El método Bordalás aplaca a un Betis sin fútbol
El Getafe se trabaja un buen punto en medio de un partido trabado y con 11 amarillas
El Betis perdió dos puntos y, lo que es peor, a Isco, que se llevó la mano a su pierna en el minuto 83 con evidentes gestos de dolor. Habrá que ver el alcance de la lesión del alma del Betis, que no pudo casi nunca con un Getafe fiel a su estilo, que se llevó un punto muy merecido de Heliópolis. Podrá gustar más o menos que un equipo comience a perder tiempo en el minuto 30 de la primera mitad y que no tenga reparos en detener con faltas tácticas a su rival, pero mientras el árbitro lo permita y se juegue bajo el reglamento no hay nada que objetar. Cada uno se busca la vida como puede y todo el mundo tiene derecho a comer. Al Betis, por supuesto, le faltó energía y fútbol para superar a un Getafe que va siempre de verdad. Y si encima se pone por delante en el marcador, es muy complicado meterle mano. Lo que tiene que analizar el Betis es por qué depende tanto de Isco, que no apareció en la segunda mitad con el 1-1, y por qué su técnico, Manuel Pellegrini, no cuenta con sus delanteros y tiene que poner a Fekir, en busca de su mejor forma, de atacante. El empate, por lo tanto, fue el resultado final de un encuentro muy igualado, con 11 amarillas, muchas faltas y continuos parones en el juego que, eso sí, perjudicaron bastante al Betis. El punto apenas le sirve en su pelea por jugar en Europa.
Los verdiblancos lo intentaron, pero son poca cosa sin Isco. Apenas hubo oportunidades y los goles llegaron después de dos penaltis bien ejecutados por los mejores jugadores sobre el campo, Greenwood e Isco. Dominó el Betis, pero apenas llegó, mientras que el Getafe gozó en el tramo final de un par de acercamientos con mucho peligro. Siempre con Greenwood de protagonista. En el minuto 87 y tras una gran acción del inglés, Rui Silva salvó el 1-2 ante Jordi Martín. Si algún equipo estuvo más cerca de ganar fue el Getafe. Ahí se acaban las discusiones sobre los estilos. Además, el equipo de Bordalás abordaba su tercer partido de la semana mientras que el Betis llegaba fresco al duelo.
El Getafe tiene muy claras cuáles son sus virtudes. Juega con una gran intensidad al fútbol y sus futbolistas desprenden personalidad. Dos factores que le sirvieron para capear un ambiente festivo en el Benito Villamarín, casi lleno, con una afición entregada a un equipo que se ha reforzado bien en el mercado invernal. El Getafe, a lo suyo, desactivó al Betis con marcas muy claras a Rodri e Isco, las fuentes de juego locales, provocando la parálisis en el equipo verdiblanco. Una táctica a la que ayudó Greenwood, al que Abner le hizo un claro penalti que el inglés anotó con clase, y el error de Fekir con todo a favor a los tres minutos. Abner se lesionó en la acción del penalti y el Betis sufrió. No se jugaba nada, había muchos parones en el juego y los futbolistas locales eran incapaces de hilvanar dos pases seguidos. Al Betis que le gusta tocar y no podía, le dio aire un penalti de Latasas a Cardoso al despejar el balón. Ya se sabe que los delanteros en el área propia suelen meter la pata. Es el primer penalti que le pitan al Betis esta temporada. Empató Isco en medio del barullo.
El Getafe paraba el juego con faltas y los locales se desesperaron. Cada falta de un bético era sinónimo de amarilla. La desesperación no es una buena aliada contra equipos tan bien organizados como el Getafe.
El segundo tiempo fue flojo. Isco desapareció y luego se lesionó. Llovían las tarjetas para uno y otro equipo y el choque se enfriaba. Parecía más contento el Getafe con el punto, aunque estuvo cerca de llevarse los tres. En el Betis, donde se esperaban como agua de mayo a Fornals o Abde, que apenas aportaron, cundió el desánimo. Este Getafe es un equipo duro de pelar y se llevó un buen punto de Heliópolis.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.