Ewa Pajor, la ‘nueve’ que ansiaba el Barcelona

Ewa Pajor (Polonia, 27 años) aterrizó este verano en Barcelona para ocupar la huérfana posición de nueve. Llegó como la tercera máxima goleadora del Wolfsburgo, con 137 tantos en 196 partidos tras nueve temporadas. En el Barça no podía ser diferente: en las seis primeras jornadas de Liga marcó nueve dianas, el mejor inicio goleador de la historia del equipo azulgrana, y es la pichichi de la competición local. En el último partido de Champions, contra el St. Pölten, fue fundamental al abrir el marcador con un tanto tras un inicio desconcertante, y este sábado vivirá su primer clásico.

Un inicio de temporada inmejorable que se entiende por su gran adaptación al equipo desde el primer día, en un vestuario azulgrana con grandes sinergias con el Wolfsburgo. Con ella son cuatro las jugadoras con las que coincidió en el equipo alemán: Ingrid Engen, Fridolina Rolfö y Caroline Graham Hansen. “Está metiendo muchos goles. Es una jugadora con un foco increíble. No voy a descubrir a Ewa Pajor, pero nos da mucho: presencia en el área, capacidad de desmarque y de repetir esfuerzos defensivos”, aseguró su entrenador Pere Romeu en la previa al clásico.

“Es exageradamente profesional”, añadió el técnico catalán. Algo que en la Ciudad Deportiva también sorprendió. La polaca cuida su alimentación, vive cerca del lugar de entrenamiento, siempre es la primera en llegar y la última en irse. Con un carácter afable y muy respetuosa —sobre el césped es descarada y potente— practica el grounding (caminar descalzo sobre la tierra, hierba o arena, como promulga Luis Enrique). Después de cada entrenamiento camina descalza sobre el césped, con su música, que escucha en polaco, lo que la mantiene cercana a su tierra natal. “Llegó adaptada. Es una jugadora 10 a nivel personal”, corrobora Romeu.

En el vestuario va un poco a lo suyo. Con un inglés aún limitado —está aprendiendo español—, se comunica más con aquellas jugadoras como Engen, que saben alemán de su etapa en la Bundesliga. “Es especial reencontrarnos. Hablamos de la vida que compartimos en Alemania, y también de la vida aquí”, confesó la central noruega en la jornada previa al clásico. Y añadió: “Para ella es un sueño estar aquí. Es agradable verla marcar los goles a los que nos tiene acostumbradas. Estoy muy feliz de que esté mejorando tanto. Trabaja muy duro”. En el Wolfsburgo formó un temible tridente ofensivo junto a Pernille Harder y Graham Hansen, con quienes anotó un total de 49 goles y 23 asistencias. “Somos muy amigas. Y nos conocemos muy bien en el campo. Es un lujo tenerla, porque lucha todos los días por el equipo, en los entrenos, en los partidos”, confiesa Graham Hansen. Su conexión sobre el césped es innegable, así lo evidencia Pajor: “Sé cómo juega, y ella sabe cómo quiero el balón”.

En el Barça se ha convertido en fundamental. Ha ocupado con solvencia —más de 820 minutos disputados, 10 titularidades de 12 posibles y 11 goles en todas las competiciones— una posición vacía desde la definitiva marcha de Jennifer Hermoso en 2022, que dejó 181 goles en toda su trayectoria. Desde entonces, ninguna jugadora se ha instaurado con la misma presencia en la delantera azulgrana. Asisat Oshoala —dejó el club el pasado invierno para irse a la liga estadounidense— también tuvo buena relación con el gol, con un total de 110 dianas, pero jamás encontró la regularidad. A partir de ahí, muchas jugadoras han ocupado temporalmente la posición, muchas como falsa nueve: Salma Paralluelo, Mariona Caldentey o incluso Alexia Putellas.

En Barcelona volverá a intentar ganar la Champions, trofeo que aún falta en la vitrina de la polaca: hasta cuatro veces ha sido subcampeona con el Wolfsburgo. El próximo reto, sin embargo, será su primer clásico. “Para una jugadora de fuera siempre es bueno ponerla en contexto y explicarle un poco lo que se puede encontrar. Pero ya lo huelen cuando van a entrenar y se acerca el clásico. La ilusión es máxima”, compartió Romeu. “Pero”, siguió, “hay que estar tranquilas para enfrentarlo bien”. Con Pajor, sus goles y su trabajo, la tranquilidad está más asegurada.