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Alcaraz tira de inercia en un día de sol, pero sin brillos

El número uno resuelve sin complicaciones ante el francés Müller (6-4, 7-6(2) y 6-3, en 2h 33m) y se enfrentará mañana al sacador Jarry en la 3ª ronda, sin descanso

Alcaraz, durante el partido contra Müller en la central de Wimbledon.Foto: SEBASTIEN BOZON (AFP) | Vídeo: EPV
Alejandro Ciriza

El sol, ese que tanto se ha hecho de rogar, luce por fin con fuerza en Londres, como si alguien le hubiera advertido de que ya es verano y de que, aunque sea a pequeñas dosis, es necesario a estas alturas del año para levantar el ánimo de los pálidos ingleses. Así, ellos y Wimbledon lucen el doble. El aficionado disfruta de las fresas y los Pimm’s en la colina de Aorangi Park, bucólica estampa, y en la central todo está a punto para recibir al número uno actual. Hacía un año que Carlos Alcaraz no desfilaba por el tupido tapete de la Catedral y el murciano, tipo agradecido, ya en la tercera ronda tras apear al francés Alexander Müller por 6-4, 7-6(2) y 6-3, también goza de los rayos y de la espléndida jornada que, por fin, brinda la meteorología.

Atrás quedan los trastornos de los días previos, las esperas a cubierto y la incertidumbre. El torneo, a pleno rendimiento. Salta al verde Alcaraz –citado este sábado (14.30, Movistar Deportes) con Nicolás Jarry, sacador chileno que atraviesa por su mejor momento– y enfrente se encuentra con un rival respondón, que no plantea encrucijadas pero sí un duelo trabajado, de aquellos que exigen masticar bien cada bocado y rumiarlo, no perder en ningún momento el tono porque de ocurrir puede verse de repente metido en un lío. Y no, no interesa. Claro que no. Wimbledon y la primera semana: no son pocas las víctimas, los petardazos. Prohibido bajar la guardia. Hasta al mismísimo Nadal se le puede preguntarle por ello. Así que él se aplica, no le pisa a fondo pero tampoco se descuida. Buen hacer, oficio, inercia. Suficiente.

No posee Müller grandes golpes, pero tampoco cede y va manteniendo el tipo hasta que un despiste le cuesta el break de la primera manga. Del mismo modo, el francés (de 26 años y 84º del mundo) no desiste en el segundo parcial, pero Alcaraz ejerce ya como un veterano y no abre una sola vez la puerta. No ofrece una sola rendija. Cada vez que el adversario amenaza, ahí se levanta el español para darle el castañazo. Una vez, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra. Son seis (de seis) los puntos de quiebre que anula, por los 14 que se procura él, de los que valida dos. La doble dentellada le basta para seguir progresando y cerrar de manera aseada el duelo que precede al inmediato de la tercera ronda. Sin alardes, pero con jerarquía, que por algo es hoy el 1.

En 2h 33m, Alcaraz cumple con la primera mitad del plan. Selecciona, no hace falta más. Parte del aprendizaje. Lo hace reservándose, con esa suficiencia de los grandes jugadores, generalmente adoptada cuando ya hay un recorrido considerable a las espaldas. No es su caso. 20 años tiene, pero se desenvuelve con el instinto de aquellos que están varios por delante, en otra esfera. Pese a que la hoja estadística refleja 41 errores no forzados, borrón en ese apartado, su control de la situación prevalece.

“Estoy muy contento de haber ganado aquí, después de haber perdido el año pasado”, valora acordándose de la derrota frente a Jannik Sinner en los octavos de la pasada edición. “Estoy jugando muy bien en hierba, a un gran nivel, disfrutándolo”, añade de carrerilla, de la misma forma que compite actualmente. Vence casi por decreto. Enlaza ya siete victorias sobre la superficie este año –cinco triunfos le condujeron hacia el título de Queen’s– y celebra esta última con moderación, consciente de que mañana mismo volverá a entrar en acción para seguir avanzando. Así es este Alcaraz del ahora, cada día que pasa más tenista, más hecho, mejor competidor. Porque, incluso en intervenciones neutras como esta, también hay que saber ganar.

DAVIDOVICH Y RUNE SE REENCUENTRAN

A. C. | Londres

No era sencilla la prueba de Botic van de Zandschulp, pero Alejandro Davidovich superó el corte (6-1, 2-6, 6-4 y 6-3, tras 2h 50m) y también progresó hacia la tercera ronda. El malagueño, campeón júnior del torneo en 2017, se estrenará en dicha escala y lo hará ante un adversario de nivel como Holger Rune. El danés, de 20 años y que emerge como uno de los mayores talentos de la última generación, eliminó al granadino Roberto Carballés (6-3, 7-6(3) y 6-4, en 2h39).

Davidovich y el nórdico se reencontrarán este sábado (hacia las 14.00, Movistar) en la Pista 3 del recinto, después del tenso careo que mantuvieron este curso en Madrid. Allí, el malagueño denunció una fea maniobra del rival, que borró el rastro de un bote y fue silbado por la grada de la Caja Mágica. “Es ‘top-10’ y es el favorito”, señala el español; “voy a intentar hacer todo lo posible para ganarle. Voy a sacar todas mis armas e intentar disfrutar, sonreír y hacerlo lo mejor posible, nada más”.

Por otra parte, la afición local presenció la despedida de Andy Murray, derrotado por el griego Stefanos Tsitsipas. El escocés, de 36 años, había logrado remontar la noche anterior el marcador, pero en la reanudación –el partido había sido aplazado por la regla de la hora, las 23.00 como límite– perdió finura en la recta final: 7-6(3), 6-7(2), 4-6, 7-6(3) y 6-4. ¿Regresará el próximo año a la Catedral?

“No lo sé, depende mucho de la motivación. Seguir perdiendo en rondas tempranas como esta no ayuda”, se sinceró el tenista de Dunblane; “es similar al año pasado. Entonces lo pensé mucho, hablé con mi familia y decidí continuar. No pienso parar ahora mismo, pero tardaré en superar esta derrota. Estoy muy decepcionado, espero encontrar motivación”.

Las eliminaciones de él, Cameron Norrie (ante) y Liam Broady (Denis Shapovalov) dejan a Reino Unido sin representantes masculinos. Solo Katie Boulter, enfrentada este sábado a Elena Rybakina, sigue en pie.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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