Nadal anuncia que no competirá en el Open de Australia por una lesión
El tenista, de 37 años, sufrió un “microdesgarro” muscular durante el partido del viernes en Brisbane contra Thompson, el tercero que jugaba tras un año de parón
Rafael Nadal anunció este domingo en su cuenta de X (antes Twitter) que no disputará el Open de Australia, el primer Grand Slam de la temporada, por una lesión. La cita comenzará el 14 de enero en Melbourne, pero el tenista español no podrá participar debido al contratiempo físico que sufrió el viernes durante el duelo en Brisbane contra el australiano Jordan Thompson, en los cuartos de final de dicho torneo. En el tercer parcial, cuando el reloj ya había superado las tres horas de duración —fueron 3h 25m finalmente—, el campeón de 22 grandes solicitó que lo atendieran por unas molestias en la región inguinal, aunque pudo terminar el encuentro. Nadal perdió por 5-7, 7-6(6) y 6-3.
“Hola a todos, durante mi último partido en Brisbane tuve un pequeño problema en un músculo [el psoas ilíaco, del que se operó en junio] que, como sabéis, me tuvo preocupado. Una vez que llegué a Melbourne tuve la oportunidad de hacerme una resonancia magnética y tengo un microdesgarro en un músculo, no en la misma parte donde tuve la lesión y eso es una buena noticia”, explicó el balear por medio de sus redes sociales, a primera hora de este domingo. “Ahora mismo no estoy preparado para competir al máximo nivel de exigencia en partidos de cinco sets. Vuelvo a España para ver a mi médico, recibir tratamiento y descansar”, añadió el mallorquín, que volvió a competir el 31 de diciembre —en el dobles, junto a su técnico Marc López— tras casi un año de parón obligado.
Hi all, during my last match in Brisbane I had a small problem on a muscle that as you know made me worried. Once I got to Melbourne I have had the chance to make an MRI and I have micro tear on a muscle, not in the same part where I had the injury and that’s good news.
— Rafa Nadal (@RafaelNadal) January 7, 2024
Right… pic.twitter.com/WpApfzjf3C
No jugaba Nadal un partido oficial desde el pasado 18 de enero, cuando sufrió una rotura del tendón del psoas ilíaco durante el duelo con el estadounidense Mackenzie McDonald. Pese a que entonces se pronosticaron de seis a ocho semanas de baja, la ausencia fue dilatándose y al final tuvo que renunciar al resto del año, después de pasar en junio por el quirófano para ser intervenido del músculo dañado y también de un viejo problema que arrastraba en la cadera. Tras la cirugía emprendió de inmediato el proceso de rehabilitación y en octubre comenzó a dar los primeros pelotazos, pero no fue hasta hace poco más de un mes cuando elevó de verdad la intensidad.
Bueno, dentro de lo malo
En otro mensaje en X, Nadal afirma que su objetivo es estar a su mejor nivel en tres meses, es decir, para el comienzo de la gira de tierra batida. La primera cita del calendario es el Masters de Montecarlo, a partir del 6 de abril. Posteriormente, del 26 de mayo al 9 de junio, se disputará Roland Garros, el gran objetivo del balear. “Dentro de la triste noticia que supone el no poder jugar frente al increíble público de Melbourne, esta no es mala y todos seguimos siendo positivos con la evolución de la temporada. He tenido la oportunidad de jugar algunos partidos que me han hecho muy feliz y positivo. ¡Gracias a todos por el apoyo y hasta pronto!”, añadió en el mensaje. Él y su equipo respiraron con alivio cuando la prueba confirmó que no se trataba de una recaída ni de algo grave, puesto que las consecuencias podían haber dinamitado el plan final.
Y de camino a casa, el tenista, que el 3 de junio cumplirá 38 años, será examinado nada más llegar por su médico personal, el cántabro Ángel Ruiz Cotorro. Si su calendario ya era de por sí abierto, sujeto a la evolución en el día a día, ahora se perfilará más que nunca para llegar en las mejores condiciones posibles a la estación de arcilla. De momento, Nadal ha confirmado su presencia en una exhibición en Las Vegas (organizada por Netflix) con el murciano Carlos Alcaraz, el 3 de marzo, y también se oficializó recientemente su presencia en el Open Banc Sabadell de Barcelona, del 15 al 21 de abril. Entre la gira oceánica de enero y la de tierra se desarrollará la americana; primero en escenarios como Buenos Aires, Río de Janeiro y Acapulco, y después sobre el cemento de Indian Wells y Miami. Hoy por hoy, su presencia en alguno de ellos es una incógnita. No hay garantía alguna.
Ahora, todo está en el aire. Nadal no quiere arriesgar y de ahí que haya descartado forzar lo más mínimo para competir en Melbourne. Se mueve hoy día el balear entre dos realidades: la de su tenis y la de su físico. El querer y el poder. El deseo de un último baile y los altos que le ordena su musculatura. Los tres partidos disputados en Brisbane ofrecieron una sensación esperanzadora, en tanto que logró demostrar que puede recuperar relativamente rápido el nivel de juego; batió con suficiencia a Dominic Thiem y a Jason Kubler, y perdonó tres bolas de partido contra Thompson. Pero, al mismo tiempo, este último pulso reflejó que su cuerpo no resiste todavía a compromisos más duros y que, lógicamente, precisa de una fase de rodaje superior.
El próximo trimestre será trascendental. En un encuentro con este periódico, a mediados de diciembre en Kuwait, el deportista afirmaba que llegaría a Roland Garros sabiendo ya si este 2024 será su último año en activo o no. Las dos victorias logradas en su reaparición le han permitido dar un notable salto en el ranking de la ATP, del puesto 672º al 451º, pero volverá a descender más allá del top-600 por no comparecer en Melbourne —el año pasado ganó un encuentro— y las circunstancias son complejas. Nadal, dice, las acepta; sabía que iba a ser muy difícil y procesa este último revés con resignación. De nuevo parará, pero volverá a la carga para despedirse en la pista. Desde el doble éxito de 2022, cuando conquistó Australia y Roland Garros, se ha perdido cuatro de los siete grandes torneos celebrados; en los tres que jugó sufrió algún percance físico.
Con este último tachado, son ya 16 los que se ha perdido en sus 22 años de carrera en la élite como consecuencia de una lesión. Desaparece otra vez de la ruta el primer major, territorio de extremos para él. Sucedió en 2006 y 2013 por lesión; retiradas en 2010 y 2018; problemas recurrentes; y dos títulos antológicos (2009 y 2022). Ahora, otro frenazo forzoso. Otro golpe a encajar.
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