Pau Gasol, un partido con Catherine Zeta-Jones y un “¡vamos!” por Europa en la Ryder
El expívot español participa en el torneo de las estrellas que sirve como aperitivo del gran duelo de Nueva York


Un jugador de 2,15 metros se eleva por encima de cualquier golfista o aficionado en Bethpage Black. Es Pau Gasol. El expívot catalán participa en el partido de las estrellas de la Ryder Cup, un All Star entre personalidades de Europa y de Estados Unidos que sirve de aperitivo para el gran duelo. Pau juega su partido con la actriz británica Catherine Zeta-Jones, quien desde su 1,70m de estatura mira hacia arriba al mito del deporte español. Sus rivales son Michael Strahan, exjugador de fútbol americano que militó 15 temporadas en los New York Giants, y la cantante Miranda Lambert. Es una competición a 11 hoyos y los estadounidenses vencen por 6-5. La Ryder de los famosos cae del lado local por 25-19 tras cuatro encuentros en los que también se alistan Toni Kukoc, John McEnroe, Eli Manning, Brooklyn Beckham y el chef José Andrés.
“Estoy disfrutando de vivir mi primera Ryder y apoyando al equipo europeo”, cuenta Pau Gasol después de dar su golpe de salida en el hoyo 18. Entonces hace una pausa para observar el impacto de Zeta-Jones, a quien el público felicita porque este jueves cumple 56 años. “Europa tiene la química de haber ganado en Roma. No será fácil, pero vamos a por ello. El factor público ayuda, empuja y anima a los americanos, pero también puede servir a los europeos para jugar con esa energía y bajarles los ánimos”, comenta Pau. Sus 20 temporadas en la NBA le conceden un máster en jugar en ambientes hostiles como el que se encontrará Europa en Nueva York.

La competitividad no se pierde, sino que se transforma, y en el caso de Pau Gasol ha viajado de la pista de baloncesto al campo de golf. Cuando el doble ganador de un anillo con los Lakers convierte un putt de media distancia en el 17, un emboque que todavía daba esperanzas de arañar aunque sea medio punto, el ganador que fue asoma de nuevo, aprieta el puño, mira al público y grita: “¡Vamos!“.
El deportista se cambia poco después de traje. Ha de salir volando de Bethpage para regresar al hotel, ducharse y participar en Nueva York en un acto en el marco de la Asamblea General de la ONU como representante de su fundación contra la obesidad infantil y como embajador mundial de Unicef. El domingo espera regresar al campo para subirse al barco europeo.
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