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Rüdiger regresa a la batalla con Haaland que impulsó su salto en el Madrid

El alemán, que ha pasado de secundario a bastión defensivo, secó el año pasado al noruego en el Bernabéu animado por los memes que pronosticaban que el del City le iba a destrozar

Rüdiger y Haaland pelean por un balón en la ida de la semifinal de la Champions del año pasado en el Bernabéu.
Rüdiger y Haaland pelean por un balón en la ida de la semifinal de la Champions del año pasado en el Bernabéu.Quality Sport Images (Getty Images)
David Álvarez

Cuando el sorteo volvió a emparejar al Real Madrid con el Manchester City por tercer año seguido, algunos en Valdebebas lamentaron que el duelo llegara ya en cuartos, tan pronto. El cruce tampoco emocionó al otro lado, como resumió Txiki Begiristain, director deportivo del club inglés: “Qué pesaos. Otra vez... Aburriditos ya con las bolas estas... Siempre lo mismo”. Pero había también un futbolista encantado con la insistencia de la fortuna. Antonio Rüdiger (Berlín; 31 años) estaba feliz, según su entorno. Otra vez Erling Haaland, el reto que el año pasado reformuló su estatus en el equipo.

El salto de entonces ahora es formidable. Rüdiger fue titular bajo sospecha en la ida de la semifinal de la Champions contra el City la temporada pasada. Militão, pareja estable de Alaba en el centro de la zaga, vio días antes en Stamford Bridge una amarilla que conllevaba suspensión, y se dispararon las inquietudes sobre la visita al Bernabéu de Haaland, el gran goleador de Europa. Aquellas dudas ejercieron de combustible para Rüdiger.

El alemán comenzó a prepararse la noche siguiente, cuando se confirmó en Múnich que el City sería el rival de las semifinales. El central pidió a su gente que le enviaran todos los artículos y memes que encontraran que anticipaban cómo le iba a destrozar Haaland. “Gracias”, contestaba al recibirlos. “Gracias, no esperaba otra cosa”. Durante 16 días se alimentó de bromas y análisis que le daban por muerto.

Quienes le conocen bien aseguran que disfruta cuando arrecia el clima en contra. Le motiva de manera especial. Le ayuda a centrarse en el duelo. Le impulsa.

A Rüdiger le encanta jugar contra delanteros grandes como Haaland, que mide 1,94, cuatro centímetros más que él. En cambio, no le gusta vérselas con atacantes menudos. Disfruta con la batalla física, con las disputas por los balones aéreos. Aunque entiende que el devenir de esas batallas no depende solo del músculo: cree que solo podrá con ellos en la medida en que consiga meterse en la cabeza del delantero y agitar algo ahí dentro.

El empeño de las prospecciones de Rüdiger en el cerebro de Haaland quedó recogido en varias imágenes del partido del año pasado en el Bernabéu (1-1). El alemán se pega mucho a la espalda del noruego y le hace notar de manera insistente que está ahí, que no se va a separar de él: se asoma por un lado, por el otro, cuela la cabeza bajo la axila derecha del delantero. El noruego llegaba en un momento de gran inspiración, en el curso en el que, con 36, batió el récord histórico de goles en una campaña de la Premier. Rüdiger lo secó: Haaland registró esa noche el número más bajo de intervenciones de todos los jugadores, porteros incluidos: solo 21, un tercio menos que las más de 30 que promediaba en el curso. El exdefensa del Manchester United, Rio Ferdinand, se rindió al alemán: “Fue la mejor defensa que he visto de un central a Haaland”.

La exhibición tuvo tal impacto que, de las dudas que había suscitado la suspensión de Militão en la previa, se pasó al debate sobre si no debería ser titular en la vuelta. El brasileño emitía esos días señales preocupantes: “Tiene que despertarse. Pronto”, llegó a decir Carlo Ancelotti.

Esta vez Rüdiger lleva también días hablando con su gente del reencuentro con Haaland, desde el sorteo del 15 de marzo. Aunque la situación es muy distinta. Con Militão y Alaba lesionados durante meses y Nacho en horas bajas, el alemán ha emergido como el último central en pie de la plantilla: ha jugado el 82% de los minutos, frente al 68% del curso pasado. El resultado está siendo sorprendente: los 20 goles que ha recibido el Madrid en las primeras 30 jornadas de Liga suponen su tercer mejor registro histórico: son 0,67 por partido, solo por detrás de los 0,60 de la temporada 1964/65 y los 0,66 de la 2019/20.

Esta vez resulta imposible encontrar memes como los del año pasado que ayuden a alimentar la competitividad de Rüdiger. Es Haaland quien llega en un momento algo más dubitativo. El año pasado había marcado nueve goles en los nueve partidos del mes anterior al cruce, mientras que este cuenta solo uno en siete, el del sábado al Crystal Palace en Londres.

El domingo pasado Roy Keane dejó un análisis del noruego que pareció un meme: “Ante la portería es el mejor del mundo, pero como jugador en general, es tan pobre… Tiene que mejorar eso. Es casi como un jugador de League 2 [el cuarto peldaño del fútbol inglés]”. Antes de ser comentarista televisivo, cuando aún ejercía como futbolista, Keane retiró del fútbol al padre de Haaland con una entrada salvaje que le destrozó la rodilla derecha.

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Sobre la firma

David Álvarez
Sigue la información del Real Madrid y la selección española en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de la sección de Deportes. Ha cubierto los Juegos Olímpicos, el Mundial de fútbol y la Eurocopa. Antes trabajó en ABC, El Español, ADN, Telemadrid, y La Gaceta de los Negocios. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra.
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