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Marc Márquez vuelve a ganar y logra su primera victoria al ‘sprint’ con Ducati en el GP de Aragón

El ocho veces campeón del mundo llevaba dos años y nueve meses sin subir a lo más alto del podio, de largo la peor sequía de su trayectoria. Martín, segundo, recupera el liderato del Mundial

El piloto del equipo Gresini Marc Márquez celebra su pole en el podio del circuito MotorLand de Alcañiz (Teruel).
El piloto del equipo Gresini Marc Márquez celebra su pole en el podio del circuito MotorLand de Alcañiz (Teruel).Pablo Morano (REUTERS)

Marc Márquez sabía que tenía una oportunidad única y la tomó de forma imponente. El 93 firmó una actuación perfecta para volver a saborear las mieles de la victoria este sábado en el GP de Aragón de MotoGP y llevarse la primera sprint de su trayectoria en Motorland, un circuito talismán donde había ganado en seis ocasiones en el pasado. Y como antaño, nadie pudo con él, una sensación que hacía mucho tiempo que el ocho veces campeón del mundo no destilaba sobre la pista. Dominó a placer, de cabo a rabo, superando en 2,9 segundos a Jorge Martín, el primero del resto y nuevo líder del Mundial tras el descalabro de Pecco Bagnaia, noveno en meta a más de 20 segundos del ganador de la carrera después de quedarse clavado en la salida y no encontrar el ritmo en la prueba.

Al final de esas 11 vueltas, el 93 se levantó de la moto, como cuando arrasaba en el pasado, y se golpeó repetidas veces el pecho con el puño prieto cuando cruzo la línea de meta. Sacó toda la alegría contenida, por fin se dejó llevar por aquella sensación que apenas era un recuerdo lejano. Ganar, y de qué manera. Sin ceder un metro en la primera curva, tirando más que nadie pero sin rebasar los límites en una pista delicada tras el reciente reasfaltado. Su sonrisa de oreja a oreja, en el podio, hablaba por si sola. Llevaba dos años y nueve meses sin ganar una carrera en la categoría reina, y el triunfo le sirve como bálsamo después de cuatro años de calvario por culpa de las lesiones —han pasado poco más de cuatro años desde que se fracturó el húmero por primera vez, en julio de 2020 en Jerez, cuando empezaba un año en que parecía que iba a arrasar— y tras una profunda crisis deportiva junto a Honda tras su larga recuperación. También es la confirmación definitiva de que puede situarse al nivel de los dos referentes de la categoría y Ducati, Martín y Bagnaia, y de que su plan ha funcionado.

Año y pico después de haberse llegado a plantear la retirada, harto de encadenar trompazos encima de la máquina indomable de los japoneses, Márquez ratificó con esta victoria, su séptima en el trazado, su apuesta de abandonar la marca de su vida, el mejor contrato de la parrilla y su familia dentro del paddock. Todo ello recalando en una estructura satélite, el Gresini Racing, donde ha encajado como un guante, a pesar de que su vínculo será fugaz. El movimiento, al fin y al cabo, le ha permitido subirse a la moto que sigue marcando el paso, la misma que ya ganó aquí en las dos últimas ediciones del gran premio y la misma que elevó a Bagnaia, su futuro compañero de equipo, con su segundo título en la categoría reina el curso pasado.

“Me siento muy bien, es increíble conseguirlo delante de esta afición, tan cerca de casa”, comentó desde el podio. “Sabe bien, pero solo es un sábado. Es lo primero que le he dicho al equipo, pero ellos me han hecho ver que por algún sitio se empieza, y que se trata de ir dando pasos”, añadía. Márquez, inconformista, ya pensaba en rematar la faena este domingo, la carrera más complicada y la que más cuenta. Clavar la salida e imponer su mejor ritmo deberían bastarle, pero en MotoGP y especialmente dentro de Ducati todos pueden analizar sus datos para intentar contestarle. “He querido estudiar al máximo a Marc, porque va mucho más cómodo que el resto. He intentado salir bien para poder seguirle dos o tres vueltas. Es superior, pero quizás con las gomas medias se igualan más las cosas”, decía Martín. Bagnaia, a su llegada al garaje, se encaró con el técnico de Michelin, echándole en cara que era el segundo neumático defectuoso que le tocaba este fin de semana. “Esto no puede pasar y está fuera de nuestro control”, lamentaba amargamente.

Márquez ha dominado a placer todas las sesiones disputadas hasta el momento, superando por casi un segundo al resto de la parrilla en la cronometrada para firmar su octava pole position en el trazado. El segundo en parrilla, el novato Pedro Acosta, quedó a ocho décimas del catalán, el margen más abultado en una clasificación en seco, en MotoGP, desde que Casey Stoner le sacó más de un segundo a Dani Pedrosa en Valencia 2011. Hacía tres años, precisamente en otro circuito talismán para él como Austin, en Texas, que el 93 no era capaz de dominar las dos sesiones del viernes con puño de hierro. De hecho, desde el GP de Japón de 2019 no firmaba una primera plaza en una clasificación en seco. Este año, en Jerez, aprovechó la lluvia para estrenarse en la pole con Ducati, una posición que luego aprovechó para mantener un bonito duelo con Bagnaia en la carrera larga y firmar su primer podio con los italianos un domingo.

El triunfo de Márquez llega a los tres meses de dar el golpe maestro para completar su ambicioso plan, que le ha llevado a ocupar el asiento más codiciado de la parrilla en 2025 y 2026 junto al actual defensor de la corona. Él mismo ya deslizó que esa fue su mayor victoria este año, además de haber recuperado sensaciones y volver a sonreír encima de la moto. Convencidos a nivel interno por la telemetría y las implicaciones a nivel de marketing de su figura, la victoria del 93 refuerza los argumentos esgrimidos por la plana mayor del equipo oficial de Ducati para llevar al catalán a su garaje, una decisión que provocó la fuga de grandes talentos como Martín o Enea Bastianini a fábricas rivales.

Marc Márquez, en cabeza, durante la prueba.
Marc Márquez, en cabeza, durante la prueba.Pablo Morano (REUTERS)

La plena adaptación de Márquez a la Desmosedici ha llegado tras 12 grandes premios subido a una máquina completamente opuesta a la Honda, con la que había corrido en sus 11 temporadas previas, desde su desembarco en la categoría. Bagnaia, en su día, tardó 42 carreras en subirse a lo más alto del podio, precisamente en este mismo escenario y doblegando al catalán después de un precioso duelo a cuchillo. Todo indica que ambos mantendrán muchas batallas de aquí en adelante, y es que por ahora nadie puede toserle a las Ducati. Martín, por su parte, logró ganar encima de la montura italiana en la sexta cita, cuando era debutante en MotoGP en 2021.

El nuevo miembro de la familia ha tardado, añadiendo las ‘sprint’ a la cuenta, 23 carreras en volver a sentirse ganador en la categoría reina. Aunque a nivel estadístico no computa –el libro de récords solo incluye las carreras del domingo y sitúa las cortas del sábado en un capítulo aparte–, este triunfo le da otro empujón en su misión de volver a sentirse contendiente por el título. Hacía 1.042 días, desde el GP de Emilia Romaña en octubre de 2021 –traducidos en 84 carreras para un tipo que ha ganado 85 en todas las categorías–, que el catalán no se llevaba una victoria sobre el asfalto, de largo la peor sequía de su trayectoria.

Como pedía la ocasión, el 93 lo celebró a lo grande en un circuito que es como su segunda casa. Su pueblo natal de Cervera (Lleida), y por ende su club de fans, están a tiro de piedra de un circuito donde siempre han asistido en masa los devotos del ocho veces campeón del mundo. Este domingo (14.00 horas, DAZN), Márquez buscará redondear el fin de semana y romper, de paso, la maldita cuenta de las victorias en domingo. “Si no ocurre no se terminará el mundo”, relativizaba. “Me siento liberado con cómo está yendo este año, más que por esta victoria en concreto”. La oportunidad, sin embargo, es inmejorable. Tras pasar meses agazapado, rebajando el suflé, el catalán ya no se esconde ni puede esconderse. Está para ganar, aquí y ahora, de nuevo, un gran premio de MotoGP.

Marc Márquez celebra con sus compañeros de equipo la pole, este sábado.
Marc Márquez celebra con sus compañeros de equipo la pole, este sábado.Pablo Morano (REUTERS)

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