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Rubiales se carga su propia pachanga

El Ayuntamiento de Motril impide que se celebre el partido que anunció el presidente junto a otros veteranos de la localidad granadina y los clubes participantes también desistieron de jugarlo por la presión

Nacho Sánchez
Las inmediaciones del Estadio Municipal Escribano Castilla de Motril (Granada), con una pintada de apoyo a Jenni Hermoso.
Las inmediaciones del Estadio Municipal Escribano Castilla de Motril (Granada), con una pintada de apoyo a Jenni Hermoso.Alba Feixas (EFE)

Vini, un perro pastor de seis meses jugueteaba en la puerta de un desértico estadio municipal Escribano Castilla, en Motril (Granada) a media tarde de este sábado. Pasaban las siete y media de la tarde y unos cuantos curiosos se acercaban al campo de fútbol con la ilusión de ver sobre el césped al presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, que había anunciado su participación en un partido junto a otras viejas glorias del Motril CF. Lo dijo el viernes en la asamblea, en la ciudad se armó el revuelo y diversas asociaciones feministas convocaron una protesta. El ayuntamiento terminó impidiendo que el encuentro se celebrase en ningún recinto municipal y los clubes que también se iban a unir, el CD Costa Tropical y el Puerto de Motril, se echaron para atrás. El presidente de este último, Francisco Domínguez, lo aseguraba con tristeza: “Era un homenaje al presidente, pero se ha enturbiado tanto y se ha generado tanta presión que hemos decidido suspender”, explicaba. Rubiales se cargó su propia pachanga.

El todavía presidente de la RFEF puso el foco en Motril de manera consciente cuando en su intervención en la asamblea de este viernes dejó claro que viajaría hasta allí de vacaciones y que participaría este sábado en un partido con sus amigos. Viejos compañeros de generación del Motril CF y de dos equipos de la zona más –sus filiales CD Costa Tropical y Puerto de Motril– habían confirmado su asistencia al choque, una tradición de Rubiales junto a otros veteranos de los equipos de la ciudad. Hasta tenían organizada una barbacoa como tercer tiempo del partido.

Vista del Estadio municipal de Motril vacío, este sábado.
Vista del Estadio municipal de Motril vacío, este sábado. Álvaro Cabrera


El principal club motrileño bautizó el choque amistoso como ‘Amigos de Luis Rubiales’ y así lo anunció en un comunicado, aunque la denominación no sentó bien a algunos de los participantes. Se iba a celebrar en el polideportivo, pero más tarde se trasladó al estadio municipal Escribano Castilla. Varias organizaciones feministas tanto motrileñas como de Granada reaccionaron rápido anunciando una concentración a las puertas del campo de fútbol. La pachanga estaba prevista a puerta cerrada, pero posteriormente el propio Rubiales pidió a la alcaldesa de Motril, Luisa María García Chamorro (PP), que dejase entrar al público. “Si alguien quiere pitarme o abuchearme, que pueda hacerlo libremente”, le decía Rubiales a sus amigos en un mensaje de Whatsapp, según recogía el periódico Ideal.

La regidora, que según fuentes cercanas se encontraba muy enfadada por el desarrollo de los acontecimientos, llevaba horas analizando qué hacer. Lo estudió el viernes y desde primera hora del sábado junto al concejal de Deportes, Daniel Ortega. Y a media mañana, finalmente, el Ayuntamiento lanzaba un escueto comunicado. “Ante la posibilidad de que se produzcan actos que puedan suponer un posible delito de alteración del orden público y dentro de las competencias municipales, se procede a la suspensión del partido de fútbol organizado por el C. F. Motril que se iba a celebrar esta tarde en el Estadio Municipal Escribano Castilla”. “Aquí te aseguro que nadie va a jugar”, contaba a media tarde el responsable del mantenimiento del terreno de juego, que reside en el propio recinto junto a su familia. “Tampoco jugarán en ningún otro espacio municipal”, añadía mientras la FIFA anunciaba la suspensión de Rubiales durante 90 días y se sucedían las declaraciones de distintos protagonistas del mundo del fútbol y se anunciaban dimisiones en el cuerpo técnico de la selección femenina de fútbol.

También a mediodía, la Plataforma 8 de marzo 25 de noviembre Contra la Violencia de Género de Granada enviaba como respuesta un comunicado suspendiendo la concentración que habían programado fuera del estadio. “No tiene sentido si se ha cancelado el partido en el estadio”, explicaba a EL PAÍS su portavoz, Paquil Fullerat, que mostraba su apoyo a Jennifer Hermoso y anunciaba la organización de un acto público con futbolistas de Granada. “Hacemos un llamamiento a la sociedad, para que reaccione ante ciertos comportamientos y actitudes hacia las mujeres en la vida en general y en el mundo del fútbol en particular, que son incompatibles con una sociedad que cree en la igualdad entre mujeres y hombres, en definitiva, una sociedad democrática”, decía el comunicado, enviado junto a la asociación Damos la cara contra la violencia de género.

Tres mujeres posan en las afueras del Estadio municipal de Motril con una pancarta del movimiento feminista.
Tres mujeres posan en las afueras del Estadio municipal de Motril con una pancarta del movimiento feminista. Álvaro Cabrera

“Es impresentable que siga en el cargo, se tiene que ir ya”, decía Rocío Sánchez, de 32 años, antes de que un grupo de mujeres levantara una pequeña pancarta que decía: “Hartas de la violencia machista”. “Nosotros veníamos a verlo, nos apetecía”, contaba Gregorio, motrileño que trabaja en Estepona y que se había acercado al campo de fútbol junto a su hijo adolescente. Rubiales es alguien querido en Motril y muchos le apoyan. “No lo ha hecho bien, pero tampoco es para tanto. Se ha exagerado mucho”, añadía el hombre. “Yo creo que Rubiales se equivocó con el anuncio que hizo en la asamblea”, asegura el presidente del Puerto de Motril, Francisco Domínguez, que cree que el posterior comunicado emitido por el CF Motril bautizando el partido como ‘Amigos de Luis Rubiales’ “encendió una llama” que solo el Ayuntamiento pudo apagar suspendiendo el encuentro. “Ha sido mucha presión para todos nosotros”, subraya Domínguez.

El Consistorio debatirá en los próximos días si retira la Medalla de Oro de la ciudad a Rubiales, que la recibió en junio de 2021 en reconocimiento a su trayectoria en el mundo del fútbol. La iniciativa partía de Izquierda Unida - Equo, cuyo concejal, José Lorente, asegura que el reglamento de esta distinción contempla que se pueda retirar por causas de “entidad suficiente”, como el beso a Jennifer Hermoso.

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