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El ‘big bang’ del Mundial de Clubes de Infantino empieza a medio gas en la casa de Messi

El nuevo torneo arranca con un Inter Miami-Al Ahly entre el desinterés del público local, que obligó a rebajar las entradas, y el entusiasmo de los equipos por los 1.000 millones que repartirá en premios

Mundial de Clubes
David Álvarez

No eran ni las nueve de la mañana y el sol abrasaba la ciudad deportiva del Inter Miami, pero Mariana tiritaba en la acera. Tras meses de estudio, había conseguido que Leo Messi detuviera su coche a la entrada y le firmara una camiseta de Argentina. “Estoy temblando”, decía. Habían sido muchas visitas al lugar aprovechando sus viajes desde Tucumán a Miami, donde atiende como diseñadora gráfica a varios clientes. Sabe que Messi llega todos los días entre las 8.35 y las 8.40, pero eso no es suficiente. A veces no para. A veces se detiene con un grupo de aficionados un poco más allá, otras algo más acá. “Iba a ponerme ya de rodillas en medio de la calle...”, dice. Pero no hizo falta. Porque precisamente este viernes, la víspera del partido inaugural del Mundial de Clubes de los 1.000 millones de dólares en premios, nadie aguardaba a Messi, uno de sus principales reclamos, anfitrión del partido inaugural contra el Al-Ahly hoy (2.00 del domingo en España, Dazn y Telecinco). Solo Mariana.

De todos los lugares posibles, la última creación de la industria del fútbol, empieza en el estadio Hard Rock, ubicado en el condado de Miami-Dade, el único de EE UU donde más de la mitad de la población ha nacido fuera del país (54,3%). Aunque la ola de protestas contra las políticas de inmigración de Donald Trump aún no ha alcanzado la ciudad donde Messi ejerce como anfitrión por designación de Gianni Infantino, que el jueves pronosticó que su Mundial supondría un “big bang” para el fútbol. La FIFA distribuyó 31 de las 32 plazas del nuevo torneo en función de los méritos alcanzados los últimos años en las competiciones continentales de las seis confederaciones. Salvo en el caso del lugar que reservó para un equipo del país organizador.

El Inter Miami ni siquiera ganó la última liga. Pero la FIFA determinó que había completado la temporada más regular, al llevarse la Copa de la Liga en 2023 y la Supporter’s Shield en 2024. Pero sobre todo: tenían a Messi, que desde su llegada en 2023 ha impulsado el interés por el fútbol en un país que dentro de menos de un año albergará un Mundial de selecciones junto a México y Canadá. “Lo que genera Leo todo el mundo lo sabe”, explicaba este viernes Luis Suárez, compañero en el Barça y ahora en Miami. “La gente quiere ver al mejor del mundo”.

Sin embargo, en este Mundial de Clubes aún a punto de nacer, ni siquiera él ha podido prender la magia anticipada por Infantino, y que ha seducido antes a los clubes y a los futbolistas. La FIFA lleva semanas maniobrando para evitar la incómoda imagen de miles de butacas vacías en el partido inaugural, cuyas entradas más baratas costaban 349 dólares (302 euros) en diciembre y esta semana estaban ya en 55 (47 euros). Pero ni así. Quedaban miles por colocar y, según The Athletic, la FIFA ofreció algo casi irrechazable a los 100.000 alumnos del Miami Dade College, con el que tiene un acuerdo desde hace un año: entradas a cuatro dólares (3,50 euros). Un estudiante puede comprar una entrada por 20 euros y con ella invitar a otras cuatro personas.

No se salvan demasiados partidos de esta primera fase de grupos, si se atiende a los precios fijados por el sistema dinámico de la FIFA. Casi solo los del Real Madrid: las entradas más baratas para su estreno el 18 contra el Al-Hilal también en el Hard Rock costaban este viernes 225 dólares (195 euros) en el sitio oficial.

El interés de los clubes, avivado por la bolsa de premios, despertó antes que el de los aficionados, y han usado con énfasis la ventana extra de fichajes abierta del 1 al 10 de junio. El Manchester City gastó casi 150 millones en Cherki, Reijnders, Ait-Nouri y Bettinelli; el Chelsea, unos 115 en Penders, Sarr, Essugo y Delap; la Juve, más de 70 en Kalulu, Rugani, Kostic y Kelly; el Madrid, 59 millones en Huijsen y Trent Alexander-Arnold, además de Xabi Alonso; y el Borussia Dortmund, 36 para tener en el torneo a Jobe, el pequeño de los Bellingham.

Se movieron los clubes y también algunos futbolistas, que escogieron destino con la vista puesta en este nuevo escaparate. Sergio Ramos se mudó a México para disputar el torneo con Rayados de Monterrey. James Rodríguez escogió el mismo país por el mismo motivo, pero la jugada le salió peor: la FIFA retiró a León del campeonato porque compartía propiedad con el Pachuca.

El cuadro de equipos refleja más la diversidad del fútbol mundial que la selección de los más potentes. En los rankings de favoritos de las casas de apuestas, encabezados por el Madrid y el PSG, el primer equipo no europeo, el Flamengo, no aparece hasta el décimo puesto. El último es el Auckland neozelandés, un equipo de futbolistas aficionados, que estudian o trabajan además de jugar. Son lo más alejado de los gigantes como el Madrid, el Atlético, el City o el PSG, que acumulan estrellas como Mbappé, Vinicius, Julián Alvarez, Griezmann, Haaland, Dembélé, Doué, e incluso el último Balón de Oro, Rodri, listo para volver a jugar después de su grave lesión de rodilla.

Para el público, el torneo nace con el hándicap evidente de lo nuevo, que además surge en un entorno ultra saturado de fútbol. La FIFA maniobró para rebajar ese obstáculo. El torneo podrá verse gratis en todo el mundo a través de internet, en Dazn, un giro extraordinario respecto del modelo tradicional de comercialización de derechos audiovisuales mercado a mercado. También ha introducido novedades en la retransmisiones, como la cámara subjetiva que portarán los árbitros, el seguimiento en directo de las imágenes de las deliberaciones el VAR y un fuera de juego semiautomático mejorado, con inteligencia artificial y un sensor en la pelota. La FIFA ha puesto todo para tratar de que su nuevo invento sea el big bang que imagina Infantino más allá de los 1.000 millones de premios.

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Sobre la firma

David Álvarez
Sigue la información del Real Madrid y la selección española en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de la sección de Deportes. Ha cubierto los Juegos Olímpicos, el Mundial de fútbol y la Eurocopa. Antes trabajó en ABC, El Español, ADN, Telemadrid, y La Gaceta de los Negocios. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra.
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