La incertidumbre acecha al Girona de Míchel
El técnico, que perdió a sus jugadores más importantes, quiere cuatro fichajes ‘top’
Líder moderno, acostumbrado a descifrar la personalidad de cada jugador, Míchel todavía no sabe cómo quedará confeccionada la plantilla del Girona. Técnico obsesivo, siempre pendiente de cómo mejorar individualmente a todos sus futbolistas, Míchel no ha podido contar con ocho jugadores durante la pretemporada: Tsygankov, Valery, Van de Beek y Portu (virus); Bryan Gil y Krejci, lesionados; Abel Ruiz y Miguel Gutiérrez, Juegos Olímpicos. Ambicioso, con la idea de potenciar (aún más) al Girona, Míchel pidió cuatro refuerzos más (ya cuenta con siete caras nuevas). En definitiva, el equipo sensación de la temporada pasada en España comienza la Liga en construcción y a su entrenador le preocupa.
“La pretemporada fue mala, ha sido difícil preparar los entrenamientos”, se sinceró Míchel la semana pasada en una entrevista en RAC1: “no pudimos contar con todos los jugadores”. El Girona disputó siete partidos amistosos en este verano: ganó uno (Nápoles), empató tres (Olot, Espanyol y Montpellier) y perdió tres (Toulouse, Newcastle y Bournemouth). Además, los duelos de preparación dejaron un saldo de ocho goles a favor y 15 en contra. Ahora mismo, no tengo claro el equipo ni la manera de jugar. Y estamos a cinco días de la competición”, completó su análisis el preparador del Girona el pasado sábado, después del último encuentro ante el Bournemouth antes de estrenarse en la Liga este jueves frente al Betis en el Benito Villamarín (21:30 horas, DAZN).
Nadie en Girona chistó. Al contrario, entienden la rabia de Michel. “Tengo claro que quiero el crecimiento del club y que se honre esta camiseta”, sostiene el preparador madrileño. Y, tras conversar con Quique Cárcel, director deportivo del club, este miércoles en la previa del partido ante el Betis, Míchel moderó su discurso. “El otro día dije que no tenía claro el equipo ni cómo jugar, pero es lo que pensaba entonces. El sábado teníamos seis jugadores fuera por enfermedad y dos que estaban lesionados. No sabía si iban a llegar al partido. Ahora sí lo sé. Eso me hace tener las cosas más claras”, expuso. Su discurso comedido, en cualquier caso, no altera sus deseos. Y así lo saben también en el área deportiva: quiere un portero, un centrocampista ofensivo, un delantero y también un extremo.
Sin embargo, nunca ha sido fácil fichar en el Girona. El método sistemático y paciente del área deportiva rojiblanca genera, en ocasiones, que las caras nuevas se retrasen. “Si hay cuatro opciones para una posición, nosotros siempre intentamos esperar por la primera o segunda. No nos queremos conformar con la tercera y cuarta”, explican desde Montilivi. Cárcel no quiere errores en las incorporaciones; Michel, tampoco. El problema son los tiempos. “Pero el acierto en los fichajes no se puede controlar por mucho talento que tengamos en el área deportiva y en el banquillo”, completan las mismas fuentes.
Y aunque llegaron Krejci (Sparta de Praga), Abel Ruiz (Sporting de Braga), Misehouy (Ajax), Van de Beek (Manchester United), Alejandro Francés (Zaragoza), Bryan Gil (Tottenham), Oriol Romeu (Barcelona), Michel busca un salto de calidad para compensar la pérdida de 13 jugadores, esencialmente importantes las bajas de Aleix García (Bayer Leverkusen), Eric García (Barcelona), Savinho (City), Yan Couto (Borussia Dortmund) y Dovbyk (Roma).
“Ahora mismo no tengo en la cabeza ningún partido de pretemporada en el que el equipo haya tenido una mirada colectiva. Por eso, hemos de crecer mucho comparado a lo que ha demostrado el equipo hasta ahora”, insistió el técnico. “Pero”, añadió, “lo haremos. La dirección deportiva y yo estamos en la misma línea, en la misma manera de ver las cosas y de hacer la plantilla. Se ficharán jugadores top para nosotros. Hemos de ponerles a todos nuestra mentalidad. Y hay que tener orgull gironí para honrar la camiseta”, expuso Míchel en la víspera del duelo ante el Betis, el escopetazo inicial de una campaña histórica para el Girona en la que competirá por primera vez en la Champions League.
“Seguro que haremos una gran temporada”, remató el técnico madrileño, tras un verano en el que se tapó los oídos para no escuchar las ofertas que lo pudieran alejar de Montilivi. Su liderazgo, obsesión y ambición continúan intactas: quiere un Girona ganador. Su problema es la incertidumbre, en el juego del equipo, y también en la plantilla.
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