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Golpe de mano del Atlético ante el Feyenoord

El equipo de Simeone logra la clasificación para octavos tras derrotar al conjunto neerlandés con uno de sus mejores partidos en Europa fuera de casa en los últimos años

Mario Hermoso durante la acción del segundo gol del Atlético de Madrid.
Mario Hermoso durante la acción del segundo gol del Atlético de Madrid.Dean Mouhtaropoulos (Getty Images)
Ladislao J. Moñino

Pleno de personalidad, el Atlético dio un golpe de mano en Rotterdam. Ventiló al Feyenoord con un partido excelso por coral y bien jugado con la pelota que le dio la clasificación para los octavos de final y le deja el primer puesto del grupo a tiro de empate en la última jornada ante el Lazio y en casa. Fue una victoria de equipo grande, que jugó sin complejo alguno ante la amenaza de un rival y de un ambiente que se prometían crudos.

FEYFeyenoord
Feyenoord
1
Bijlow, Hancko, Lutsharel Geertruida, Gernot Trauner (Antoni Milambo, min. 63), Quilindschy Hartman, Calvin Stengs (Luka Ivanusec, min. 70), Quentin Timber (Leo Sauer, min. 77), Mats Wieffer, Igor Paixão (Ayase Ueda, min. 45), Yankuba Minteh y Santiago Giménez
ATM Atlético
3
Atlético
Oblak, Nahuel Molina, Rodrigo Riquelme, Giménez, Mario Hermoso, Witsel, Koke (Correa, min. 84), De Paul (Saúl, min. 74), Marcos Llorente (Pablo Barrios Rivas, min. 56), Griezmann y Morata (Depay, min. 74)
Goles 0-1 min. 14: Lutsharel Geertruida (p.p.). 0-2 min. 57: Mario Hermoso. 1-2 min. 77: Mats Wieffer. 1-3 min. 80: Santiago Giménez (p.p.).
Árbitro Anthony Taylor

El Feyenoord, como el Celtic de Glasgow, cuenta con el fervor orgulloso de su hinchada, nostálgica de la conquista de la Copa de Europa de 1970 con aquel equipo que bajo la dirección de Ernst Happel y el liderazgo de Van Hanegem, Israel y Jansen le discutía al Ajax de Cruyff la autoría del fútbol total. La sentencia Bosman y el enriquecimiento de los clubes más poderosos que ha propiciado la Champions League han rebajado a muchos históricos como el Feyenoord al segundo escalón del fútbol europeo. Eso sí, en cuanto pueden asomar la cabeza por Europa con posibilidades de competir con dignidad el entusiasmo de sus hinchadas se encarga de recordar la heráldica.

De Kuip pretendió ser un infierno para el Atlético y el Feyenoord, un equipo de fútbol salvaje, entendido como un estilo de juego huracanado, a altas revoluciones y acompañado por la flama de una atmósfera ambiental con 50.000 almas que incluye pirotecnia aérea lanzada al cielo desde los aledaños del estadio. De ese magma brotó el Feyenoord en el arranque con dos presiones feroces que hicieron rugir las tribunas. Un cruce oportuno de Hermoso impidió a Minteh ejecutar a Oblak desde el punto de penalti. Fue el último susto real que padeció el Atlético en el primer tiempo. Emergió un equipo sólido y fiable con la pelota para mostrar que cuatro toques agudos y afilados pueden silenciar una jauría emocional como la que reproduce De Kuip. Hermoso, De Paul, Griezmann, sibilino, tac, tac, tac y Morata a la carrera para citarse en la frontal del área con Bilow. Demasiado tiempo para pensar para el atacante del Atlético, perdedor del mano a mano por elegir un disparo centrado y poco dañino. Se hizo el silencio y se prolongó cuando Marcos Llorente convirtió un rechace de un saque de esquina en un globo que cayó a plomo sobre las piernas de Geertruida y se introdujo en la portería.

Memphis Depay, Rodrigo Riquelme, Antoine Griezmann y Nahuel Molina, del Atlético de Madrid, celebran el tercer gol del equipo.
Memphis Depay, Rodrigo Riquelme, Antoine Griezmann y Nahuel Molina, del Atlético de Madrid, celebran el tercer gol del equipo.Dean Mouhtaropoulos (Getty Images)

Tenían los futbolistas de Simeone la intención de pellizcarle al Feyenoord lo antes posible y lo consiguieron. Con la ventaja del gol, iniciaron un ejercicio de oficio. Hacía tiempo que el Atlético de Simeone no daba esa sensación de autoridad en un partido de Copa de Europa fuera de casa. Con Griezmann como maestro de ceremonias en el toque y hasta en el quite. Minimizaron los futbolistas de Simeone al campeón holandés con la pelota, sin importarles arriesgar en la construcción desde atrás. Les faltó sacarle más rédito en el último tercio de campo a su buen pie, pero desinflaron el ímpetu del Feyenoord. No hubo noticias de su afamado goleador, el mexicano Santi Giménez. Entre otras cosas porque el Atlético impidió que le abastecieran con centros laterales. Se vició en exceso el conjunto neerlandés en busca del uno contra uno de Minteh contra Riquelme. El canterano logró dejar en fuegos de artificio los juegos de cintura del extremo gambiano. Y cuando sobrevoló alguna rosca el área de Oblak, Giménez, Hermoso y Witsel estuvieron imperiales.

Autoritario en el primer acto, también se empeñó el Atlético en serlo en el segundo. Un disparo de Griezmann al palo fue la muestra de ese equipo dispuesto a dar un puñetazo en la mesa. Daba la impresión de que solo un error o un regalo defensivo podían meter al Feyenoord en el partido. Y lo concedió Witsel por conducir la pelota en zona prohibida ante Hartman. Su centro raso pilló despistado a Santi Giménez, que calculó mal el desmarque y se pasó de largo para poder empujar la pelota a puerta vacía.

El sobresalto fue pasajero. El Atlético persistió en su fútbol tocado y elaboró un segundo gol de orfebre. Koke templó el juego en la banda hasta que vio llegar a Barrios, que había entrado por Llorente. En su primera pelota el chico puso un globo por encima de la defensa que Hermoso convirtió sin dejarlo caer en una cuchara preciosa que describió una parabola inalcanzable para Biljow. La superioridad manifiesta del Atlético se quebró con el gol de Wieffer, que cabeceó ajustado un saque de esquina. Faltaba un cuarto de hora y De Kuip volvió a inflamarse.

Lo apagó Riquelme, inmenso y puntiagudo toda la noche, provocando una falta lateral. La botó cerrada Nahuel Molina y Santi Giménez embocó en su portería lo que no pudo hacer en la de Oblak, el gran favorecido del esplendoroso partido de su equipo. No pasó excesivos apuros y contempló una exhibición.

Mats Wieffer marca el único gol del Feyenoord.
Mats Wieffer marca el único gol del Feyenoord.PIROSCHKA VAN DE WOUW (REUTERS)

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Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.
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