha por evitar el descenso. Lo que más destaca es la derrota, del Gijón en su propio campo, que le hunde de forma prácticamente definitiva. El Oviedo, que empató en Las Palmas, y el Elche, que venció con facilidad en su campo, esperan salvarse aún a costa del Granada, al que el Valencia derrotó en partido también adelantado al sábado.

Se hundió el Gijón

Pésimo partido del Gijón, sin duda abrumado por los nervios. Antes del cuarto de hora de juego se adelantó el Salamanca en el marcador, y los asturianos ya jugaron todo el partido como desesperados, sin orden ni precisión. El juego tranquilo de los salmantinos redujo todas las ofensivas del Gijón, que ahora se ve muy cerca del descenso.

Renace la esperanza del Oviedo

Mal partido en Las Palmas, donde el Oviedo puso en práctica un fútbol completamente destructivo. Se limitó a encerrarse en su área y a frenar todas las acciones de Las Palmas que, por otra parte, no se mostró inspirado en la creación de juego. El resultado final es justo, porque ningún equipo marcar.

El Elche lo hizo todo bien

Fiesta por todo lo alto en Altabix. El juego del Elche fue quizá el de mejor calidad que ha practicado en toda la temporada. Todas sus líneas funcionaron a la perfección y pudo hacer más goles de no haber mediado la excelente labor de Paco y, en alguna ocasión, los postes. El público celebró con tracas este triunfo, que aún puede salvar al Elche del descenso.

Pésimo encuentro en Sevilla

Mal encuentro el disput.ado en Sevilla entre el Betis y el Hércules, dos equipos que ya lo tienen todo conseguido en la competición. No hubo calidad ni tampoco emoción. El Hércules se parapetó en su área, dispuesto a arrebatar un empate sin goles. Anzarda consiguió el único del partido cuando ya se acercaba el final.

Espectáculo y goles en Atocha

Bonito espectáculo en Atocha, en especial durante la segunda parte, en la que ambos equipos se lanzaron decididamente hacia el gol, lo que propició las jugadas de peligro en ambas puertas. El público ovacionó repetidamente a ambos equipos. Por ocasiones de gol, el tanteo pudo ser mayor.