El instante ‘noventayJude’: nadie gana más partidos en el añadido que Bellingham
El inglés es el jugador que más goles ganadores ha marcado a partir del minuto 90 con el Real Madrid, cinco, dos de ellos al Barcelona
La noche antes de su presentación con el Real Madrid, Jude Bellingham preparó algunas respuestas para la rueda de prensa mientras sobrevolaba el Cantábrico en un avión privado. Su hermano, Jobe, leía preguntas de un Moleskine: “¿Cuál es tu momento favorito del Real Madrid en la Champions?”. Señaló dos. De antes de su nacimiento, en 2003, la volea de Zidane, y de después, el instante decisivo de la Décima, cuando tenía 10 años: “Contra el Atlético, cuando Ramos empató de cabeza, tarde, y luego ganaron 4-1 en la prórroga”.
Aquel gol de Lisboa en el minuto 93 sigue siendo uno de los ejemplos canónicos de la capacidad del Madrid de voltear marcadores en momentos imposibles. Dos meses y medio después de aquel vuelo, en su estreno en el Bernabéu, Bellingham atrapó su primer instante noventayJude: anotó en el 95 el 2-1 contra el Getafe. Abría una colección única: lleva cinco goles que han ganado partidos de Liga o de Champions después del minuto 90, más que ningún otro futbolista del Madrid desde que Opta guarda registros, la temporada 1998-99. El siguiente es Cristiano Ronaldo con tres en nueve temporadas.
Cuando jugaba en el Borussia Dortmund, el inglés nunca ganó un partido con un gol en el añadido. Desde que llegó al Madrid nadie en las cinco grandes ligas europeas lo ha hecho tantas veces como él. Quien más se le acerca es Sorloth, que lleva cuatro, tres con el Villarreal y uno con el Atlético, el pasado 21 de diciembre al Barcelona en el 96 en Montjuïc.
El Barça, su rival de esta noche en la final de la Supercopa (20.00, Movistar) ha sido la víctima más frecuente de estos momentos límite de Bellingham: la temporada pasada el Madrid ganó así los dos clásicos de Liga. En el segundo, en abril en el Bernabéu, Bellingham ya vivía con esa certeza sobre las remontadas. “Como en el 85 [con 2-2] le dije a los chicos: otra oportunidad… que todo el mundo esté preparado para otra oportunidad, te puede caer y ganamos”, recuerda en el documental elaborado por su productora familiar para YouTube. Y eso que llevaba dos meses sin marcar. Pero en el 91 le cayó un centro de Lucas Vázquez y sentenció la Liga para el Madrid.
Además de a los azulgrana y al Getafe, le ha marcado goles ganadores en el añadido al Unión Berlín y al Valencia, hace solo nueve días en Mestalla. El panorama era incluso más desesperado. Bellingham había fallado un penalti cuando perdían 1-0, habían expulsado a Vinicius y cuando al llegar al minuto 90 el Madrid solo había conseguido empatar. Pero en el 95 aprovechó una pérdida del Valencia y puso el 1-2. “Le debía ese gol al equipo. Es tan duro cuando el equipo se esfuerza tanto y uno falla un penalti… Sentía que les había decepcionado. Estaba tan enfadado conmigo mismo…”, dijo en RMTV. “Es bonito marcar el gol ganador, pero es más importante que rindamos así. Quiero ser un líder en este equipo”.
Sus triunfos en el tiempo añadido han sido la punta que asoma sobre la superficie de su gigantesca influencia. La temporada pasada sostuvo al equipo con sus goles en el tramo inicial, cuando Vinicius estuvo lesionado. Este curso el despegue de un equipo que comenzó desorientado coincidió con otro repunte de Bellingham. No marcó hasta el 9 de noviembre contra Osasuna, pero desde entonces ha sumado nueve goles y nueve asistencias: ha participado en 15 tantos en 11 encuentros. En ese tiempo Mbappé y Vinicius han participado en seis cada uno.
Al final de su primera temporada con el Madrid, el inglés regresó a Alemania para disputar la Eurocopa. En octavos, Inglaterra perdía 1-0 contra Eslovaquia. Hasta que Bellingham embocó de chilena en el 95 y forzó la prórroga en la que Kane les dio el pase a cuartos. “Es un poco la confianza de mi carácter, porque llevaba todo el año haciéndolo con el Madrid”, explicó.
Desde que llegó a La Castellana, además de ganar cinco partidos en el añadido, ha empatado dos con su selección (el de la chilena y uno contra Bélgica en Wembley). Y también vio cómo se evaporaba el 2-3 que marcó en Mestalla el año pasado en el 97. Cuando la pelota ya volaba hacia su cabeza, sonó el pitido final de Gil Manzano, el árbitro de la final de esta noche en Yeda.
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