El Madrid alcanza la final de la Copa de la Reina sin oposición del Athletic

Habrá derbi madrileño en la final de la Copa de la Reina. Después del paseo del Atlético en la primera semifinal frente al Alhama, el Real tampoco encontró demasiada oposición en el Athletic en la cita de Butarque. Con tres goles en la primera parte, los dos primeros de la imprescindible Caroline Weir, en los que la escocesa mostró su filo, y otro más de la cántabra Athenea del Castillo, el equipo blanco dejó resuelto un partido en el que las rojiblancas comparecieron demasiado tiernas. Sin jugadoras veteranas sobre el césped, a las bilbaínas les faltó resuello en la semifinal.

El ejemplo palmario llegó con el cuarto gol madridista. Sacó de centro el Athletic, perdió Oguiza la posesión mientras pedía una falta que no era, y ya estaban las balas merengues con la pelota en el área, para que Weir volviera a anotar después del error de Zubieta, protagonista negativa en varias acciones. Después, la escocesa, cumplida su misión con un triplete, se marchó a descansar para pensar en la final del sábado.

Al Real no le hizo falta abrumar al Athletic, ni crear decenas de ocasiones de gol para demostrar su prevalencia en el partido. Tuvo las llegadas justas y controló el juego lo estrictamente necesario para cumplir sus objetivos. Le bastó con eso, porque el Athletic le da un buen trato al balón pero sigue siendo un grupo en crecimiento después de que sus mejores jugadoras se hayan retirado o buscado acomodo en equipos más poderosos.

Así que para el minuto 6, el Madrid ya se había puesto por delante después de una acción de Feller, que controló Weir de maravilla, para superar a Quiñones en una vaselina ejecutada a la perfección. En el segundo de la escocesa, le acompañó un tanto la fortuna, porque después de la asistencia desde la derecha, su disparo rebotó en Zubieta y despistó a la guardameta rojiblanca.

Antes de llegar a la media hora, el Madrid ya tenía contra las cuerdas al Athletic, y el castigo se amplió con el tanto de Athenea, que empujó el balón después de que Feller remontara por la izquierda para centrar. Luego, las jugadoras de Toril dejaron hacer al Athletic, que tenía la pelota en los pies, pero apenas pasaba del medio campo, por la mayor calidad del Madrid. No le importaba al equipo blanco que su rival se desgastara en el intento. Cada vez que apretaban, ponían en apuros a la defensa bilbaína, que había perdido a Valdezate muy pronto.

La segunda parte comenzó con un desastre defensivo del Athletic, que encajó el cuarto, y ahí se acabó el partido. Con Misa, la guardameta del Real Madrid, aburrida en su área, solo trabajó Quiñones en varias acciones, aunque los cambios descafeinaron al Real, que se conformó con lo que tenía, pensando ya en la final contra el Atlético.

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