Alcaraz, a examen en Madrid: “Intento hacer cosas distintas, me sale de dentro”
El número dos, reciente ganador de Barcelona, se enfrenta al reto de revalidar el título en la Caja Mágica, donde solo Nadal ha conseguido enlazar dos trofeos
Carlos Alcaraz se aproxima lentamente por una zona reservada de la Caja Mágica hasta que acaba envuelto por medio centenar de reporteros. A un costado, la encargada de la ATP de oficiar el encuentro y al otro, su inseparable agente, el hombre que moldea el esplendoroso presente del tenista y su jugoso porvenir. El murciano aterriza en Madrid después de lograr su segundo trofeo en Barcelona y durante las dos próximas semanas ejercerá la defensa del título logrado hace un año, con la posibilidad de regresar a lo más alto del ranking si vuelve a triunfar en el barrio de San Fermín y después desfila por Roma.
El chico luce sudadera y calzado naranjas, y un pantalón claro. Pega con fuerza el sol y se expresa feliz. “Físicamente me encuentro bien, al cien por cien. Tengo muchas ganas de empezar y con el nivel que alcancé en el Godó vengo con mucha confianza”, introduce el número dos, que en su breve recorrido por la élite ya ha logrado conquistar nueve trofeos, tres de ellos esta temporada. Madrid, de nuevo, supondrá una prueba más que exigente por la rigurosidad de las condiciones. “Sabemos que aquí no es fácil por la altura y demás, pero disponemos de algunos días para entrenar”, precisa.
Este curso solo ha perdido un par de partidos y abraza la dulce costumbre de la victoria. Allá por donde va, porta el cartel de favorito y dado el rendimiento de la semana en Pedralbes, repite condición. Está él, y luego los demás. “Cuando vamos a cada torneo, pensamos que lo podemos ganar y vamos a intentarlo. Pero, si no lo hacemos, para mí no sería un fracaso”, apunta; “salir del torneo pensando que he fracasado sería por el nivel que he mostrado o por la actitud, que para mí es lo más importante. Si de cabeza estoy bien, jugando a un buen nivel, si pierdo no me lo tomaría como un fracaso”.
No pisará la arena madrileña este año el gran tótem terrícola, Rafael Nadal, ni tampoco lo hará el rey del circuito, Novak Djokovic. El mallorquín es, precisamente, quien eleva una vez más el listón; él es, al fin y al cabo, el único jugador que ha sido capaz de revalidar el título en Madrid, de 2013 a 2014. “Cuando voy a un torneo, siempre lo quiero ganar y pienso que soy capaz de ganarlo. Jugar aquí es superespecial para mí, y no pierdo esa ilusión. Vamos a intentar ganarlo este año también, pero lo de Rafa y las comparaciones es algo en lo que no pienso”, prosigue, consciente de que le persigue la sombra del gigante.
Disfrutar y hacer disfrutar
“Siempre he dicho que conseguir el número uno es un objetivo, pero de cara a Roland Garros no cambia mucho ser uno o dos”, continúa; “no estamos pensando en defender puntos, sino en disfrutar, porque así es como sale mi mejor versión. Quiero disfrutar y hacer disfrutar. Mi estilo de juego es muy alegre, trato de hacer cosas distintas; eso me sale de dentro cuando estoy disfrutando, cuando saco una sonrisa. Cuando en medio del partido vemos que llevo un momento de cabreo o malo, hacemos bromas para sacarme esa sonrisa y que cambie mi perspectiva de ver el encuentro”.
Sin alcanzar siquiera la veintena, Alcaraz vive a toda mecha, por encima de la edad que marca su DNI. No obstante, conserva la esencia del chaval de pueblo y en el peloteo es donde de verdad se percibe la evolución. “Creo que no ha cambiado mucho mi juego, lo que ha cambiado realmente es que en un año he vivido momentos muy buenos y también momentos regulares. He cogido experiencia de todos esos momentos. La diferencia del Carlos del año pasado al Carlos de ahora es que he ganado madurez y que tengo más experiencia”, se explica con un tono ligeramente congestionado.
Campeón en Buenos Aires, Indian Wells y el Godó, intenta canalizar la expectación en sentido inverso; con responsabilidad, pero sin losas, o al menos las mínimas posibles. Demandado aquí y allá, en todo tipo de actos y por todo tipo de marcas comerciales, metaboliza como puede la repercusión y emplaza exclusivamente al hoy. “No me lo tomo como una presión, sino totalmente al revés, como una motivación. A mí me gusta jugar delante de tanto público y más si es aquí, en España, delante de mi gente”, concluye el de El Palmar.
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