Enea Bastianini renace en el GP de Gran Bretaña y se apunta al Mundial de MotoGP

El GP de Gran Bretaña de MotoGP fue una gran fiesta por el 75 aniversario del campeonato. Hubo decoraciones de época y cascos de tributo a las grandes leyendas del deporte, también varios eventos especiales a lo largo del fin de semana, pero en definitiva el espectáculo fue moderno. Enea Bastianini, con uno de sus finales de película, fue capaz de cambiar ligeramente el guion de las últimas carreras y cortar la racha de su compañero y defensor de la corona, Pecco Bagnaia, que venía de ganar cuatro grandes premios consecutivos y encaramarse al liderato. Jorge Martín, con la segunda plaza y vestido como Ángel Nieto con la Garelli de 1983, recuperó su mejor versión y también la cabeza del certamen, de nuevo en un pañuelo.

El vigente campeón del mundo tuvo que conformarse con la tercera plaza después de dominar el tramo inicial de la prueba, cuando parecía que el relato se mantendría intacto tras las vacaciones. El desgaste perjudicó en demasía, sin embargo, al puntal italiano. Después de un par de sustos, Martín le dio caza tras una persecución de 12 vueltas y le rebasó sin demasiadas complicaciones. Estaba muy lejos de ellos Bastianini, auténtico especialista en la gestión del tramo final de las carreras largas. En un par de vueltas, y gracias a una pasada de frenada del español, alcanzó a los cabecillas del campeonato y les apretó las tuercas para forzar sus errores y escaparse en solitario hacia la victoria.

A seis vueltas del final, Bagnaia perdió el tren delantero y salvó de milagro la caída. Le pasó su compañero de filas y el tricampeón decidió contentarse con el podio, su séptimo consecutivo. Un par de giros después, Bastianini ya acosaba el liderato de Martín, que aguantó como un jabato pero erró en la penúltima vuelta con dos coladas seguidas. No perdonó el ganador en la vuelta al cole de MotoGP, que sumó su sexto triunfo en la categoría reina y el número 100 de Ducati en el certamen. Su presencia en lo más alto del podio fue la única concesión a la historia que nunca termina del mundial de motociclismo, y es que la fábrica italiana domina con puño de hierro la actual era marcada por el avance imparable de la tecnología.

Por séptima carrera consecutiva, tres Ducati ocuparon el podio, un nuevo récord de la categoría. Entre ellas disputarán un título que ve escapar Marc Márquez, resignado en Silverstone respecto a sus posibilidades, ya a 62 puntos del líder. El sábado cayó por forzar demasiado y el domingo supo modular mejor su hambre de victoria y conformarse con la cuarta plaza, ahora mismo su aspiración más realista. “Lo dije en Países Bajos y lo repetí en Alemania: no estamos para ganar el Mundial”, insistía el 93. Desde comienzos de curso, el catalán apuntaba a los tres del podio como grandes candidatos al campeonato, aunque no ha sido hasta este retorno a la acción que Bastianini ha mostrado todas sus cartas.

Al contrario que en tiempos pasados, la MotoGP actual está marcada por una igualdad sin precedentes. “Estamos llegando a un nivel increíble. Siempre vamos al límite”, confesaba Martín, satisfecho tras sacudirse los fallos de Jerez y Sachsenring. “Enea ha sido el más fuerte, ha estado a otro nivel. El campeonato es muy largo y contamos con él para la lucha. Estoy contento porque hemos recuperado el liderato”, añadía el madrileño. ‘Bestia’ no quiso recoger, por ahora, el guante: “No debo pensar en ser campeón, sino en ser más constante”.

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