La asamblea del Barcelona pone a prueba el control total de Joan Laporta
Los socios compromisarios someterán a votación las cuentas del club, con asuntos como el estado de las obras del Camp Nou y la desvalorización de Barça Studios

El Barcelona presentó un balance en el que los ingresos tocaron los 994 millones de euros. Sin embargo, el resultado del ejercicio es en números rojos (-17 millones) y el patrimonio neto también continúa en negativo (152), lo que significa que las deudas son mayores que los activos. El Barcelona, justamente, presume de haber reducido sus obligaciones con terceros; ahora su deuda neta es de 469 millones, 90 menos que el ejercicio anterior. Sin embargo, su fondo de maniobra, que se traduce en su capacidad para hacer frente a las obligaciones a corto plazo, es negativo en 266. El Barcelona asegura que ya no tiene pensado vender Barça Licensing & Merchandising (BLM); su facturación en el merchandising ha alcanzado los 170. Sin embargo, todavía sigue enredado en el fallido traspaso de Barça Studios, tasado en 408 millones en 2023, hoy reducido su valor a 178. El Barcelona subraya que su facturación va en aumento (1.075 presupuestados para el curso 2025-2026), pero el regreso al Camp Nou todavía sigue en el aire.
La pelota entra, sí. Y hay quienes creen que eso calma a la masa social. Sin embargo, por encima de todo está el control de la escena del presidente Joan Laporta. Ocurre que, por las dudas, la Asamblea de socios compromisarios de este domingo vuelve a ser telemática.
“Es un síntoma más de una deriva de cambio de modelo social. Por desgracia, el club se aleja de los socios y ponemos a los turistas por delante. Es la consecuencia de una gestión deficiente, de opacidad, falta de transparencia, engaños...”, se quejó Víctor Font, candidato que perdió con Laporta las elecciones en 2021. En los despachos del Camp Nou aseguran que la Asamblea no “será un paseo militar”. Según las mismas fuentes, estará todavía más politizada: “es un año electoral”.
Ocurre, sin embargo, que ni siquiera la opaca gestión del Camp Nou parece hacer tambalear la gestión de Laporta. El pasado lunes, una investigación del programa Què t’hi jugues de la Cadena SER reveló que Limak, la constructora del estadio, ganó la adjudicación de la obra por encima de los consorcios empresariales liderados por Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) y Ferrovial. A esto se le suman las constantes promesas incumplidas en el regreso a Les Corts, previsto inicialmente para noviembre de 2024.
Es precisamente el regreso al Camp Nou el que el club considera un “punto de inflexión” en su economía. El Barça lleva dos años dejándose alrededor de 100 millones de euros por temporada en su estancia en Montjuïc. Este curso, fruto del rendimiento deportivo del equipo, los ingresos han sido superiores a lo previsto: 175 millones en total, 21 más de lo presupuestado. Para la temporada actual, el presupuesto contempla 226 millones por la explotación del estadio, siempre teniendo en cuenta la vuelta al Spotify Camp Nou y en base a unos objetivos: disputar la liga, alcanzar los cuartos de final de la Champions y las semifinales de Copa. Sin embargo, el retorno sigue sin fecha definitiva. Aunque el club dispone de licencia para abrir con 27.000 espectadores, desde la entidad se considera que no sería “sostenible” hasta alcanzar un aforo de 45.000 asientos.
La facturación de BLM es otra de las buenas noticias en las cuentas azulgranas. Recuperada en 2018, cuando generaba apenas 64 millones, la sociedad ha alcanzado esta temporada los 170 millones de ingresos. “BLM no está en venta”, insisten desde el club, en respuesta a la propuesta del economista y socio culé Marc Ciria, quien había promovido estas últimas semanas una recogida de firmas para revocar la autorización de vender hasta el 49,9% de la compañía, aprobada en la asamblea extraordinaria del 16 de junio de 2022. Finalmente, el Barça comunicó que no se alcanzó el número mínimo de firmas necesarias para debatir el asunto en la asamblea de este domingo.
Otro frente abierto es el retorno al equilibrio del 1:1, todavía sin horizonte claro. El área económica ha advertido a la junta del incremento de la masa salarial, que para la temporada 2025/2026 está previsto que ascienda a 565 millones de euros, 31 millones más que en el curso anterior. Los responsables financieros del club insisten: los gastos deben crecer al mismo ritmo que los ingresos para evitar desequilibrios como los del pasado, cuando los sueldos deportivos llegaron a igualar, prácticamente, la facturación del Barça.
Para esta temporada, el club azulgrana quiere tocar otro techo: unos ingresos ordinarios de 1.075 millones de euros impulsado por el regreso progresivo al Camp Nou y un nuevo récord de facturación en merchandising de 200 millones de euros. Todo ello se someterá al escrutinio de los socios compromisarios este domingo, en una asamblea telemática que se anuncia más politizada y con el horizonte electoral ya asomando.
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