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Hamilton gana en Bélgica por la descalificación de Russell

Los comisarios le quitan la victoria al británico en Spa, al descubrir que su coche terminó 1,5 kilos por debajo del peso mínimo permitido

Lewis Hamilton durante el Gran Premio de Bélgica.
Lewis Hamilton durante el Gran Premio de Bélgica.Leonhard Foeger (REUTERS)
Oriol Puigdemont

La Fórmula 1 en sí es como muchos de sus pilotos, caso de Max Verstappen o Fernando Alonso, con una legión de seguidores casi tan numerosa como la de ‘haters’. En el campeonato hay carreras de esas que llenan de argumentos a quienes critican el certamen por considerarlo aburrido. En el lado contrario también hay domingos tan eléctricos como este último, en Spa, donde la prueba no se decidió hasta varias horas después de que concluyera la ceremonia de un podio con una composición de podio absolutamente inesperada. El triunfo de George Russell, sexto en parrilla, era el segundo del curso para el corredor británico y la respuesta a quienes creen que este certamen es demasiado previsible y no deja espacio para la improvisación. Sin embargo, la alegría solo le duró al chico de Norfolk para bañarse en champán y para colgar un ‘post’ en Instagram.

Un par de horas después de cruzar la meta, los comisarios advirtieron una discrepancia entre los valores que dieron las dos básculas sobre las que se pesó el Mercedes ganador. En la primera operación, el coche se pesó con la gasolina que había quedado en el depósito, y dio 798 kilos justos, una cifra que coincide, precisamente, con el mínimo permitido por reglamento. En el segundo pesaje, ya sin combustible, el monoplaza se quedó en 796,5 kilos, un kilo y medio por debajo de la barrera normativa. Una vez descubierta la infracción, la FIA llamó a declarar a los responsables de Mercedes, que no fueron capaces de defender la legalidad del W15 de Russell, descalificado con efecto inmediato. Este quiebro en los acontecimientos le sirvió la victoria a Lewis Hamilton y recolocó al resto de participantes, que ganaron un puesto respecto del orden en el que cruzaron la meta. De esta forma, Oscar Piastri terminó el segundo y Charles Leclerc lo hizo el tercero, justo por delante de Verstappen (cuarto), que arrancó el undécimo –arrastraba una sanción por haber recurrido al quinto motor–, y escaló seis puestos. Carlos Sainz finalizó el sexto y Fernando Alonso, el octavo.

La anulación del triunfo de Russell dio al traste con una historia de fantasía para Mercedes. Con la experiencia de las sesiones de ensayos del viernes y la cronometrada del sábado, nadie hubiera apostado un chavo en Bélgica por una victoria de la marca de la estrella, que metió la pata en el paquete de mejoras que introdujo en esta cita pero que tuvo la cintura suficiente para reaccionar y volver a la configuración que usó el domingo anterior, en Hungría. Gracias a ese cambio de última hora, a una salida portentosa de Hamilton y a una estrategia a la contra para Russell –hizo una sola parada y el resto de sus oponentes, dos–, el fabricante alemán metió a sus dos corredores en el fregado para ir guiándoles desde el muro, cada uno por su lado, hasta encontrarse al final, a tres vueltas para la bandera de cuadros. Hamilton llegó hasta su vecino de taller pero no llegó a tirarle el coche, probablemente para no arriesgarse a liar una gorda, y eso hizo buena, aunque solo fuera de manera momentánea, la apuesta de su compañero de equipo.

Después de estar casi medio año durmiendo, en esa versión quejica que emerge cuando las cosas no van del todo alineadas, Hamilton ha ido recuperando estímulos a medida que Mercedes ha revitalizado su monoplaza para volver a exhibir su mejor perfil justo a tiempo para irse de vacaciones. En Silverstone, a principios de este mes y delante de una hinchada que lloró de alegría con él, el piloto de Stevenage ganó una carrera tres años después de la última vez. Ese subidón motivó un cambio de actitud en pista en Hamilton, que parece ser el de siempre y eso es la mejor noticia para un Mundial que está más abierto que nunca. Muestra de ello es la mínima diferencia (1,1 segundos) que separó a los tres que se subieron al cajón. Es verdad que Verstappen tiene un colchón de puntos considerable (78 puntos), pero igual de cierto es que el holandés ya no compite solo contra sí mismo ni contra un único rival, sino contra tres. Hace siete días, en el ‘paddock’ había cuórum al catalogar el McLaren como el prototipo más afilado del momento. En menos de una semana, ya hay quien cree que el W15 está a ese mismo nivel, sino un paso más allá.

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