Jorge Vilda: “Si era necesario lo ocurrido para ganar, lo damos por válido”
El seleccionador no obvia en los festejos el turbulento año vivido en la selección mientras se desata la alegría en el vestuario de España: “No me lo esperaba ni en los mejores sueños”, dice Cata Coll
Acabó el encuentro y las jugadoras de España saltaron al campo como un resorte, un estallido de felicidad, una eclosión de orgullo, jarana y alborozo, la fiesta de las fiestas. Las hubo, casi todas, que rompieron a llorar, caso de Cata Coll. Jenni Hermoso y Alexia se cambiaron las camisetas —”era un tributo de la una a la otra, sentir que es parte de nosotras, también de Irene Paredes, que estamos desde el principio”, deslizó Hermoso— al tiempo que Aitana, elegida MVP del Mundial (Salma la mejor joven y Earps la mejor portera) se acercaba a la grada para participar del aliento de los cerca de 1.000 aficionados españoles. Misa saltaba con la bandera de Canarias, y Tere cogió un micro para cantar Cumpleaños Feliz a su madre. “¡Somos campeonas del mundo!”, gritaban todas. Vilda, por su parte, reunió a todas al final del partido: “Les he dicho que el otro día pusimos de pie al país y ahora lo hemos sacado a la calle, que millones de personas han disfrutado y que hay que celebrarlo. Que han hecho historia, que son eternas y que han puesto una estrella en el pecho para siempre”.
Sucedió, en cualquier caso, que España ya empezó con ventaja la final. La federación tenía preparada una sorpresa al equipo que se destapó justo después de la charla del seleccionador Vilda en el hotel, cuando de repente se abrió una cortina y tras ella aparecieron todas las familias, personalidades, presidentes de las territoriales... “¡Vamos España!”, se gritó y cantó. “La federación nos ha hecho muy felices”, reconoció Alba Redondo. “Ha sido determinante, nos hemos emocionado y en el bus solo pensábamos en ganar para brindar esa alegría a la familia y al país”, se sumó Olga, goleadora que entró a la sala de prensa como MVP al grito de: “¡No me dejáis celebrar, cabrones!”. Salma Paralluelo, elegida mejor joven del Mundial dijo sentirse “súperfeliz”. Y añadió: “Sabíamos que no iba a ser fácil, pero esta Copa del Mundo tenía que ser nuestra, nos la merecíamos, es un sueño de todas y de todo un país. El vestuario es una locura, hemos hecho historia y esto es grandioso”.
La fiesta real llegó cuando la colegiada señaló el final, todas en trance. “No me lo esperaba ni en los mejores sueños. No sé, creo que he ganado algo…”, bromeó Cata Coll. “No soy muy consciente de lo que he hecho ni la que hemos liado, supongo que cuando lleguemos a España lo veremos”, se sumó Olga. “Son muchas sensaciones. Es fácil decir campeonas del mundo, pero muy difícil conseguirlo”, añadió Jenni, que subió un tuit reivindicativo: “Estaba retirada y gané la Copa del Mundo”. Paredes le dio la razón: “Es algo brutal, sabíamos que podía llegar pero ha costado mucho”. Como los enredos con las jugadoras que acusaron en su día a la federación y al técnico de falta de profesionalidad. “Si era necesario lo que ha pasado durante este año para ganar el Mundial, lo damos por válido”, convino el técnico Vilda, que recordó la primera conversación con Rubiales hace cinco cursos: “Ahora estamos a la cabeza. Él me pidió eso, que estuviéramos a la vanguardia. Pedimos condiciones para las jugadoras, para el staff y no se nos ha dicho que no. Así es más fácil conseguirlo, pero es difícil de mejorarlo”.
A escasos metros del jolgorio español, las inglesas trataban de contener las lágrimas. Deportivas, cuando subieron al estrado para recibir la medalla, se la quedaron en el cuello y hasta agradecieron el aplauso generalizado del público, igual que se lo devolvieron a España camino de alzar el trofeo. En esas Rubiales abrazó a todas y a Jenni, en un momento de emotividad, le dio un pico, hasta que Ivana, la capitana, levantó el trofeo al tiempo que comenzaba un espectáculo de juego pirotécnico y cañones de confeti.
A la celebración se unió la reina Letizia y la infanta Sofía. Pero la fiesta, decían todas, solo acababa de empezar, pues el equipo partía horas después para España. “Espero que en las 24 horas de vuelo no duerma ni dios”, apuntó Jenni. “La noche va a ser muy larga”, agregó Olga. “La fiesta será en todos lados, que nadie lo dude”, se sumó Cata. No es para menos, España es la campeona del mundo.
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