Otro desenlace aciago arruina a la selección femenina de balonmano en el Mundial
España se aleja de los cuartos tras perder contra Serbia (29-31) un encuentro que llegó a dominar por seis goles en la segunda parte


Danila So Delgado recogió el premio de MVP del partido con una cara que le llegaba al suelo. Razones no le faltaban después de que España sufriera otro agujero fatal. Esta vez ocurrió en el desenlace con Serbia. La selección era un equipo fluido que martilleaba la meta rival mientras las balcánicas se habían quedado secas. Esa era la dinámica de la tarde, con una ventaja que alcanzó los seis goles en el minuto 40 (23-17). A falta de 12, Elba Álvarez colocó el 27-22. Y ahí, con la orilla a la vista, las muchachas de Ambros Martín se apagaron. Fundido a negro.
Fue un cambio de agujas radical. En el tiempo que restaba, las Guerreras apenas sumaron dos dianas desde los siete metros. Ninguna en acciones de juego. En la otra costa, cada ataque de las serbias era gol o casi gol ante un equipo que se diluía sin remedio. A la selección se le notaron las costuras de la inexperiencia, se le aparecieron todos los fantasmas de otros socavones similares y nadie encontró la escapatoria.
La derrota supuso un golpe al corazón de las esperanzas españolas. El enfrentamiento, que abrió la segunda fase, se presentaba como lo más parecido a una final dentro del Mundial: la ganadora multiplicaba sus opciones de atrapar los cuartos de final. No había término medio para estos dos conjuntos que llegaban con dos puntos cada uno. Y el premio gordo se lo llevó Serbia, entrenada por José Ignacio Prades, exseleccionador español y exayudante de Ambros. Este jueves, España se cruza con Islandia (20.30, Teledeporte), a priori más débil, y el sábado le espera el gran hueso, las anfitrionas alemanas y en Dortmund. El panorama se le ha puesto muy negro a la selección con este revés justo cuando mejor se sentía.
“Sabemos que ya no dependemos de nosotras mismas y estamos obligadas a ganar, seguro, los dos partidos siguientes. Creo que podemos hacerlo. Lo que no podemos es volver a jugar este partido, de eso solo nos queda aprender”, lamentó Ambros Martín. “Ha sido muy duro por la forma. Estábamos haciendo un partido bastante completo, ellas estaban sin ideas, sin embargo, se han aprovechado de una exclusión para acercarse y eso nos ha generado muchísimo estrés. No podemos perder el control ni de uno mismo ni de las situaciones del juego. Ante un equipo con la experiencia de Serbia es difícil y ha pasado", explicó el seleccionador.
La sesión vespertina había arrancado a todo tren, con goles de una costa a otra y ritmo muy alto. Era el ataque más fluido y ágil de España en el torneo. So Delgado encendió el motor, pero, a diferencia de otros días, no le costó mucho encontrar aliadas. Subidas a la ola de optimismo que se desató después de la gran reacción contra Montenegro, la selección se presentó muy enchufada en ataque. Los 19 goles logrados al descanso hablaban de un conjunto muy engrasado cuando enfocaba la portería rival.
Le beneficiaba también las muchas pérdidas serbias, que las Guerreras se cobraban con contras o goles desde la otra orilla. Con uno de esos de una atinada Paula Arcos, España alcanzó su máxima diferencia en la primera mitad: 17-14 en el minuto 26. Las noticias eran buenas, no obstante, había un problema en el centro de la defensa, por donde las balcánicas lograban percutir y perforar la meta que defendía Nicole Morales, una novedad respecto a las jornadas precedentes. La portera no estaba incluida en la lista inicial de Ambros Martín, pero se incorporó a última hora y ha estado presente en todos los partidos en lugar de Nicole Wiggins. Esa vía de fuga ofreció un alivio a Serbia, que, pese a sufrir varias exclusiones, mantenía a raya a España.
¿Quién bajaría primero el ritmo anotador? Serbia, que se quedó a oscuras los 11 primeros minutos de la reanudación, frenada también por dos paradones de la novata Morales, mientras la selección seguía a lo suyo. Un robo de So Delgado más dos penaltis convertidos por la zaragozana dispararon a España. Tras los dos errores en el primer acto, la Pichichi también asumió ese papel.
La selección iba rodada, hasta que Serbia reactivó su máquina, empezó a sumar y la tendencia se invirtió de una forma radical. A las españolas se le empezó a ver el temor tatuado en la cara. Parón en seco, con Elba Álvarez fallando un siete metros, mientras las balcánicas volaban. También en inferioridad. Así, con una menos, se pusieron 29-30 en los últimos dos minutos. A esas horas, un empate ya le valía a España, pero el lanzamiento de Danila So Delgado, 11 tantos hasta entonces, se estampó en un poste a falta de 50 segundos, y ahí capitularon las Guerreras. Otro final triste, otro socavón final. En la élite de un Mundial, 45 minutos no alcanzan.
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