España - Inglaterra: La eficacia competitiva contra la excelencia táctica
La final de este domingo representa la evolución del juego en los últimos años, donde las dos finalistas tendrán la oportunidad de conquistar el mundial por primera vez
Si alguien me dice hace 18 años, cuando comencé mi aventura en el fútbol femenino, que hoy estaría en Sídney escribiendo estas letras el día previo de la final del Campeonato del Mundo femenino de fútbol que jugarían España contra Inglaterra, que yo sería el seleccionador nacional de Escocia después de haber trabajado en España, EE UU, Francia e Inglaterra y de entrenar a equipos como el Arsenal o ganar títulos en diferentes países, no me lo hubiera creído. La realidad supera muy a menudo cualquier destino donde la imaginación nos pueda llevar.
El plan estratégico de la Federación inglesa iniciado en 2012 para la profesionalización del fútbol jugado por mujeres y creado con el claro objetivo de ganar títulos a nivel de selección nacional senior dio sus frutos el verano pasado, cuando tras la llegada de Sarina Weigman, la exitosa seleccionadora holandesa que ya consiguiera ganar la Eurocopa de 2018 con Holanda, Inglaterra puedo ganar el título europeo después de tantos años de esfuerzo, inversión y trabajo sin descanso. El país, como anfitrión, organizó un torneo impecable desde el punto de vista estratégico, comercial y logístico que culminó con la victoria de las leonas en una final donde una de las jugadoras de mi época en el Arsenal, Chloe Kelly, marcaba el gol de la victoria. Aquello quedará para la historia.
La final de este domingo representa la evolución del juego en los últimos años, donde tanto España como Inglaterra tendrán la oportunidad de conquistar el mundial por primera vez.
Inglaterra es un rival que ha demostrado una cualidad por encima de todas: la capacidad de competir; además de una cohesión de grupo excelente, generada por la gestión de Sarina, y unos niveles de confianza y de unidad como grupo inigualables. Tienen mentalidad ganadora, capacidad de atacar directo y hacer daño con transiciones rápidas y a través de centros; también una solidez defensiva basada en niveles altos de concentración y en simplificar las tareas tácticas a través de un trabajo colectivo excelente.
Tradicionalmente, han usado una disposición táctica de 1-4-3-3; pero tras las importantes ausencias por lesión de la capitana Leah Williamson y la delantera Beth Mead y al no encontrar durante los primeros partidos de la fase de grupos del mundial su mejor versión en el juego, han cambiado a una disposición de 1-3-5-2. Juegan con tres defensas centrales. Esa es la mayor debilidad del equipo inglés en su fase con balón y España deberá aprovecharla presionándoles y forzándoles a tomar decisiones con el balón; eso provocará errores que se podrán transformar en buenos momentos para España, para poder encontrar espacio a la espalda de las defensas inglesas.
Las dos carrileras Lucy Bronze y Rachel Daly destacan por su capacidad física y su proyección ofensiva. Jugadoras muy experimentadas, pero que dejarán espacios para aprovechar durante la fase ofensiva. Otro momento para España para sacar ventaja táctica. Además, la portera Mary Earps domina el juego aéreo y con los pies, pero tendrá problemas con centros muy pasados y lanzamientos de larga distancia para modificar su posición, como ya pasó durante el torneo.
Las tres centrocampistas, Keyra Walsh, Georgia Stanway y Ella Toone, son jugadoras tácticamente correctas y entienden muy bien los momentos para correr a la espalda, pero están lejos del nivel del centro del campo español. Mientras que las dos delanteras de referencia, Alessia Russo y Lauren Hemp, son muy verticales e intentarán explotar cada oportunidad de correr a la espalda de las centrales españolas. Hemp es rapidísima, pero su posición natural es la de extremo, sin embargo, Alessia Russo es muy efectiva de cara a gol.
Sarina tendrá que decidir si incluir a la joven talentosa Lauren James, que vio tarjeta roja y estuvo sancionada dos partidos, pero que participó en la mayoría de los goles de Inglaterra en este torneo. Lauren es una jugadora creativa capaz de crear situaciones por sí misma para ganar partidos. Desde su etapa en el Arsenal cuando tenía 14 años ya destacaba como una jugadora excepcional de futuro.
Otras soluciones desde el banquillo a nivel ofensivo pueden ser Chloe Kelly, jugadora muy vertical que domina las dos piernas y es capaz de aportar al equipo desde el banquillo y rendir bajo presión sin problema, como ya demostró previamente. Aparte de Chloe, el resto de opciones como Jordan Nobbs, no han sido utilizadas frecuentemente durante el torneo por lo que las opciones de Sarina son bastante limitadas.
La lectura táctica de la cita es muy sencilla: España jugará el partido de la excelencia táctica con balón y el ataque posicional e intentará romper la estructura defensiva de Inglaterra. Tendrá el balón, pero deberá ajustar muy bien las vigilancias defensivas ante la perdida de balón y el pressing tras perdida, ya que este será el momento de Inglaterra para correr a la espalda de las centrales, el mayor peligro de las inglesas junto con los centros laterales y el balón parado.
Lo creamos o no, España es mejor equipo que Inglaterra y si es capaz de encontrar su mejor versión, tendrá muchas posibilidades de hacer historia y ganar su primer mundial femenino, algo que ni en sueños hubiéramos imaginado hace unos años. La Roja podría ser la vigente campeona del mundo Sub-17, Sub-20 y Senior, algo histórico que nadie ha conseguido antes y que refleja el trabajo de muchos años de muchas jugadoras, entrenadores y clubes. Hagamos historia mañana. ¡Vamos, España!
Pedro Martínez Losa es entrenador de fútbol y seleccionador del equipo femenino de Escocia.
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