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Jonatan Giráldez: “Hay futbolistas que se marchan a mercados emergentes para nutrirse”

El técnico del Barça aborda su trayectoria y su marcha a EE UU antes de la final de la Champions del sábado contra el Lyon

Jonatan Giráldez
Jonatan Giráldez, entrenador del Barça femenino, en el estadio Johan Cruyff el pasado martes.Gianluca Battista
Irene Guevara

Jonatan Giráldez (Vigo, 32 años) aparece en las gradas del Johan Cruyff tras el primer entrenamiento de la semana previa a la final de la Champions contra el Olympique de Lyon. Es meticuloso al hablar de fútbol, pero emocional cuando se trata de su familia. Dispuesto a charlar de todo y sin escatimar palabras, le entra morriña al recordar Vigo. Habla de su hijo, Cíes —en honor a las islas gallegas—, su amuleto. Desde que nació, ha ganado todos los títulos posibles con el Barça. A final de temporada se marcha al Washington Spirit, en EE UU, tras tres cursos de éxitos como primer entrenador. Conoce la cultura del esfuerzo. Llegó con 19 años a Barcelona junto a su pareja Olaia.

Pregunta. ¿Cómo le explicará a su hijo lo que ha vivido con el Barcelona?

Respuesta. Suena a tópico, pero es difícil expresar con palabras todo lo que yo he sentido en el Barça. Lo que he vivido en el Barcelona ocuparía tres libros. Lo haré con una sonrisa en la cara, y que las emociones hablen por sí solas. Le explicaré el proyecto de vida: qué han hecho sus padres para dedicarse a lo que les gusta, cómo formarte a ti mismo siendo de Vigo y por qué salir.

P. Su final en el Barça está muy cerca. ¿Piensa en ello?

R. A veces. Pero ahora mi atención está exclusivamente en el sábado. Eso me genera tranquilidad porque me permite optimizar mis recursos mentales para el partido. Pero veo el cariño de la afición, o gente en la calle que me agradece estos años y me desea suerte. En casa, con mi pareja, me pongo morriñoso. Sabemos que vamos a dejar atrás 12 años maravillosos en los que mi vida ha cambiado una barbaridad. Ahora tengo un hijo, que es catalán, y que es el resumen de lo bien que nos ha ido aquí. Dormía mejor antes, pero hay sentimientos que no tenía, como cuando salgo de trabajar y entro por la puerta y veo a Cíes. Cada día es como una primera cita.

P. Como gallego, está acostumbrado a emigrar.

R. Ha sido un periplo de crecimiento profesional, estoy en el mejor equipo del mundo, pero a nivel personal soy alguien totalmente distinto al que llegó a Barcelona. Tenía una visión reduccionista del sitio y la cultura donde vivía. Cuando vuelvo a Galicia siento que la gente ha cambiado, pero soy yo quien es diferente. Soy muy inquieto, y cuando noto que estoy cómodo en mi día a día, me incomodo y necesito retos. Olaia y yo vinimos a Barcelona con un proyecto de cinco años para formarnos, coger experiencia y luego irnos al extranjero. Pero esos cinco se convirtieron en 12. Y ahora es como retomar esa idea inicial. Me voy con el sueño de tener la misma capacidad de mejora y aprendizaje en otro país. Y a nivel deportivo, ser un equipo campeón. No me imagino ir a un sitio con la conformidad de comparecer.

P. ¿Por qué Estados Unidos?

R. Cómo se están haciendo las cosas allí habla por sí solo. Es una Liga con un proyecto audiovisual en el que se ha invertido mucho dinero para los próximos cinco años. Puedes ver partidos desde todo el mundo. Y es una liga muy igualada, con estadios con afluencia importante. Hay mucha competitividad, y como entrenador te forma y te nutre.

P. ¿Está la Liga estancada?

R. Sí. Llevo aquí desde 2019 y he visto poca evolución. Se sigue jugando en campos que no son estadios, de césped artificial o que tienen poca iluminación. Este año se ha planeado con algo más de antelación, pero es insuficiente. Algunas cosas, como la Copa de la Reina, e independientemente del resultado sobre el césped, se han hecho bien. Pero a nivel de Liga hay mucho margen de mejora en todos los sentidos.

P. ¿Por ejemplo?

R. Invertir más en televisión. Siendo lo más humilde posible, lo que el Barça produce y percibe por la Liga es muy poco. Por ganar la Supercopa y la Copa, el Barça pierde dinero. Los arbitrajes se están profesionalizando, pero aún hay margen de mejora. Vemos cosas cada semana que son flagrantes. Todo se puede mejorar con inversión y pensando a largo plazo. ¿El año que viene jugaremos en los mismos campos? ¿Y en dos? ¿En diez? Yo creo que el año que viene será como este.

P. Se habla de fuga de talento. ¿Se siente parte de ella?

R. Ha sido una parte, pero no la razón principal. Siempre he buscado en el Barça retos para mejorar como equipo y no puedo achacar mi marcha exclusivamente a un tema de poca competitividad. Pero es evidente que hay muchas jugadoras que se han ido porque consideran que hay otros mercados emergentes que les pueden nutrir a nivel competitivo.

P. ¿Se ha planteado quedarse?

R. No se me ha pasado por la cabeza. Lo hice con antelación para explicar que me iba para echar una mano al club y organizarme con tiempo suficiente. Y se ha demostrado que esa decisión no ha perjudicado al equipo, porque hay muchos tabúes con respecto a comunicar el futuro. ¿Por qué hay problema en ser honesto? En otros países se hace, pero en España está mal visto. En todos mis trabajos lo he dado todo hasta el final. Es lo más profesional, y si cuando te marchas, la gente cree que has flaqueado en algún momento, vaya mierda que te recuerden así. Sería defraudar a mi familia, que he visto trabajar de mil cosas. He nacido con ese ADN, sabiendo que el trabajo es una necesidad.

P. Esta temporada ha dejado en el banquillo a figuras como Sandra Paños o Alexia Putellas.

R. Con las porteras hay una conversación a principio de temporada para que sepan de la situación de la que parten. Yo no les digo quién será titular. Si estableces roles, una decae, la otra se confía y la tercera piensa que no tiene opciones. Después tomas la decisión táctica. No puedes dejarte llevar por el nombre que lleva en la camiseta. La decisión tiene que estar justificada desde el punto de vista deportivo, y yo tengo los datos y sé sus estados de forma. Te puedes equivocar, pero no conozco ningún entrenador que tome una decisión para perder.

P. ¿Le ha perseguido la derrota contra el Lyon en 2022?

R. En el presente no, pero entonces sí. Me costó semanas digerirlo. Era mi primera final de Champions como entrenador. Esta será una final diferente a la de hace dos años, por cómo llegamos, por las jugadoras disponibles y por la ilusión. Además, hemos cambiado cosas, como ser más pacientes en el tramo inicial de temporada. Hay que ganar, pero no es necesario brillar los 90 minutos. En mi primer año, si la primera parte no era perfecta, me frustraba. Pero la paciencia ha sido mi gran crecimiento personal.

P. ¿Ganar al Lyon supondría un cambio de ciclo en Europa?

R. Depende. Es innegable la hegemonía que tiene el Lyon en Europa con sus Champions. Somos los dos mejores equipos de Europa. Ambos tenemos un gran nivel individual, y una capacidad de adaptación y mentalidad altísima. Habrá una gran final, eso seguro. Quiero ganar los cuatro títulos.

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