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Del ‘All in’ de Marc Márquez al ‘All in’ de Ducati

La decisión de apostar por el español como compañero de Pecco Bagnaia ha desencadenado una fuga de activos en cascada dentro el equipo italiano

Marc Marquez
Marc Márquez, durante los entrenamientos este viernes en Assen.Vincent Jannink (EFE)

Hace poco más de dos años, Marc Márquez pasó por cuarta vez por quirófano para darse una última oportunidad. O corregía por fin los problemas en el maldito húmero tras dos años de calvario o lo dejaba. Esa apuesta la definió él mismo como un All in en el documental que relató su batalla contra el físico y el tormento mental desde aquel fatídico GP de España de 2020 en el que se lesionó de gravedad. Cuatro cursos ha tardado en volver a sentirse rápido, teniendo que tomar por el camino otras decisiones duras: abandonar la fábrica de su vida, Honda; dejar atrás a su familia en las carreras; y dar la espalda a los patrocinadores que le han acompañado desde sus inicios.

Ahora es Ducati la que ha hecho su propio all in para hacerse con los servicios del piloto más laureado de la parrilla, que lleva más de dos años y medio sin ganar una carrera. Las consecuencias directas de su decisión son evidentes y dolorosas. Se van a su principal enemiga, la vecina Aprilia, el vigente subcampeón del mundo, Jorge Martín, y el tercer clasificado del curso pasado, Marco Bezzecchi, dos de sus grandes proyectos de cantera. También abandona el barco Enea Bastianini, rumbo a otro rival peligroso como es KTM. Entre ellos han ganado 14 grandes premios a lo largo de estas dos temporadas en blanco de Márquez.

“Todo el personal de Ducati ha tomado una decisión muy difícil y arriesgada para ellos”, constataba el 93 desde Assen, donde arrancó los entrenamientos pegado a su futuro compañero, Pecco Bagnaia, el mejor de la primera jornada. “Serán los primeros interesados en ponerme a las mejores personas, quienes crean ellos, para sacar el mejor rendimiento de la moto”, añadía el catalán, consciente de que tanto a él como a su nueva fábrica les interesa ahora demostrar que han tomado la decisión correcta. El éxito, claro, se medirá en títulos.

El ejército rojo no solo pierde a los tres pilotos más prominentes que compartían garaje con el vigente campeón del mundo, a quienes han cuidado y madurado tanto tiempo con mimo, sino que también se quedarán sin dos motos en pista a partir del año que viene. No son, precisamente, dos motos cualesquiera. El Pramac, estructura satélite de la fábrica desde 2005, vigente campeona del mundo por equipos, abandona también el barco ganador rumbo a Yamaha.

Los japoneses han tenido que apostar fuerte para robarle este gran activo a los italianos. Pagarán las fichas de sus pilotos y además cederán dos motos equivalentes a las oficiales, con todas las garantías, a precio de saldo. Ese trato de favor, aunque sin descuentos de por medio, es el que el Pramac venía disfrutando desde 2020 con los boloñeses. La intención de los capos de Ducati de dar una moto pata negra a otro equipo satélite, el VR46 Racing propiedad de Valentino Rossi, abrió una herida que ha desembocado en el adiós definitivo de su principal cliente. También el cambio de filosofía.

“Estas últimas decisiones que ha tomado Ducati, creemos que han cambiado las prioridades. Se centraron en otro proyecto: se llevaron a Cristiano Ronaldo, renunciando al equipo”, esgrimía Paolo Campinoti, propietario de la escuadra satélite, en declaraciones recogidas por Sky Sport. “Nuestro proyecto era desarrollar a pilotos jóvenes, marcarles un camino. Esta elección nos dejó un poco descolocados”, añadía, lamentando a pesar de todo el tener que separar sus historias.

En medio de la fuga de ingenieros a fábricas rivales a golpe de talonario —el aspecto que más preocupa a Gigi Dall’Igna, el gurú que atrajo a Márquez y ha convertido a Ducati en la moto más deseada— Borgo Panigale ha perdido en cuestión de días a cuatro activos muy valiosos. Evidentemente, la idea es que la incorporación del tótem español en la categoría reina convierta en una nota el margen estas pérdidas. El 93 lamentó la pérdida de información que esta baja supone, pero su hermano Álex le vio el lado bueno al asunto: “Tener dos motos menos hará que puedan estar más por mí”.

La primera amenaza para las Desmosedici es perder la condición de número uno, algo que ocurriría si Martín, actual líder del certamen, o Bastianini, cuarto clasificado, dan la campanada y destronan a Bagnaia. Quedan todavía 13 pruebas y 26 carreras, y un mar de posibilidades con los cuatro cabecillas en un cojín de 57 puntos y la marca asegurando que no habrá tratos preferentes. Ahora faltará por ver cómo afecta a Ducati pasar de contar con datos de ocho motos a seis, además de perder a uno de los grupos humanos más competentes del paddock. También queda por resolver cómo todo esto afecta también a su estructura interna, ya que la fábrica tenía a sus propios emisarios dentro del equipo cliente. Cualquier resultado que no sea ganar el título con Bagnaia o Márquez será tildado de fracaso absoluto, una prueba de que tanto el 93 como sus nuevos jefes han apostado al todo o nada con su unión sonada.

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