Lamentos, reconocimientos a España y un saludo robado a Infantino
La meta Earps reivindica el hecho de llegar a una final, Wiegman apunta que España “fue mejor” y Lucy Bronze evita saludar al presidente de la FIFA en la entrega de trofeos
La futbolista que se quejó con amargura de que no es posible comprar su camiseta se llevó el galardón a la mejor guardameta del Mundial. Mary Earps tiene agallas, las suficientes como para denunciar que la poderosa multinacional que viste a la selección inglesa decidió que no resultaba rentable comercializar su camiseta. Ahora los directivos de Nike tienen sobre la mesa más de 50.000 firmas que se lo reclaman. Como tantas otras mujeres, empezó a jugar entre hombres. Ya entonces callaba bocas: la primera vez que se puso bajo palos en un partido federado detuvo un penalti. Este domingo detuvo uno en un Mundial.
La acción tuvo su miga porque a la vista de las imágenes quedan dudas sobre si los dos pies de Earps se habían despegado de la línea de gol antes de que lanzase el penalti Jennifer Hermoso. Pero el juego prosiguió y la meta inglesa creyó que todo podría virar entonces a favor de su equipo. “Sentí que era un momento que nos iba a dar un impulso, pero no lo logramos. Siempre trato de hacer mi trabajo, pero lo realmente importante es el resultado del equipo”, explicó. “Poco después, Greenwood sufrió un golpe en la cabeza y el partido se paró”, recordó la entrenadora Sarina Wiegman. Pero entre lamentos, nadie en Inglaterra realizó una enmienda sobre el resultado del partido. “España ha sido mejor”, concluyó Wiegman, que tras 29 partidos oficiales con Inglaterra conoció su primera derrota y ya suma dos consecutivas en sendas finales de un Mundial. En 2019 cayó al frente de Países Bajos ante Estados Unidos. “Nos sentimos mal, pero hay que felicitar a España. Han hecho un gran torneo y en la final fueron superiores”, abundó Wiegman, que maniobró ya en el descanso con un cambio tanto de jugadoras como de disposición táctica en busca de soluciones que no llegaron, por más que sintiese que su equipo mejoró. “El 4-3-3 nos dio un impulso en la segunda parte. En general fue un partido muy bueno, muy abierto, con dos equipos queriendo jugar al fútbol”, valoró. En la línea de la seleccionadora abundó Emma Hayes, la entrenadora del Chelsea que sueña con entrenar algún día a España y que comentó desde Sídney el partido para el canal británico ITV. “Sería muy fácil hacer otro tipo de comentario más emocional, pero ha ganado el mejor equipo”, zanjó.
Pero Earps tenía una visión más cruda: “Situaciones como jugar una final así no suelen ocurrir muy a menudo y estoy convencida de que lo recordaremos, pero estamos devastadas. Somos competitivas y vinimos aquí para ser campeonas, pero cuando pasen un par de semanas miraremos atrás y sentiremos orgullo. No es poca cosa llegar a una final del Mundial”, deslizó la guardameta. Tampoco la capitana Millie Bright quería paños calientes: “Nunca nos rendimos. Volveremos, pero esto es difícil de aceptar. Tuvimos ocasiones, lanzamos un balón al larguero, pero ellas metieron un gol y se llevaron la copa”.
Sentada en el banquillo, la jugadora del Barcelona Lucy Bronze lloraba amargamente tras la entrega de trofeos. Poco antes había recogido su medalla de subcampeona de manos de Gianni Infantino, pero declinó estrechar la mano del presidente de la FIFA, que esta semana había pedido en Sídney a las mujeres futbolistas que eligiesen “las batallas correctas”. Bronze se derrumbó y allí acudió Ona Batlle a consolarla. La imagen tiene todavía más fuerza si se considera que las dos laterales diestras de ambos equipos competirán por el mismo puesto la campaña venidera en el Barcelona.
“Es descorazonador y muy difícil ver a otro equipo celebrar algo que es tu objetivo, pero sé que hemos sido durante estos días una inspiración para mucha gente y seguiremos adelante rompiendo barreras”, explicó Georgia Stamway, autora del gol inglés que eliminó a España de la última Eurocopa. “Será un largo y difícil viaje de vuelta a casa, pero tenemos que reflexionar y volver con fuerza para competir de nuevo”, apuntó la zaguera Jessica Carter. Quizás la lectura de esta aventura mundialista en las antípodas esté, más allá de la energía que ofrece la victoria, en su capacidad transformadora. Así lo expresó la excentrocampista Fara Williams, la persona que más internacionalidades acumula con una selección inglesa de fútbol, invitada a comentar el partido en la BBC: “Los niños permitirán que las niñas jueguen con ellos al fútbol en los recreos. Esa es la diferencia que marcaremos con lo que ha sucedido estos días”.
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