El Girona supera y presiona al Barça después de ganar en Las Palmas
Tres penaltis decidieron la suerte de un partido lento que deja al equipo de Michel muy cerca de la Champions
Girona aguardará festiva y excitada al Barça el sábado en Montilivi. El equipo de Michel se reencontró con la victoria en Las Palmas, después de cinco derrotas seguidas en cancha ajena, y supera al de Xavi por un punto a la espera de que los azulgrana reciban este lunes al Valencia. La clasificación para la Champions no solo está muy cerca del club blanquirrojo sino que también tiene a su alcance el segundo puesto de la Liga. Las expectativas para la próxima jornada contrastan con el soso encuentro de Gran Canaria.
A falta de juego, la cita se resolvió a balón parado, con tres penaltis: la UD Las Palmas falló el primero y el Girona marcó los otros dos, el que abría el marcador después de que Valles rechazara el tiro inicial de Dovbyk. Apareció en el rechazo David López para marcar el 0-1 y en el 0-2 acertó Dovbyk, candidato al pichichi después de sumar su gol número 19. El error de Sandro con el marcador a cero desmoralizó a un plantel canario que ha perdido el hilo de su juego aseado y valiente en los últimos ocho partidos de Liga.
No le sirvió de nada a la UD Las Palmas atropellar al Girona nada más empezar el partido. La carrera de Moleiro a espaldas de Eric García a los cinco minutos acabó en el momento en que se cruzó con David López. El delantero frenó, quebró al defensa y cayó en una acción que el árbitro interpretó como penalti, una decisión controvertida que confirmó después de consultar al VAR. Gazzanigga rechazó el tiro de Sandro desde los once metros y acreditó la presencia en la cancha del equipo de Michel.
El Girona apenas tenía la pelota, superado por la presión de Las Palmas, que todavía seguía dolido por el escarnio de Balaídos, el escenario en que sumó su quinta derrota consecutiva en la Liga. García Pimienta cambió a cinco futbolistas y el equipo se fue a por el partido, protagonista en las dos áreas, también en la suya propia cuando el colegiado pitó penalti a la salida de un córner por un agarrón de Kirian a Eric García. Aunque Valles rechazó el disparo de Dovbyk, David López remachó la pelota para marcar el 0-1.
Jugaba el Girona con los nervios de la Unión Deportiva. El plantel de García Pimienta ha perdido la tensión competitiva, y también eficacia, desde que juega desde hace tiempo con un colchón de puntos que le ha asegurado la permanencia en la Liga. Los rivales aguantan y aguardan a que los canarios se equivoquen como volvía a pasar ante el Girona. Los partidos y el campeonato se hacen muy largos para Las Palmas. El 0-2 se anunció de forma tan pausada como clara con las llegadas de Couto y Dovbyk.
El segundo gol llegó cuando no sabía qué hacer el equipo local, si tocar o apretar, desconcertado por el resultado, por su desdicha y hasta por un cierto desinterés de su hinchada, cada vez más resignada por más que de vez en cuando se irritaba con el árbitro Figueroa Vázquez. El árbitro volvió a pitar penalti, y también a consultar con el VAR, por una entrada de Mármol a Yan Couto, y Dovbyk cerró el partido con el 0-2. El desconcierto canario avaló la superioridad del Girona
Los muchachos de Michel tuvieron más presencia y estuvieron más juntos en una segunda parte presidida por la falta de ritmo y la lentitud en el juego, solo alterada por los chispazos individuales como un tiro al larguero del siempre incisivo Moleiro y un segundo de Munir al que respondió con acierto Gazzaniga. La rueda de cambios ayudó a pasar el tiempo e invitó a pensar también en el duelo del próximo sábado: Girona-Barcelona.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.