Antonio Martín, presidente de la ACB: “El talento lo generan los clubes”

Este domingo se cumplen cinco años de la llegada de Antonio Martín (Madrid, 57 años) a la presidencia de la ACB. El expívot del Real Madrid, también exdirector deportivo de la sección de baloncesto blanca, se adentró en una pista en la que algunos iban por su cuenta. Ahora hace balance de un lustro en el que ha intentado innovar e inculcar el juego en equipo.

Pregunta. ¿De qué está más orgulloso?

Respuesta. De dos cosas. Una interna, la adaptación a una forma de entender la ACB. Había demasiada contaminación acústica por los problemas que existían e hicimos un diagnóstico de qué quería el usuario de baloncesto. A veces nos olvidamos de lo principal: que la gente disfrute. Decidimos cómo queríamos presentar la competición y los contenidos colaterales que nos dieran una identidad y una personalidad. Debíamos conectarnos con un público que habíamos desatendido. Y la otra cosa es el esfuerzo de los clubes, porque llegamos en un momento muy convulso. Han demostrado generosidad para apartar intereses muy individuales y que hubiera un consenso para trabajar y dar viabilidad a los proyectos de 18 franquicias.

P. ¿Y algo no tan bueno?

R. La ACB ha cambiado muy rápido, pero el mundo ha cambiado todavía a más velocidad. Debemos tener más agilidad para entender el lenguaje de la gente joven. Eso genera una comunidad, un relato. Son deberes que hacer.

P. ¿Cómo se debe vender el baloncesto hoy?

R. Los hábitos de entretenimiento han cambiado, pero hay unas líneas rojas. Cuando la generación Z o Y ve un tufillo de algo que no es verdad, lo rechaza. Presentamos la competición con muchos matices, sin miedo a enseñar la trastienda. Por eso hemos puesto micrófonos a árbitros y jugadores. No somos nada grandioso, somos lo que somos. Lo primero fue cambiar la “ACB” en mayúsculas por la “acb” en minúsculas. Vender es una palabra que me asusta mucho. Tú no puedes invadir. A ti te tienen que elegir. Si lo que haces le gusta al público, vendrá. El ecosistema cambia cada seis meses y te tienes que adaptar otra vez. Nuestra política en redes ha cambiado. Lo que más ha crecido es Tik Tok e Instagram, y este año hemos cerrado con 350 millones de visualizaciones de vídeo. Tenemos un respeto tremendo al aficionado de baloncesto de toda la vida, le mimamos y le cuidamos, pero hemos de entender que hay una nueva cantera de seguidores.

P. ¿El baloncesto es para gente de más edad o para jóvenes?

R. La manera de consumir el baloncesto encapsulado, que es como se consume la NBA, es entre 24 y 35 años. ¿Cuántos ven las dos horas que dura un partido? Habría que preguntar lo mismo al fútbol. Es la era del consumo rápido. No hay pausa. Para ver los 18 hoyos de golf hay que tener mucha serenidad. El menú se ha de servir en diferentes formatos de plato.

P. Cinco equipos españoles ganaron títulos la pasada temporada: Real Madrid, Euroliga y Supercopa; Barça, Liga; Unicaja, Copa; Gran Canaria, Eurocup; y Tenerife, Intercontinental. Tres campeones diferentes en los torneos domésticos y tres campeones europeos. ¿Cuál es la salud de los clubes españoles?

R. Están marcando una época. Es incuestionable el posicionamiento europeo y la diversidad en España. Unicaja elimina al Barça y al Madrid y gana la Copa... Son síntomas de fortaleza que se trasladan al verano. Las selecciones absolutas e inferiores son muy potentes. Ya lo dice la FIBA: el baloncesto son cinco contra cinco y siempre gana España.

P. ¿Qué porcentaje de éxito de las selecciones hay en los clubes y viceversa?

R. Se retroalimentan. El baloncesto de verano vive del de invierno y a la inversa. Un éxito de España beneficia a nuestras competiciones. Pero la generación de talento la llevan los clubes, también la inversión en cantera, la formación. Por eso no hablo solo de la absoluta. ¿Dónde está el jugador español? Ganando todos los títulos. Por eso los clubes ACB invierten en cantera. Luego está la élite y ahí hay que ganar. Unos llegan y otros no. Lo que no se puede dañar, y a veces se daña, dando datos, es la ilusión de los 18 equipos por generar talento, algunos con una parte muy alta de su presupuesto.

P. Algunos talentos se van a la Liga universitaria de EE UU o la Liga de Desarrollo porque allí cobran más. ¿Les preocupa?

R. Enormemente. Debe ser una preocupación a nivel FIBA Europa y del mundo para que las instituciones que crean talento tengan un nivel de compensación adecuado, no sé si económico o que no se vayan hasta determinado momento.

P. El Gran Canaria ganó la Eurocup y renuncia a la Euroliga por falta de dinero. ¿Qué opina?

R. Invita a una reflexión. Me cuesta imaginar a un equipo de fútbol que se clasifica para la Champions y no va.

P. Entre el 30% y el 32% de los jugadores de la ACB son españoles. ¿Le gustaría que fueran más?

R. Me encantaría, pero por un tema de afinidad. Se habla mucho de eso, es muy popular decirlo, muy de estos tiempos, pero a la vez es irónico porque no recuerdo una racha histórica de éxitos españoles como la actual. Si una competición es muy potente, y esta es la mejor de Europa, los jugadores que participan tienen un nivel muy alto. Y en verano se nota. Luka Doncic se formó en la ACB. En la NBA no se preguntan si hay pocos americanos. Y también hay españoles en otras Ligas.

P. ¿El duopolio Madrid-Barça es bueno o malo?

R. Ni bueno ni malo. Es verdad. A mí me gusta la diversidad, que haya alternativas, pero si no pasa, no pasa. Pero si te despistas en la ACB, te ganan. Te relajas ante un equipo menor y pierdes. Eso es sano. Lo importante es que los clubes hagan un esfuerzo por crearse su personalidad.

P. ¿Puede el baloncesto establecer un juego limpio financiero?

R. Es complejo cuando esos clubes como el Madrid o el Barça compiten en otras competiciones. Si a un club de la ACB le marcamos unas normas, y se aprueba un juego limpio financiero, ¿cómo se hace para competir en la Euroliga? Estamos lejos de sentarnos en la mesa a hablar de eso. En la NBA, dos tercios de las franquicias pierden dinero. Y en hockey y en béisbol, también. Solo el fútbol americano tiene una cuenta de resultados positiva.

P. ¿El baloncesto es deficitario?

R. Algunos clubes lo son y otros no.

P. ¿Cómo valora las medidas para agilizar el juego?

R. La duración media de los partidos ha bajado cinco minutos en dos años. Hemos sido pioneros en Europa en que los técnicos puedan pedir la revisión de una jugada. Estamos contentos pero vamos a darle una vuelta más. No dejamos de hacer cosas. Debemos estar abiertos a cómo nos consumen. El Masters de Augusta y Wimbledon no van a dejar de ser lo que son. Nosotros tampoco vamos a inventarnos una canasta que valga siete puntos.

P. ¿Y los micrófonos en los árbitros?

R. Les normaliza, como a los jugadores salir hablando con naturalidad de sexo o de enfermedades mentales. Los micros a los entrenadores saben que les vienen bien. Algunos se enfadan porque no les sacan lo suficiente.

P. ¿Cómo surgió la campaña de la ACB contra el acoso escolar?

R. No creo en la responsabilidad social corporativa. Hay necesidades en las que ciertas organizaciones podemos ayudar. Ha sido una llamada desde la humildad a la que muchos han acudido. Estopa son nuestros padrinos porque ellos quieren. Teníamos esa sensibilidad hacia una lacra que estaba muy oculta. La gente ni se imagina lo que es. Nos hemos encontrado con deportistas que lo han sufrido, actores muy famosos... Hemos plantado una semillita y se ha unido mucha gente. Seguiremos.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.