El City de Guardiola sufre su peor derrota, 0-4 ante el Tottenham
El vigente campeón pierde el quinto partido consecutivo, algo insólito en la carrera del técnico español, que no logra recomponer la defensa tras la baja de Rodri, Dias y Kovacic
El Manchester City dedicó un homenaje involuntario a Rodri Hernández. El madrileño presentó el Balón de Oro a su afición en el Etihad, este sábado antes de que sus compañeros recibieran al Tottenham. Lesionado para toda la temporada, Rodri contempló el partido desde la grada y su ausencia en el mediocentro resultó atronadora cada vez que el City se rompía por la mitad. Lo dijo Guardiola hace días: “Rodri es insustituible”. Sin Walker en plenitud física y sin Dias en el medio de la defensa, de baja por una rotura muscular, el equipo local quedó expuesto al vacío que dejó el mejor jugador del mundo de la temporada pasada. Gündogan, pivote postizo ante la baja de Kovacic, otro lesionado, acusó el año de vacaciones que pasó en Barcelona. Con Kulusevski, con Madison, con Son, el Tottehnamh invadió sin piedad la finca del vigente campeón de Premier. El campo no tenía tranqueras.
Más de dos años habían transcurrido desde la última derrota del City en su estadio: 1-2 ante el Brentford. Esta vez, Rodri lo vio desde la grada. La primera ocasión fue del City: Haaland mano a mano con Vicario, tiró fuera. La segunda también fue de Haaland, y Vicario despejó con el pie. Hasta diez remates produjo el City en la primera parte. No convirtió ninguno. Vicario haría más paradas a lo largo de la noche. Lo pagó el City, que juega sin red. Gvardiol es el ejemplo de la clase de defensa sin vocación de marca que ahoga al equipo de Manchester. El croata es una especie corriente. Muy valioso para articular jugadas de ataque pero peligroso si a su lado no hay un compañero que le recuerde sus deberes. Gvardiol concedió demasiadas ventajas a Kulusevski y el sueco habilitó a Madison. El interior inglés aprovechó la inconsistencia de Walker y Stones en la marca. A los 13 minutos el Tottenham mandaba 0-1. Empezó a llover sobre Manchester. En todos los sentidos. Diez minutos más tarde, Gvardiol entregó la pelota a Madison a unos metros del área y la jugada acabó en el 0-2. Porro hizo el 0-3 en la segunda mitad y Johnson, en el descuento, el 0-4.
El City es el equipo más sofisticado del mundo en su administración de la pelota, pero solo puede alcanzar la máxima expresión cuando su nivel de presión y de agresividad alcanza niveles épicos. Ruben Dias, Walker, Rodri, e incluso Bernardo Silva, han sido durante los últimos años los transmisores de esa agresividad en el juego sin balón. Sin ellos, las carencias y la inseguridad se contagian a los atacantes. Para el mejor City, la transmisión de adrenalina siempre comenzó desde la retaguardia. Sin esa energía, los atacantes acaban por entrar en un bucle de angustia, ansiosos ante la idea de que la victoria solo será posible si logran una goleada. El pesimismo de verse frágiles atrás aplastó la moral de los delanteros este sábado. La estadística de remates fue un reflejo de esta paradoja: 23 tiros a favor del City y nueve a favor del Tottenham. Sin goles en el marcador local. Por más paradas que hiciera Vicario, que las hizo y de un mérito extraordinario, la falta de acierto fue una derivada de la pobre gestación de esas ocasiones. Bernardo Silva no dio abasto en su continuo ir y venir apagando fuegos. A Haaland, a Foden, a Gündogan y a Savinho les faltó ambición y convicción para pedir la pelota en los carriles centrales. Las jugadas discurrieron en demasiadas ocasiones hacia los costados. Arreciaron los centros. Para el City de Guardiola los centros a la olla nunca han sido una solución recurrente. Mucho menos desde hace un par de años. El Tottenham lo dejó patente.
Fue la quinta derrota consecutiva del Manchester City, contando Premier, Copa de la Liga y Champions. Nunca en toda su carrera Guardiola experimentó algo similar. La crisis deportiva se acentúa por las lesiones y viene de la mano de un conflicto jurídico con la Premier que amenaza al club con el descenso administrativo si los acusadores prueban que incumplió las reglas del fair play financiero. En plena borrasca, la semana pasada Guardiola anunció que renovaba por dos temporadas más, hasta junio de 2027. La presencia del técnico español, que asegura que acompañará al equipo si lo descienden, pretende dar fuerza a una institución que afronta momentos de dificultad después de convertirse en el club de referencia de Inglaterra con cuatro Premiers consecutivas y una Champions.
Guardiola: “La excepcionalidad no es eterna”
“Hay que felicitar al Tottenham”, dijo Guardiola. “Sufrimos para recuperar algunos balones y eso nos penalizó. Eso mostró nuestra fragilidad. Generamos muchas ocasiones y no las concretamos. Nos asaltaron pensamientos negativos. El fútbol son estados de ánimo y nos pesa la racha de derrotas. Yo nunca esperaba ganar tres Premiers seguidas y ganamos cuatro. La vida es así. La excepcionalidad que hemos vivido en los últimos años no es eterna. A veces bajas”.
Le preguntaron a Guardiola por la “fragilidad”, un término que sorprendió a los periodistas en la sala de conferencias del Etihad. “Somos frágiles porque debido a las lesiones que hemos tenido hay situaciones en las que cualquier detalle nos pone en desventaja”, explicó. “Lo hemos visto con Stones, a quien he tenido que quitar porque todavía se está recuperando de una lesión. Estamos concediendo muchas más ocasiones de lo que solíamos y no hay un solo factor que lo explique. Ahora nos damos cuenta de lo difícil que ha sido lo que conseguimos en estos años”.
El Arsenal vuela sin Havertz
Si el Liverpool se impone en Southampton este domingo será líder con ocho puntos de diferencia. El City sigue siendo segundo en la clasificación, a un punto del Chelsea y el Arsenal. El equipo de Arteta ofreció el mejor partido de lo que va de temporada. En Londres, ante un Nottingham Forest que venía en crecida, Odegaard dio un recital de dirección. Escoltado por Jorginho y por Merino, el noruego activó a una delantera que parecía anestesiada hasta este sábado. La transformación coincidió con un cambio de piezas que Mikel Arteta, el técnico, se negó a realizar por más que desde el club se lo insinuaran desde hace meses. Por fin, Arteta accedió y sentó a Kai Havertz, el futbolista que fichó por 75 millones de euros en 2023, una apuesta personal, que, según fuentes del club, acabó por generar una profunda tensión en la plantilla.
Responsable directo del empate ante el Chelsea en la última jornada, cuando descuidó la marca de Pedro Neto en el 1-1, el alemán conoció la suplencia por primera vez en mucho tiempo. En su lugar el técnico puso a Gabriel Jesús. Postergado durante todo el curso pasado, el brasileño se había deprimido. Pero sus desmarques, su actividad incesante, y su generosidad en defensa, le conferían la condición de favorito entre sus compañeros, especialmente en el cuartel de Odegaard. La respuesta no se dejó esperar. Con Gabriel Jesús en el campo el Arsenal pudo meter una goleada sideral. El partido acabó 3-0. El Arsenal puso fin a una racha de cuatro jornadas sin victoria.
Clasificación | PT | PJ | PG | PE | PP |
---|---|---|---|---|---|
1
LIV
|
31 | 12 | 10 | 1 | 1 |
2
MNC
|
23 | 12 | 7 | 2 | 3 |
3
CHE
|
22 | 12 | 6 | 4 | 2 |
4
ARS
|
22 | 12 | 6 | 4 | 2 |
5
BHA
|
22 | 12 | 6 | 4 | 2 |
Clasificación | PT | PJ | PG | PE | PP |
---|---|---|---|---|---|
4
ARS
|
22 | 12 | 6 | 4 | 2 |
5
BHA
|
22 | 12 | 6 | 4 | 2 |
6
TOT
|
19 | 12 | 6 | 1 | 5 |
7
NFO
|
19 | 12 | 5 | 4 | 3 |
8
AST
|
19 | 12 | 5 | 4 | 3 |
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