_
_
_
_

Jorge Martín: “Dejé de disfrutar y ganar se convirtió en una obsesión”

El subcampeón del mundo de MotoGP atiende a EL PAÍS el día después de haber perdido el título ante Pecco Bagnaia y reflexiona sobre la gestión de la presión y los errores en el deporte de élite

Jorge Martín durante el Gran Premio de Valencia.
Jorge Martín durante el Gran Premio de Valencia.IPA (IPA/Sipa USA / Cordon Press)

Jorge Martín Almoguera (San Sebastián de los Reyes, Madrid; 25 años) ha rozado la gesta en el Mundial de MotoGP. En su tercera temporada en la categoría reina ha sido capaz de luchar hasta la última carrera contra Pecco Bagnaia, a la postre campeón tras su victoria en el GP de Valencia, la prueba que ha cerrado el curso. El piloto madrileño del Pramac, estructura satélite de Ducati, llega puntual a la cita con EL PAÍS en un hotel céntrico de Valencia a primera hora de la tarde. “Estoy destrozado”, reconoce nada más sentarse. A pesar de la derrota, hubo celebración hasta muy tarde después de una temporada extraordinaria que le ha llevado hasta el subcampeonato y a la victoria por equipos, superando incluso a la estructura de fábrica.

Pregunta. Más allá del agotamiento, ¿cómo se siente?

Respuesta. El domingo fue un día muy importante en mi vida. Obviamente me hubiese gustado terminarlo de otra manera, pero todo ocurre por algún motivo. Estoy orgulloso del trabajo que hemos hecho y los resultados conseguidos. No me siento triste, sino contento y feliz de contar con la gente que tengo a mi lado. Esto solo es el comienzo y espero seguir creciendo.

P. Cuando uno tiene tan cerca el sueño de toda una vida y se escapa en la última carrera, ¿duele?

R. Un poco, pero tenía bastante asumido que era muy difícil. No me daba por vencido, pero había asimilado bastante este segundo puesto. Cuando caí pensé: ‘Pues ya está’. Era lo que me imaginaba. Es el sueño de mi vida, pero voy a seguir trabajando para volver a tener esta oportunidad. Al final, no perdí el Mundial en la carrera del domingo, sino que han sido un cúmulo de errores que me han hecho llegar a 14 puntos en vez de con cierta ventaja. Lo importante ahora es corregir esos errores.

P. Después de llorar con los suyos, los abrazos en el garaje, fue capaz de cambiar el chip y celebrar el subcampeonato. ¿Le costó o fue algo natural?

R. Fue algo natural. No me derrumbé, pero sí me emocioné por haberlo perdido. Quise llorar allí con el equipo, con la gente que ha estado presente y me ha apoyado todo este año. Hasta que me desahogué. Cuando llegué al camión, era mi familia la que lloraba y yo quien les animaba. Desde el primer momento entendí que, a pesar de todo, debíamos estar contentos. Nunca es fácil quedar segundo, pero espero que esto solo sea el principio. Esto me ayudará a conseguir el Mundial algún día.

P. El año pasado, cuando no subió a la Ducati oficial, dijo que haría historia, y casi…

R. Ha sido un año muy tenso. Desde un equipo satélite nunca es fácil. A nivel técnico tienes material de fábrica y una moto muy competitiva, pero a nivel de ingenieros y el número de gente que trabaja para ti se trata de un grupo mucho más reducido. Eso lo complica, pero a la vez te une más como equipo. Ser el primer privado que gana el título por equipos es un hito del que debemos estar orgullosos. Lo bueno es que el año que viene habrá otra oportunidad, y pensaba que no la iba a tener.

P. Quería la moto roja. ¿Fue una opción subir ya en 2024?

R. A principio de año pensaba que daría el salto. La opción estaba ahí y se planteó hace unas pocas carreras, pero se tenían que juntar bastantes factores. El movimiento de Enea al Pramac tampoco era fácil, y al final no ha salido.

P. ¿Dependía de si se proclamaba campeón?

R. De haberlo sido hubiese subido de forma automática. Igualmente, creo que ser campeón o no cambia muy poco las cosas. Ya he demostrado todo lo que tenía que demostrar. Si no me han promocionado ahora, lo veo difícil en el futuro.

P. ¿No confía en contar con esa opción en 2025?

R. Sí, estará la opción, pero igual que estará Ducati hay otras fábricas en la lista. Cuando haya que elegir, ya veremos dónde vamos.

P. ¿Qué diría que ha decantado la balanza a favor de Bagnaia?

R. Pienso en dos carreras concretas, Indonesia y Australia. Fue el momento en el que más superior me vi respecto a mis rivales. Ese exceso de confianza me llevó a cometer algún error. Por otra parte, no solo debes ser el más rápido, sino el más completo. Y este año no lo he sido.

P. ¿La sensación es que ha perdido el título o que lo ha ganado su rival?

R. Siento que hemos perdido una buena oportunidad. Han sido errores propios los que nos han llevado a fallar. No siento que él me haya ganado en pista, de tú a tú. De momento no lo ha hecho. Ahora mismo, creo que mi máximo rival soy yo mismo, el mayor peligro es mi cabeza. Por eso debo intentar mejorar en el futuro.

P. ¿Cómo le ha afectado la presión de luchar por el título?

R. Dejé de disfrutar y ganar se convirtió en una obsesión. Pensaba demasiado en el objetivo final y no disfruté del día a día. Durante un momento, no permití fallos en el equipo, ningún despiste. Eso generó un ambiente negativo dentro del grupo que no me ayudó, aunque igualmente ganábamos carreras. Una vez lo entendí, volví a cambiar la mentalidad. Después de Qatar me dije: ‘Esto no puede seguir así, hay que disfrutar’. Al final, el cambio llegó cuando entendí que podía quedar segundo, cuando me quité esa presión. Al ser mi primer año peleando, supongo que son cosas que debes aprender.

P. Hay otras seis Ducati que han ido rápido en momentos puntuales, ¿por qué solo han destacado dos?

R. Es difícil decir. Creo que conocer la Ducati ayuda bastante. Yo llevo tres años con esta moto, y uso siempre la misma base. Si tuviese que cambiar mucho la moto me costaría llegar. Este año sentí que podía ganar desde la primera carrera, y cuando lo hice me crecí a nivel mental y llegaron muchas otras.

P. Hace un año dijo que en MotoGP uno vale lo que hace en la última carrera. ¿Incluso después de un año así?

R. Sigue siendo así. Quizás valdrán las dos o tres últimas, porque si no ahora mismo no valdría nada. Está claro que el año pasado no estaba tan valorado porque no me encontraba bien y la moto no funcionaba. Ahora que me he sentido bien y he ganado, de repente soy el mejor. Creo que ni un día eres tan malo ni el otro tan bueno. Este mundo es así, y hay que saber adaptarse.

P. ¿Qué le ayuda a tocar de pies en el suelo?

R. Mi familia. Venir de orígenes humildes me hace entender lo que cuesta conseguirlo. También mi mentalidad. Para mí nunca es suficiente, y no me veo mejor que nadie. De hecho, muchas veces me siento inferior a los demás, y eso me ayuda a seguir trabajando.

P. ¿Qué espera el año que viene?

R. Es difícil de predecir ahora, pero creo que Pecco, tres veces campeón del mundo, estará evidentemente en la pelea. También estará ahí Bezzecchi. Marc [Márquez] será la sorpresa, si se puede decir así, porque tiene ocho títulos… Si es capaz de adaptarse a la moto y ser rápido desde el primer momento podrá pelear el Mundial conmigo.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_