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Las futbolistas de la Liga F convocan dos jornadas de huelga tras no llegar a un acuerdo para mejorar el convenio

Las jugadoras profesionales, que a través de sus sindicatos no han logrado alcanzar un convenio con la patronal, exponen que no jugarán las dos primeras jornadas de la competición

Alexia Putellas
Alexia Putellas conducía el balón entre varias jugadoras del Sevilla, en el estadio Johan Cruyff, en mayo de 2022.SOPA Images (SOPA Images/LightRocket via Gett)
Jordi Quixano

Huelga a la vista. Las futbolistas profesionales españolas han dicho basta a las condiciones con las que ejercen su profesión, ahora campeonas del mundo y en una competición doméstica que coge color y forma con el paso del tiempo pero que no llega a los básicos ni mínimos. No es una batalla económica, que también, sino una guerra por la profesionalización del deporte enmarcada bajo el Convenio Colectivo, estancado por completo desde que comenzaran las reuniones el pasado 25 de enero del curso anterior. Es por ello por lo que los cinco sindicatos que componen la mesa negociadora de las jugadoras (FUTPRO, AFE, Futbolistas ON, CCOO y UGT) remitieron este viernes por la mañana un mail a LaLiga -con copia al Ministerio de Trabajo, como establece la ley- para advertir de la convocatoria de huelga para, por ahora, las dos primeras jornadas de la Liga F, además de solicitar la mediación del Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje FSP (SIMA-FSP) con la patronal. El desenlace, una incógnita.

Aunque las reuniones entre el banco social, que aglutina a los cinco sindicatos, y la patronal no mejoraban, LaLiga propuso a inicio de julio un aumento irrisorio del salario mínimo -establecido ahora en 16.000 euros brutos anuales y elevado de palabra hasta los 19.000 en una subida paulatina de tres cursos (16.500-17.500 y 19.000)- cuando la parte sindical solicitaba 30.000 (20.000-25.000 y 30.000), sabiendo que la brecha salarial con los futbolistas masculinos tienen por convenio un salario mínimo de 182.000 anuales. No era suficiente y no habría acuerdo, pero todo se torció aún más a finales de ese mes cuando LaLiga se echó para atrás, aduciendo que sus presupuestos se han visto minados tras las últimas resoluciones dictadas por el Consejo Superior de Deportes (CSD), que insta a destinar un 20% de los ingresos comerciales a la RFEF, o la justicia, que aprobó la subida de cuotas del recibo arbitral y sanciones. “Es muy extraño que lo que piden las jugadoras, siendo más que razonable, no tenga un desenlace positivo para el crecimiento y la continuidad de la segunda mejor liga de Europa. Además, hay una clara demostración de que la liga no tiene capacidad de impulsar la competición a la velocidad que han crecido otras ligas y el peligro es que hay países en Europa que ya están cerca”, resuelve un agente de futbolistas que prefiere guardar el anonimato, aunque como tal es voz autorizada.

Así, en lo único que se llegaba a una entente era suprimir la parcialidad (actualmente está en el 75%), pues entendían que no se podía aducir que las jugadoras sólo trabajaban equis horas al día, por más que las subidas fueran con carácter retroactivo, pues hasta enero no se empezaría a cumplir. Entre poco y nada porque además de lo económico, el Convenio Colectivo aspira a durar tres años y entregar mejoras a las futbolistas para las jugadoras, además de acuerdos de conciliación -como el que alcanzó la federación con las futbolistas durante el Mundial conquistado, cuando todas recibieron 15.000 euros para estar cerca de sus seres queridos- y unos básicos en la competición (como que se juegue en hierba natural y no se castiguen los ligamentos cruzados con el cambio de terrenos) y en los clubes, acaso tener médicos, fisioterapeutas, preparadores especializados, derechos de formación, mejoras de estructura e inversión en las categorías inferiores… “Es evidente que no se trata solo de lo económico. Las jugadoras lo que piden es que les den las mejores condiciones para poder desempeñar su trabajo, acorde a la profesionalidad que se les exige”, resuelve Carlota Planas, representante de jugadoras que sabe de lo que habla. “Lo que se está reclamando no es que sea justo, es que está muy por debajo de lo que sería acorde a la inversión de todas las partes interesadas”, se suma otro agente. “Todas las jugadoras se apoyan. No quieren hacer infinidad de horas en autobús, comer el bocata de turno, jugar en campos que no protegen su integridad y con retransmisiones en las que apenas pueden entrar las cámaras y, por lo tanto, es imposible vender el producto”, apostilla Planas.

Desde LaLiga aseguran que son conscientes de la importancia de llegar a un acuerdo en la renovación del Convenio y en términos de sueldos mínimos, si bien apelan a la sostenibilidad de los clubes, sobre todo los independientes. Además, siguen a la búsqueda de un patrocinador que ponga el naming de la competición, ahora con el caso Finetwork está en juicio, pues no pagó los pactados cuatro millones de euros por patrocinio a la Liga F porque niegan haber firmado un contrato de extender el acuerdo de intenciones, caducado en noviembre de 2022. “Habría que saber cuánto se genera en cada club con el equipo femenino, con la venta de camisetas, ticketing, patrocinios, derechos televisivos… Pero no creo que el último equipo de la Liga esté muy lejos de los top-5 de la femenina”, apunta Planas. Y el otro representante abre un nuevo debate: “Es un hecho que llevamos unos años con fuga de talentos. Y cada vez va a más; choca que haya jugadoras hartas de tantos conflictos de gestión y es un motivo más para emigrar a diferentes competiciones”.

Visto el panorama, los sindicatos enviaron una encuesta a todas las jugadoras de la Liga F antes de acabar el curso y la respuesta fue esclarecedora: el 94% exigía el nuevo convenio colectivo o se adherirían a la huelga. De ahí que, por ejemplo, como medida de protesta, casi todos los equipos se taparan el logo de la Liga F en la última jornada del curso anterior. Pero con agosto y el Mundial de por medio, no fue hasta hace dos semanas cuando se tomó la resolución de convocar la huelga, de que los cinco sindicatos firmaran conjuntamente. Y como la patronal acordó una reunión el día 4 de septiembre -no el uno, como también solicitaron-, el mail debía ser enviado este viernes para que se diera plazo para la convocatoria de la huelga, pues debe tener al menos cinco días de antelación. Una reunión en la que se presupone, vistos los infructuosos 18 meses de negociaciones hasta la fecha, que no servirá de nada. Por lo que la SIMA convocará una nueva reunión el día 5 (o el seis a más tardar) para tratar de intermediar y llegar a un punto común. En caso de que eso no ocurra y aunque no tiene obligación alguna de actuar, se aguardaría a que el Ministerio de Trabajo y el CSD tomaran cartas en el asunto como ya hicieron el año pasado con la profesionalización del colectivo arbitral. Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo en funciones, lo tiene claro como evidenció en sus redes sociales: “Todo el apoyo a las futbolistas de la Liga de Fútbol que se ponen en huelga por defender sus derechos. Sus condiciones deben mejorar: tiene que haber una subida del salario mínimo y suprimir la parcialidad”. Y en remató: “Estáis siendo referente en la defensa de trabajo digno e igualdad real”. De momento, con una huelga.

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