El Celta sufre para vencer a un Athletic de circunstancias
El equipo gallego sigue fuera de la zona de la quema y el bilbaíno estropea una racha de 49 partidos sin perder
En Balaídos se les heló la sangre a los aficionados al ver a Raúl García rematar a gol un centro desde la banda en el descuento. Cuando el árbitro señaló la leve falta del delantero, respiraron aliviados. Había sudado sangre el Celta para darle la vuelta al marcador y hubiera sido un estropicio. Ahora, tras la victoria, les queda margen para la salvación. Los bilbaínos estropearon una racha de 49 partidos sin perder cuando inauguraban el marcador.
El Celta sufría desde antes de comenzar, por la victoria del Cádiz; el Athletic, simplemente, se dedicaba a jugar con los nervios de su rival, que ha llegado sin terminar los deberes en mayo, así que al equipo rojiblanco le bastó, en la primera parte, con aguantar la salida en tromba de los vigueses e intentar que sus piezas fueran encajando, porque esa era otra: Ernesto Valverde, tras el cristal de su palco de Balaídos, montó una alineación con muchas novedades de inicio.
Faltaban los hermanos Williams, el pequeño lesionado, al igual que Sancet; Guruzeta se recupera de la apendicitis, Vivian está entre algodones, a De Marcos prefiere no castigarle demasiado...
En el Celta tampoco estaba Iago Aspas, al menos de inicio, ni tampoco Guaita en la portería porque sufre una gripe, así que jugó Iván Villar, que quedó señalado con el gol olímpico de Berenguer mediada la primera parte. El delantero navarro, el más activo de los rojiblancos, sacó su primer córner en corto, en el rechace llegó el segundo, que clavó desde la esquina al palo contrario. Ni se inmutó, solo lo celebró cuando le felicitaron sus compañeros. El equipo local perdió pie con el tanto bilbaíno, y solo en un remate de Larsen con la espalda inquietó a Unai Simón.
Pero la segunda parte fue distinta. Con Aspas y Hugo Álvarez en el campo, el Celta recuperó la fe y el Athletic ya solo tenía un objetivo, evitar que Unai Simón encajara goles, para poder acercarse más al trofeo Zamora como el menos goleado de la Liga. En el minuto 60, cuando las reglas determinan que el partido cuenta ya para que baje su porcentaje de tantos recibidos, Agirrezabala le sustituyó en la portería, el equipo rojiblanco se relajó y entonces apareció Hugo, primero para darle la asistencia del empate a Williot y después para completar la remontada con un disparo desde fuera del área. Balaídos solo sufriría con ese tanto anulado a Raúl García.
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