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Michael Johnson: “Me encantaría poder decir que inventé yo mi estilo de correr, pero no fue así. Fue algo natural”

Entrevista con el cuádruple campeón olímpico y explusmarquista mundial de 200m y 400m, que sufrió un ictus y trabaja por el deporte inclusivo

Michael Johnson
Michael Johnson, el miércoles pasado, durante la entrevista.Claudio Álvarez
Carlos Arribas

Michael Johnson (Dallas, Texas, 56 años) corría con zapatillas doradas y pasitos cortos en una época en la que los atletas eran los únicos reyes del estadio y su carisma saltaba por encima de los límites de su deporte. Es el único que en la historia ha ganado el oro en los 200m y los 400m en unos mismos Juegos Olímpicos (Atlanta 96) y el único que se ha proclamado campeón olímpico de los 400m, la distancia de los dioses, en dos citas seguidas (Atlanta y Sídney 2000). Es un portento físico que descubrió, y con él todos, que el ser humano, hasta el más fuerte, es siempre frágil cuando sufrió un ictus, un derrame cerebral en 2018. Visita Madrid para participar en las jornadas de deporte organizadas por Sanitas. Anima, jalea y aplaude, pero no puede, por consejo médico, participar en el relevo que campeones españoles –María Pérez, Álvaro Martín, Aauri Bokesa, Óscar Husillos, Mariano García, Mo Katir, Adrián Ben…– disputan con deportistas con discapacidades. “Creo que es realmente notable lo que está haciendo Sanitas con la inclusión de personas que de otro modo podrían estar marginadas. Creo que es muy importante. Cuanto más podamos incluir a la gente y ver a todos como seres humanos, independientemente de las diferencias que podamos tener, ya sean diferencias físicas, de raza, de sexo, de nacionalidad, de religión o de lo que sea, mejores seremos”, dice Johnson, que vive en Londres, donde es comentarista de la BBC, y a quien apenas se le notan, si no es por cierta rigidez en el andar y en un brazo, las secuelas del ictus. “Encontramos tantas razones diferentes para separar a la gente que creo que es muy admirable incluir a todos para que veamos a cada uno como un ser humano”.

Michael Johnson
Michael Johnson, en el centro del estadio de Vallehermoso.Claudio Álvarez

Pregunta. Todos pensamos que los grandes deportistas son superhombres, pero con su ictus recordamos que son tan frágiles como todos los demás…

Respuesta. Exactamente. Creo que soy un ejemplo. Un mal ejemplo, pero también un buen ejemplo de ello. Sí, cualquiera puede tener un problema de salud y por eso es muy importante cuidarse muy bien. Yo cuidaba muy bien de mí mismo, así que fue extraño que me diera este ictus, pero la ventaja fue que pude recuperarme totalmente y muy rápido porque ya estaba en muy buena forma y había cuidado mucho mi salud antes de sufrir el ataque.

P. ¿Le ayudó a recuperarse mejor su disciplina de atleta, su capacidad de sufrimiento, de resistencia al dolor?

R. Absolutamente. La recuperación de un derrame cerebral es muy, muy difícil para la mayoría de la gente. Yo tuve que aprender a andar de nuevo, a ponerme de pie y es un proceso muy difícil. Pero estoy seguro de que me recuperé más rápido gracias a la formación y la experiencia que tenía como atleta. Poseía la mentalidad necesaria para afrontar los contratiempos y la dificultad del entrenamiento.

P. Quizás su primer gran contratiempo lo sufrió en España, cuando una intoxicación en una mariscada en Salamanca le impidió participar en plenitud de forma en los Juegos de Barcelona 92, donde era favorito para los 200m… Tenía 24 años.

R. Sí, esa fue la mayor decepción de mi vida. Todo atleta sabe que una vez que llegas a los Juegos Olímpicos es muy difícil volver. Obviamente, yo volví dos veces más, pero eso no lo podía saber entonces. Y lo dudaba, porque para un velocista en Estados Unidos es más difícil entrar en el equipo olímpico que ganar los Juegos. Fue muy decepcionante pero creo que fue algo que me ayudó a seguir adelante. Aprendí cómo afrontar otros reveses y decepciones que sufrí después.

P. Siete años más tarde, en 1999, su siguiente visita a España fue más gloriosa. Ganó el Mundial en Sevilla y batió el récord del mundo de los 400m (43,18s) en una noche de calor tropical y aclamación popular…

R. Es uno de los mejores recuerdos, por supuesto, de mi carrera. Aunque ya poseía desde Atlanta 96 el récord mundial de los 200m (19,32s) llevaba años persiguiendo el de 400. Y finalmente fui capaz de lograrlo. Las condiciones eran perfectas. Estaba en la mejor forma. Así que, sí, tengo grandes, grandes, grandes, absolutamente increíbles recuerdos de eso. Es uno de los momentos más memorables de mi vida.

P. Su récord duró 17 años, y cuando lo batió el sudafricano Wayde van Niekerk (43,05 en Río 2016), todo el mundo pensaba que la barrera de los 43s estaba al caer… Si no se hubiera roto la rodilla jugando al rugby, ¿cree que lo habría conseguido?

R. Es muy difícil decirlo. Creo que él tenía el potencial y yo pensaba que yo también, pero es algo muy difícil. Los 400 metros se corren como un sprint muy largo, así que hay muchas oportunidades de cometer errores. Esa es una de las cosas que lo hace muy, muy difícil. Y es muy duro físicamente también. Es muy desafortunado para él porque sé que ese era uno de sus objetivos, correr por debajo de los 43 segundos. Y tuvo la suerte de batir el récord mundial cuando aún era muy joven, a los 24 años. Yo, en cambio, por desgracia para mí, ya estaba al final de mi carrera, así que me dije, no voy a seguir. Quería bajar de 43s, pero en ese momento ya tenía 32 años y es muy difícil entrenar duro y mantener el cuerpo sano. Y ya era hora de seguir adelante en otras cosas. Pero para él es realmente lamentable. Ahora es demasiado tarde.

P. ¿Es algo que lamenta usted, no haber sido el primero y el único que bajara de 43s?

R. No, porque 42 segundos no era un objetivo para mí. Batir el récord del mundo sí era un objetivo para mí. Creo que podría haber corrido en 42 segundos, pero no era un objetivo. Si hubiera batido el récord del mundo de los 400 metros al principio de mi carrera, sin duda habría corrido en 42 segundos. Pero yo ya sabía en 1999, cuando lo batí, que después del año 2000 me iba a jubilar. Así que no me arrepiento en absoluto.

P. Usted corría con las Nike de oro. Ahora todos corren con zapatillas mágicas de placas de carbono y espumas ligeras y se bajan las marcas en todas las distancias salvo en los 400m. En el último Mundial nadie bajó de 44s.

R. Es difícil decir qué efecto tienen las zapatillas. Sin duda, las zapatillas, ya sean de maratón o de velocidad, ayudan a algunos atletas. Pero hay algo más que las zapatillas cuando se trata de batir récords. Está el propio atleta y lo rápido que es capaz de correr. Las zapatillas ayudan, pero sólo hasta cierto punto y a algunos atletas más que a otros. Y cuando se trata de batir récords, sí, es algo más que las zapatillas. También son las condiciones. También es la cantidad de talento que hay en una prueba en un momento dado, y, evidentemente, no son los mejores tiempos para los 400m. Además, el atletismo es cíclico, hay pruebas que pasan épocas arriba y luego, 10 años después, épocas abajo.

P. Los 400m son la metáfora perfecta del dolor y el éxtasis. El atleta cree morir cuando le sube el láctico en la última recta y acaba mareado y vomitando, pero luego se siente dios. ¿Usted lo ve así? ¿Es parte de la grandeza de la prueba?

R. No, creo que cada corredor de 400 metros lo lleva de forma diferente. Creo que Van Niekerk es único en el sentido de que lo pasa muy mal al final de la carrera, frente a otros atletas que quizá no. Yo era velocista de 200 metros y pasé a los 400 metros. Se podría pensar que me costaría más, pero no me costó mucho. Así que creo que es diferente para cada atleta. A veces depende de cómo te entrenes. Para mí, el entrenamiento fue más duro que la carrera, muy, muy duro para mí. La mayoría de mis compañeros de entrenamiento eran corredores puros de 400 metros, a diferencia de mí, que era un 200 que pasaba a 400. Así que tenía buenos compañeros de entrenamiento, y siempre perdía en el entrenamiento, que era más duro para mí, pero ganaba la carrera.

P. Usted corría diferente a todos, erguido como un pato, rígido como una estatua y con pasitos cortos con una frecuencia muy alta...

R. Es la forma normal en la que siempre he corrido. Me encantaría poder decir que lo inventé yo, pero no fue así. Fue algo natural.

P. ¿Cómo definiría su estilo?

R. Hay dos maneras de ver el estilo de correr. Una es biomecánica y eficiente, ya sabes, cómo corres en términos de velocidad y potencia que puedes generar. La otra forma de verlo es visualmente, ¿cómo se ve? ¿Es bonito? ¿No lo es? Lo segundo no importa tanto. Es la primera la que importa. La gente siempre dice, oh, me encanta cómo corres, es tan bonito. Gracias. Pero lo más importante, ¿es eficiente? Y eso fue lo que encontramos desde el principio La potencia es un componente muy importante del sprint, la cantidad de fuerza y potencia que puedes poner en el suelo. Y tuve la suerte de que la forma en que corría me permitía crear más fuerza, lo que crea velocidad…

P. En el siglo XXI, exceptuando a Usain Bolt, las estrellas del atletismo ya no son estrellas globales que rompan las fronteras de su deporte…

R. No hay duda de que el atletismo no está ahora al mismo nivel de importancia en el mundo del deporte que hace 30 años, lo que es muy desafortunado. Se ha convertido en un deporte que ha caído bastante bajo en términos de audiencia de televisión, repercusión mediática y asistencia, y eso que los atletas son más increíbles ahora que cuando yo competía. Es una pena. Me gustaría ver un cambio. Espero que pueda cambiar.

P. Cuando Bubka era el mejor, era un mito para todo el mundo. Ahora Mondo Duplantis salta más alto y solo le admiran los muy aficionados…

R. Exactamente. Y es una pena. Creo que los atletas están más frustrados aún de lo que estaban los de la generación posterior a la mía, que simplemente aceptaron que ya no eran un deporte de alto nivel. Esta generación actual, los Noah Lyles y Mondo Duplantis y todos estos atletas de hoy, creo que están muy, muy frustrados porque esperan más y deberían esperar más de su deporte.

P. ¿Es el precio que paga el atletismo por tanto dopaje en las últimas décadas?

R. Obviamente el dopaje ha sido un asunto difícil para el atletismo. Pero el atletismo no es el único deporte que tiene un problema de dopaje. Otros deportes han seguido prosperando. Así que no creo que se pueda atribuir al dopaje. Piensa en el ciclismo. El ciclismo tuvo un enorme problema de dopaje. Y sigue prosperando. En nuestro país, el béisbol sufrió un escándalo de dopaje realmente grande a principios de la década de 2000, pero el deporte ha seguido creciendo. Los contratos de televisión, los contratos de los jugadores siguen creciendo. No voy a minimizar el daño que el dopaje ha causado en el atletismo, que ha sido muy grande, pero no creo que se le pueda culpar de que el atletismo no se haya recuperado y siga decayendo.

P. ¿Alguna idea para cambiar la tendencia?

R. El atletismo tiene que cambiar y ser reimaginado para adaptarse al mundo actual del deporte, los medios de comunicación y el entretenimiento. El deporte es entretenimiento. Los medios de comunicación son un gran impulsor de los valores del deporte y del valor del entretenimiento. Si nos fijamos en el atletismo en las últimas décadas, incluso desde antes de mi época, no ha cambiado mucho su formato. Hay pequeños cambios aquí y allá, pero no son suficientes. No todo el mundo va a estar contento. Alguien se sentirá decepcionado. Pero esas son las cosas que los líderes tienen que hacer para salvar el deporte. Intentar satisfacer a todo el mundo te estanca. La única forma de mantener a todo el mundo satisfecho es no cambiar nada. Y eso no es una solución. Así que hay que hacer cambios.

P. ¿Es Sebastian Coe, presidente de World Athletics. la federación internacional, el líder que necesita el atletismo?

R. Tal vez esto no sea un trabajo para las federaciones, para World Athletics. Tal vez sea necesario alguien de fuera. World Athletics, que organiza la Diamond League, es muy buena y ha hecho un trabajo increíble con la gobernanza y con la lucha contra el dopaje. Normas y reglamentos, ese es el trabajo de una federación, pero crear una liga profesional de un deporte no es algo que una federación o un órgano de gobierno pueda hacer muy bien.

P. He leído que ha jugado al flag football, la versión light del fútbol americano, que va a ser olímpico en Los Ángeles 28. ¿Le gusta la idea?

R. Creo que es bueno. Invertí hace años en una liga de flag football porque vimos el futuro y vimos que la NFL es la liga deportiva más rentable y de mayor valor del mundo, pero también un deporte muy peligroso. El flag football sigue siendo fútbol, pero no tan peligroso. Incluso la NFL está adoptando el fútbol con banderas. Ha ido un poco por detrás de otros deportes, como la NBA, pero ahora está empezando a expandirse por todo el mundo. El fútbol americano, al estilo de la NFL se está haciendo mucho más popular en todo el mundo, y creo que el flag football en los Juegos Olímpicos será fantástico.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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