El Manchester United quiere reventar el mercado
Los Glazer proyectan fichar jugadores por 500 millones al tiempo que negocian la venta el club con mayor masa social de Inglaterra por 7.000
El proceso de venta del Manchester United alcanzó un punto álgido cuando a falta de una semana para el 22 de marzo pasado, fecha anunciada como el término para presentar las ofertas definitivas, los abogados que representan a los seis hermanos Glazer, los estadounidenses propietarios del club, elevaron repentinamente el precio de 6.000 a 7.000 millones de euros.
La venta récord de una institución deportiva la comparten desde 2022 los Denver Broncos y el Chelsea, en el entorno de los 4.700 millones. Según personas próximas a la negociación que hablan bajo condición de anonimato, el cambio del precio dejó estupefactos a los intermediarios del jeque Jassim bin Hamad al-Thani, presidente del Banco Islámico de Qatar (BIQ), que había dejado entrever en conversaciones informales que estaba dispuesto a pagar los 6.000 millones que pedían los Glazer. La condición principal que impuso el BIQ para alcanzar esa cifra fue que el club de Manchester se clasifique para Champions. Hasta el 28 de mayo, fin de la temporada, el United, cuarto en la Premier, se disputará dos puestos de Champions con Liverpool y Newcastle.
El malestar ante la subida de 1.000 millones fue tan grande que los árabes enfriaron la negociación. Desde entonces los contactos entre las partes prosiguen en un creciente clima de crispación. Los cataríes se quejan de falta de gentileza, comenzando por la impuntualidad con la que asisten sus contrapartes a las reuniones. Mientras, el United diseña el mayor asalto al mercado de la historia del fútbol. Fuentes que asesoran a los Glazer indican que cambie o no cambie de propietario, la institución deportiva más valorada del mundo anglosajón se dispone a invertir un mínimo de 500 millones en fichar jugadores este verano. El United ha informado del plan a los cataríes. “El United nos pasó la lista de jugadores que querían fichar”, explica un miembro del equipo de técnicos que acompañan al jeque Jassim; “y después de una hora de análisis no pusimos objeción”.
El United no solo está en venta. Después de diez años de hibernación, está dispuesto a liderar las compras. Los asesores de los Glazer, que forman un órgano que sobrevuela al entrenador, Erik ten-Hag, consideran que el equipo necesita reforzarse con cinco jugadores para cuatro posiciones. Primero, un punta, que pretenden cubrir con Harry Kane, Dusan Vlahovic o Victor Osimhen; segundo un mediocentro, para el que persiguen a Frenkie de Jong, Aderien Rabiot o Alexis Mac Allister; tercero un extremo izquierda, en donde apuestan por Kvaratskhelia o Kingsley Coman; y cuarto dos centrales, Ronald Araujo, y Kim min-Jae. A Araujo pretenden ficharlo libre si el Barça sigue sin inscribir su contrato, y por Kim ofrecen 100 millones, aunque él dice tener una cláusula liberatoria de 45 millones aplicable solo en julio. El United, según un intermediario implicado, ya ha trasladado su interés a todos estos jugadores.
La lista solo incluye futbolistas del top-5 en cada puesto. Asesorados por su consejo, los Glazer se niegan a incluir jugadores de clase media. Sostienen que las inversiones en futbolistas en desarrollo nunca se recuperan con la misma facilidad que los fichajes de cracks como Paul Pogba, un hombre que incluso en sus peores temporadas atrajo ofertas de más de 80 millones. Los casi 90 millones que pagaron por Martial o Maguire, por ejemplo, son dinero perdido, señalan las fuentes. Ten Hag, el entrenador, puso objeciones a esta política si para fichar estrellas hay que esperar que comience la pretemporada. Dice que él conoce jugadores sin tanto caché que pueden servir. Pero los enviados del jeque Jassim estuvieron de acuerdo y dieron por conveniente el crédito de 500 millones de euros que los Glazer han firmado con Bank of America, y que pretenden destinar a contrataciones en 2023.
La ola de liquidez es inminente. Personas que trabajan para el Paris Saint-Germain, de propiedad catarí, advierten de que si el BIQ compra el United, inyectará otros 300 millones para fichar. Pero los técnicos que asesoran al BIQ indican que si el club no clasifica para Champions no vale más de 5.000 millones. Argumentan que además de el aluvión en patrocinios que supone la Champions, la presencia en la máxima categoría del fútbol europeo desinfla los precios e incrementa la calidad de los fichajes ya que todos los jugadores se muestran más favorables a sumarse al proyecto. Estar en Champions implica meterse en un círculo de ahorro al tiempo que facilita la llegada de mejores jugadores y acorta en años los plazos del desarrollo competitivo de los equipos.
El West Ham, alternativa catarí
Los Glazer, capitalistas centrados en inversiones inmobiliarias y petrolíferas en Estados Unidos, aseguran que manejan otra oferta de 5.700 millones de euros por parte de Jim Ratcliffe, el dueño de la química Ineos. Desde la parte catarí sospechan que Ratcliffe, socio de los Glazer, actúa de mero “señuelo” para inflar la operación. Va de farol, dicen. Las fuentes próximas a los Glazer observan que el Gobierno británico ha hecho llegar a sus jefes que preferirían que Ratcliffe. Por razones políticas, explican, al Gobierno le resultaría difícil asumir que la institución más poderosa del deporte inglés, un club cuya fuente fundamental de riqueza deriva del control del 70% del mercado asiático, caiga en poder de un Estado que no es ejemplo de progresismo. Los Glazer no se inmutan. Insisten en que venderán, si venden, al mejor postor.
Las negociaciones siguen vivas. Pero el desenlace se enturbia. Desde el cuartel de los Glazer, un consultor observa que sus clientes quieren vender pero no a cualquier precio, y advierten de que la compra del Chelsea, “un club de barrio”, por 4.700 millones hace un año, les obliga a reconsiderar al alza el valor del United. La inflación se ha disparado. Los enviados del príncipe Jassim refieren noticias cada vez más desagradables de comportamientos chabacanos de la parte estadounidense. “Los cataríes son muy orgullosos”, indica un experto que trabaja para el PSG; “si sospechan que su oferta será rechazada no se arriesgarán a sentirse humillados”. El BIQ comienza a valorar otras opciones de entrada en la Premier. Su primera alternativa es comprar el West Ham, junto con el Tottenham, el club con más afición de Londres. Con asiento en el estadio Olímpico del West End, con capacidad para 80.000 espectadores, el West Ham garantiza llenos cada fin de semana.
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