Marco Bezzecchi agranda la leyenda de Valentino Rossi en MotoGP

La llama de Valentino Rossi sigue bien viva en MotoGP. A través de sus protegidos, los talentos a quienes entrena y asesora en su rancho de Tavullia desde hace años, el ganador de nueve campeonatos del mundo puede seguir celebrando victorias desde el sofá de casa. Marco Bezzecchi (Rimini, Italia; 24 años), intratable bajo la lluvia en Termas de Río Hondo, dio un recital en el GP de Argentina para convertirse en el tercer piloto de la academia del 46 —después de Franco Morbidelli y Pecco Bagnaia— que logra ganar una carrera en la categoría reina. Para redondear la jornada, se colocó líder del campeonato de pilotos y también puso a su Ducati satélite, precisamente propiedad de Il Dottore, fundador del equipo Mooney VR46, para el que compite el chico, en lo más alto de la tabla de equipos.

Subido al mismo podio en que su ídolo y mentor lució la camiseta con el 10 de Maradona en 2015, una de las estampas icónicas del fenómeno Valentino, el chaval cantó a pulmón pleno el himno de Italia al lado de Uccio Salucci, el amigo íntimo que acompañó a la leyenda durante toda su carrera y ahora ejerce de jefe del Mooney, también por primera vez ganador en MotoGP. Los organizadores, muy avispados, le pasaron a Bez una camiseta de la albiceleste —¡firmada por Leo Messi!, tremenda ilusión le hizo— para repetir la estampa tras la ceremonia del prosecco. “Quiero darle las gracias a toda la VR46 Riders Academy, a todos mis amigos y mi familia”, comentó extasiado el ganador en el parque cerrado. “Estoy encantado, muy feliz. Hoy me levanté con una sensación extraña, sabía que podía ir rápido, pero no tanto. Estaba asustado con las condiciones de agua, así que he estado hablando con la moto para mantenerme concentrado, ha sido muy difícil”, declaró. Y la estampa recordó a aquel Valentino que acostumbraba a hablarle a su moto.

Mejor novato el curso pasado en su debut en la categoría, Bezzecchi es un enfermo del motor al que le encanta trastear en el taller cuando no compite sobre la pista. Es rápido y meticuloso hasta con un cubo de Rubik, que completa en menos de un minuto sin despeinar sus rizos maradonianos. Aunque no ganó ningún título en su camino hasta MotoGP, su constante aprendizaje con Rossi le ha convertido en uno de los talentos más observados de la parrilla. “Mucha gente le ve como el futuro. Pilota con dureza, es muy competitivo y tiene esa mentalidad ganadora que hará que los resultados vengan solos”, valoraba Johan Stigefelt, director de desarrollo de la academia, el año pasado.

Resbalón de Bagnaia

En Argentina sonó por partida doble el Fratelli d’Italia en un nuevo pleno de Ducati en el podio, la 28ª vez consecutiva que colocan al menos una de sus máquinas entre las tres mejores. Johann Zarco, del Pramac, y Àlex, Márquez, del Gresini, otra vez sin reservas en el cuerpo a cuerpo con Pecco Bagnaia, completaron la ceremonia bajo la lluvia y la niebla en el trazado termense. El vigente campeón del mundo, que el sábado le ganó la partida al piloto de Cervera y luego le lanzó un dardo —”Me encontré a un piloto que se me cruzaba, iba contra mí”—, resbaló en la vuelta 18 cuando rodaba segundo y cosechó su primer cero del curso. El número uno, que tuvo la sangre fría de mantener la mano en el embrague en plena caída para evitar calar la moto, pudo levantarse y cruzar la meta en decimosexta plaza. Pero le sirvió de poco. Y perdió el liderazgo de la general.

El pequeño de los Márquez Alentà, fino y cerebral bajo la lluvia, celebró su tercer podio en la categoría reina casi dos años y medio después, en el que ya es su mejor arranque de curso en sus cuatro temporadas en la élite. “Es fantástico estar en el podio después de Aragón 2020, ha pasado mucho tiempo. Estoy disfrutándolo con el equipo, que son gente increíble. Tenemos una gran moto y vamos a seguir trabajando y divirtiéndonos, porque pueden llegar cosas aún mejores”, avisa. Cuarto en el Mundial tras dos grandes premios, el piloto, de 26 años, reconoció que piensa a lo grande tras demostrar su personalidad y ritmo en otro intenso toma y daca con su teórico jefe de filas.

“En Ducati somos todos iguales”, declaró el sábado después de meterle la moto a Bagnaia en más de una ocasión durante la carrera al esprint, aunque finalmente se conformó con ser quinto. El duelo se repitió ayer y tras un par de pasadas siguió el mismo guion hasta que el error de Pecco le dejó vía libre en segunda posición. Zarco le arrancó las pegatinas en la última vuelta, un adelantamiento que no le agrió un podio que le llena de motivación. “Confiaba en mí, como siempre, pero empezar siendo tan sólido no me lo esperaba. Hay que seguir siendo constante, con esta evolución”, dice tras un fin de semana redondo. Primera pole en MotoGP, un quinto el sábado y un podio el domingo sin tener la moto todavía bajo control.