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Wembley intenta conjurar el fantasma de la Eurocopa 2020 para la final de la Champions

Las autoridades refuerzan la seguridad con doble perímetro de control y puertas de acceso blindadas para evitar cualquier intento de asaltar el estadio

Decoraciones para anunciar la final de la Champions League, esta semana en Trafalgar Square (Londres)
Decoraciones para anunciar la final de la Champions League, esta semana en Trafalgar Square (Londres)TOLGA AKMEN (EFE)
Rafa de Miguel

Los responsables de la Asociación de Fútbol (FA, en sus siglas en inglés) de Inglaterra se han conjurado para que Londres recupere, con la celebración este sábado de la final de la Champions League que enfrentará al Real Madrid con el Borussia Dortmund, el prestigio que perdió hace casi tres años. Se han preparado más de 2.500 asistentes que cubrirán todas las zonas del estadio de Wembley, accesos con seguridad reforzada y muchas horas previas de entrada al campo para que todo fluya del modo más suave posible.

Por triste que pueda resultar, los responsables de la seguridad del legendario estadio respiraron aliviados el 11 de julio de 2021 cuando Inglaterra perdió frente a Italia la final de la Eurocopa. Más de 6.000 hooligans, muchos de ellos borrachos y en un estado elevado de excitación, esperaban fuera, dispuestos a saltar los controles de seguridad para acceder al campo y celebrar el triunfo de su selección. El día podría haber terminado en tragedia, después de todos los disturbios ya producidos cuando más de 2.000 aficionados lograron colarse sin pagar, en medio de escenas de gran violencia.

“Hemos reforzado todas las puertas de acceso, porque en la final de la Eurocopa la gente intentó echarlas abajo. Ahora permanecerán cerradas con un sistema de candado magnético, y hemos añadido una cerradura extra en cada puerta del estadio”, explicaba esta semana Chris Bryant, director de Torneos y Eventos de la FA.

La asociación ha invertido casi seis millones de euros en reforzar la infraestructura de seguridad del estadio, con el fin de que no vuelvan a producirse escenas como las de la Eurocopa. La emoción experimentada por toda Inglaterra con un equipo ejemplar en su juego y en su actitud —tanto el seleccionador nacional como los jugadores—, que más de medio siglo después volvía a llegar a la final, se vio empañada por el comportamiento de miles de vándalos borrachos, eufóricos y violentos. “Nuestro equipo, formado por personalidades modélicas, había llegado a su primera gran final en 55 años. Sin embargo, acabaron siendo decepcionados por una horda de matones borrachos y drogados, sin entradas, que decidieron abusar de personas discapacitadas, inocentes y vulnerables, así como de los agentes de policía, los voluntarios y el personal de Wembley”, escribió Louise Casey, la encargada de dirigir la comisión independiente de investigación que revisó todo lo sucedido. Muchos de los que lograron entrar por la fuerza al estadio usaron accesos destinados a personas incapacitadas.

La Eurocopa 2020, que se jugó un año más tarde por culpa de la pandemia, tuvo en la final una bomba de relojería. Para mantener la distancia social impuesta durante el confinamiento, se dejaron vacíos 25.000 de los 90.000 asientos de Wembley. Muchos de los aficionados que se quedaron fuera, sin entrada, sabían que existían todas esas plazas sin ocupar. La pandemia fue también la razón de que el número de asistentes para esa final fuera mucho menor del que hubiera sido necesario.

Llueve sobre mojado

Las finales de la Champions en París (2022) y Estambul (2023) también rozaron el desastre, con graves fallos organizativos y escenas de violencia. La UEFA sabe que la final de Londres es casi una última oportunidad para redimirse. “Queremos que este evento sea todo un éxito, por muchas razones. Por los aficionados, por la ciudad, y porque sabemos que mucha gente conserva en la memoria la Eurocopa 2020. Llevamos 18 mees planificando la final del sábado”, aseguró Bryant.

Los organizadores han instalado en el estadio la llamada “Zona X”, una sala de control desde la que se vigilará cualquier movimiento en las zonas exteriores de Wembley. Muchos de los asistentes llevarán incorporadas cámaras de seguridad.

Los aficionados deberán pasar por un control doble de seguridad —el primero, sin necesidad de mostrar la entrada— para poder acceder al estadio. Las puertas se abrirán cuatro horas antes de que comience el partido, no las dos que suele ser habitual, para que las gradas se llenen de un modo fluido y controlado.

Los organizadores han preparado dos espacios en la ciudad para las aficiones. Los hinchas del Borussia Dortmund podrán juntarse en Hyde Park, donde habrá un área acondicionada para 20.000 personas. Los del Real Madrid dispondrán de una zona similar en Victoria Embankment, la explanada en la orilla norte del Támesis. Es muy probable que, si miles de los llegados a la ciudad no dispongan de entrada, se instalen en ambos recintos pantallas gigantes para que puedan ver el partido y no intenten acercarse hasta Wembley.

“Entre nosotros [la FA] y la UEFA, hemos asumido completamente las lecciones, tanto de Londres como de París, a la hora de preparar este evento. Eso está claro. Y las hemos incorporado tanto a la planificación como a la estrategia del próximo sábado”, aseguraba Bryant esta semana.

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Sobre la firma

Rafa de Miguel
Es el corresponsal de EL PAÍS para el Reino Unido e Irlanda. Fue el primer corresponsal de CNN+ en EE UU, donde cubrió el 11-S. Ha dirigido los Servicios Informativos de la SER, fue redactor Jefe de España y Director Adjunto de EL PAÍS. Licenciado en Derecho y Máster en Periodismo por la Escuela de EL PAÍS/UNAM.
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