La rebelión de Lunin: para como los mejores de Europa, aunque Ancelotti prefiere a Kepa
Tras dejar sus peores registros el curso pasado, el ucranio dispara sus prestaciones y afronta ante el Nápoles el último partido antes de que se recupere el vasco
Cuando Thibaut Courtois se rompió el cruzado anterior de la rodilla izquierda a solo dos días del debut liguero del Real Madrid en San Mamés, Andriy Lunin pudo atisbar un futuro con las oportunidades que no había tenido desde su fichaje en 2018. Pero fue algo fugaz. El club se movió enseguida para buscar un recambio que mantuviera al ucranio de 24 años como segunda opción. El belga se lesionó el 10 de agosto, el Madrid ganó 0-2 al Athletic el 12 y el 14 se anunció la llegada de Kepa Arrizabalaga cedido del Chelsea. Pese al movimiento, Lunin entrevió una esperanza. “Kepa no es Thibaut”, le transmitieron en Valdebebas.
Querían espolearle para que le peleara el puesto al recién llegado. La sombra de Courtois, uno de los porteros más determinantes del mundo, había influido, según la interpretación de varias fuentes del Madrid, en que Lunin no se hubiera acercado a las expectativas que condujeron a que le contrataran con 19 años, después de que despuntara como mejor guardameta del Mundial sub-20. Su rendimiento tocó fondo la temporada pasada: fue la primera de su carrera en la que evitó menos goles de los que predecía el modelo de StatsBomb, que mide la dificultad de los tiros a los que se enfrenta un guardameta: en la Liga encajó 0,15 tantos por partido más de lo que debería haber permitido.
Sin la competencia de Courtois, la situación se ha dado la vuelta. Aunque la muestra aún es pequeña —solo ha jugado 402 minutos de Liga, por 677 el año pasado—, el vuelco parece significativo: ahora evita 0,48 cada 90 minutos, es decir, salva un gol cada dos partidos. Kepa, que ha jugado 1.001 minutos evita 0,20 por encuentro. “Se ha quitado el peso de Thibaut”, dice una fuente con acceso al vestuario.
“Es lo que tiene creérselo un poco y tener a Llopis dándote la turra todo el día”, explica una persona que trabaja a diario en Valdebebas.
El papel de Luis Llopis, el preparador de porteros del Madrid, que ya resultó fundamental en el despegue definitivo de Courtois hasta hacer cumbre en la final de la Champions de París en 2022, ha sido decisivo en la mejoría de Lunin. Al encontrarse Courtois fuera de combate, ha podido centrarse más en el ucranio, con sus vídeos pre partido y las sesiones de revisión posteriores.
El portero transmite más seguridad. No solo con sus intervenciones, como en el penalti que detuvo contra el Braga con 0-0 en el Bernabéu, el día que volvió a jugar por la lesión de Kepa en el calentamiento. Sus compañeros también perciben más poso en los gestos. Incluso empieza a hablar más en el campo, y algunos aseguran que también en el vestuario, aunque como describió este martes Carvajal el principal rasgo de su carácter sigue siendo otro: “Es un chico bastante introvertido. No se deja llevar por sus emociones”.
También dejó paradas decisivas contra el Valencia y contra el Cádiz, pero al terminar ese encuentro Ancelotti congeló el entusiasmo: “Contra el Granada [el sábado], si Kepa está bien, va a jugar”, dijo. Sin embargo, Lunin no flaqueó. Según su entorno, sigue empeñado en pelear por lo que considera su sueño, ser importante en el Madrid, y cree que nadie le va a regalar nada y que solo con partidos impecables tiene una pequeña posibilidad de lograrlo.
Este martes Ancelotti, en la víspera de recibir este miércoles al Nápoles (21.00, Movistar), reformuló su anuncio de Cádiz: “El día que vuelva Kepa va a competir el puesto con Lunin. Esto es lo que se ha ganado Lunin jugando muy bien”. Con el vasco atacan mejor; con el ucranio están más seguros por alto. Carvajal también le envió un reconocimiento: “Es un profesional como la copa de un pino. Quiero felicitarle, porque siempre que le ha tocado jugar ha estado a la altura. Nos ha ayudado muchísimo”.
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