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Sinner impone su ley ante Djokovic y conquista Shanghái

El número uno priva al serbio de su 100º título (7-6(4) y 6-3 (en 1h 37m) y conquista su séptimo título de la temporada, abrillantando su año y reafirmando su jerarquía

Sinner Masters Shanghai
Sinner, este domingo durante la final de Shanghái frente a Djokovic.Tingshu Wang (REUTERS)
Alejandro Ciriza

Levanta Novak Djokovic esa bandeja plateada a regañadientes, extraño eso de ver al serbio con otro metal que no sea el oro entre las manos. Esta vez, domingo, Shanghái y con Roger Federer de lujoso espectador, es propiedad de Jannik Sinner, una máquina imparable que sigue, sigue y sigue. Suma otro título el italiano, séptimo en esta temporada de imperial explosión, y refuerza la idea de que hoy por hoy, después de ese intervalo de alternancia entre Nole y Carlos Alcaraz, él es el indiscutible líder del momento: 7-6(4) y 6-3 (en 1h 37m). Gana de nuevo, celebra su cuarto Masters 1000, tercero del curso, y pone más tierra de por medio respecto al inmediato perseguidor, el murciano, que pinchó en los cuartos frente a Tomas Machac y comenta con el genio suizo lo impresionante de ese golpear sin tregua por parte del pelirrojo: más y más puñetazos al saco, más y más martillazos, más y más bolas dentro, a cada cual con un punto más de filo y de velocidad. Así que termina bajando los brazos el serbio, un romántico rebelde de 37 años.

En la semana del adiós de Rafael Nadal, el balcánico ha reivindicado el oficio de la vieja guardia con un punto de melancolía. Alza la vista y enfrente ya no ve a las viejas referencias, sino que va encontrándose una y otra vez con los dos nuevos dominadores, frescos, lozanos y con dos ametralladoras en los brazos. Chocó con Alcaraz en la final de Wimbledon y lo hizo con Sinner en las semifinales de Australia; ahora también en China, donde se corrobora la determinada ascensión del italiano. Ha rendido al campeón de 24 grandes en cuatro de los cinco últimos pulsos entre ambos y se expresa como si nada hubiera pasado, con un tono igual de neutro que su gestualidad en la pista: es de carne y hueso, pero en ocasiones no lo parece. Cierra el episodio con un ace y transmite comedido: “Es complicado decir el secreto para vencerle, porque no tiene debilidad alguna. Simplemente se trata de creer. Es una leyenda, así que estoy muy feliz. Ojalá podamos verte el máximo tiempo posible en estas rondas finales, Novak”.

Pese a lo dicho, se han empeñado él y Alcaraz en que el de Belgrado coja la puerta de salida y el veterano se resiste. Logrado el oro olímpico, anhelo primordial para él en este 2024, todo lo demás parece simple aderezo, aunque la derrota le escuece porque quería dejar otra huella en Shanghái y alzar el título 100. Sin embargo, al otro lado se ha encontrado con una suerte de clon que se desempeña como un robot, actualizado y que además le sacude a la pelota con más violencia. “Demasiado fuerte, demasiado rápido”, precisa Nole, que venía con algunos problemillas físicos de la noche anterior y aun así ha resistido al ritmo en el primer parcial. En la continuación, sin embargo, mera inercia. En cuanto Sinner entra en calor desde la línea de fondo, más que difícil lo de frenarle, de modo que certificado el break, para 3-1, su adversario va asimilando y aceptando que va a ser imposible lo de darle la vuelta. Demasiado trote estos días y 14 años de diferencia entre uno y otro. Se ha cerrado una época y la nueva tiene prisa por asentarse.

Juega Sinner e Italia, tierra de calcio y de motor, se pone delante de la televisión. Así lo transmiten los estudios, que reflejan un crecimiento en la popularidad de 18 puntos respecto a 2016; del 21% a un 39%, situado el deporte de la raqueta únicamente por detrás del fútbol, 53%, según indica Sporte Finanza. Presume el país transalpino de estrella, pese a que siga ahí la sombra del dopaje. La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) recurrió la absolución al Tribunal Internacional de Arbitraje Deportivo (TAS) a finales de septiembre, y ahora quien se expresa y lamenta es el fisio despedido, el del masaje sin guante y la crema que presuntamente contaminó al tenista. Se muerde la lengua Giacomo Naldi: “Ojalá pudiera contar todo lo que pasó, pero no puedo porque el caso no ha terminado. Espero que tarde o temprano pueda contar lo que pasó para ofrecer algo de luz, porque las interpretaciones actuales me dejan a mí como el único culpable, pero no es así”.

Federer y Alcaraz, durante la final.
Federer y Alcaraz, durante la final.ALEX PLAVEVSKI (EFE)

Entretanto, como si nada le perturbase ni nada pudiera derribarle, Sinner continúa ejerciendo, triunfando y abriendo hueco, destacándose gracias a una mentalidad a prueba de bombas. Él (23 años) y Alcaraz (21) se han repartido este año el botín de los grandes, pero en términos globales el número uno ha sido más fuerte. Ha levantado siete trofeos, por los cuatro que ha logrado el de El Palmar, y gracias a este último en Asia totaliza 17, uno más que su socio generacional. Su renta asciende ahora a 4.800 puntos, por lo que abrirá 2025 al frente del pelotón, sabiendo que su capacidad de intimidación ha aumentado exponencialmente y que solo el español le tiene tomada la medida; en los tres cruces entre ambos este año, Indian Wells, Roland Garros y la reciente final de Pekín, 3-0 favorable a Alcaraz, que advierte un salto mental considerable en el italiano y, por tanto, un desafío aún mayor. Se resigna a un costado Djokovic, que de haber vencido hubiera roto la barrera que solo franquearon Jimmy Connors (109 laureles) y Federer.

“Creo que es la primera vez que he jugado delante de ti, así que tenía un poco de presión hoy…”, bromea el serbio después de un duelo tan intenso como plano; pocas puertas abiertas, acaso un par de rendijas para el ganador, aprovechada una de ellas, y ninguna para el vencido, que se marcha satisfecho. “Mi nivel de tenis ha sido realmente bueno en este torneo, probablemente el mejor en cuanto a juego y sensaciones después de los Juegos. Creo que he jugado bastante bien, así que eso me da una razón para creer que todavía puedo competir contra estos chicos, que ahora son los mejores”, señala. “El 100 es un bonus, así que voy a seguir intentándolo. Tengo planeado jugar la próxima temporada y veremos hasta dónde puedo llegar”, agrega, antes de referirse al campeón: “Tiene todos los golpes. Me recuerda a mí en cuanto a ese tenis de ritmo tan alto. Lo que ha hecho este año es impresionante”. Por su parte, asiente y agradece Sinner, convertido en el muro más sólido de la actualidad pese a la amenaza de fondo de la AMA.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.
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