Muere Patxi Izco, el presidente que rozó el cielo y tocó el infierno con Osasuna
Llevó al equipo a las semifinales de la UEFA y una final de Copa, pero después fue procesado y condenado por apropiación indebida y falsedad documental
Patxi Izco (Gazólaz, 1946-Pamplona, 2023) rozó el cielo y bajó al infierno con Osasuna. Fue el presidente que llevó al equipo rojillo a la Champions, y el que se sentó en el banquillo y fue condenado a 23 meses y 15 días de prisión por delitos de apropiación indebida, societario y falsedad documental. Con el club en puertas de una final de Copa histórica, en Pamplona recuerdan que la única vez que Osasuna había accedido antes a luchar por el campeonato de España fue hace 19 años, con Izco como máximo dirigente.
Apenas unos días después del fallecimiento de su hermano en Madrid, la muerte de Patxi Izco la anunció el club en un escueto comunicado en el que lamenta el deceso del presidente que consiguió los mayores éxitos con Osasuna pero también acumuló un agujero económico de 28 millones de euros, pese a que en su despedida, entre aplausos, negara que la situación económica hubiera pesado en su dimisión. “Para nada. Un club es un gigante vivo que te exige plantearte retos cada día. Soy un peleas, y todos sabéis que me encanta la pelea, pero no me voy porque la situación sea difícil”, decía entonces el dirigente, que en noviembre de 2008 había sufrido un síncope en su despacho del club por el que tuvo que ser ingresado de urgencia.
Patxi Izco presumía de haber dado a Osasuna un perfil más profesional del que se mantenía desde los tiempos de Fermín Ezcurra, el presidente que había logrado la mayor estabilidad del club en Primera División. Izco ganó las elecciones en 2002 con un 76% de los votos de los socios y se embarcó en la aventura con el carismático Javier Aguirre, que había sido jugador de Osasuna, como entrenador. De la mano del Vasco, el equipo rojillo llegó a semifinales de Copa en 2003 y a la final en 2005, que perdió frente al Betis. En 2006, el equipo igualó su mejor clasificación histórica, cuarto, y con billete para la ronda previa de la Champions, en la que cayó ante el Hamburgo por el valor doble de los goles en campo contrario. Para entonces, el entrenador era Cuco Ziganda. Osasuna pasó a jugar la Copa de la UEFA en la que cayó en semifinales ante el Sevilla.
Izco se presentó a la reelección, que consiguió sin oposición, pero mientras, la situación económica del club empeoraba día a día, pese al intento de maquillaje de Izco y su junta directiva. Entre 2004 y 2014 las asambleas del club presentaron unos beneficios de 14 millones de euros, cifras que no se correspondían con la realidad, ya que en ese periodo, las pérdidas fueron de casi 30 millones. El presidente se resistió a reconocer ante los socios el alcance de la deuda, que estaba en los 80 millones de euros, al abandonar el cargo al que accedió Miguel Archanco, también procesado y condenado después. La mayor parte de la deuda era fiscal, lo que obligó a Osasuna a entregar su estadio y demás instalaciones a la Hacienda Foral de Navarra. Además, la auditoría realizada años después elevó a 10,2 millones las salidas de dinero del club sin justificación.
Izco fue detenido al destaparse el escándalo del llamado Caso Osasuna. Cuando el juez ordenó su procesamiento, y después de que no depositara la fianza que estableció en 1,47 millones de euros, decidió el embargo de los bienes del ex presidente: dos viviendas, una en Olaz y la otra en Pamplona, un fondo de pensiones, las cuentas del banco y hasta la pensión que recibía cada mes de la Seguridad Social.
En el juicio se desvelaron algunos de los detalles que acorralaban a Izco, que de 2003 a 2012, autorizó que se dispusiera de aproximadamente 500.000 euros extraídos en metálico de las cuentas del club sin que constara su destino, aunque en el auto se apuntó a que ese dinero fue para gastos en hoteles, tiendas de ropa de hombre, mujer y niño, de lencería, vinotecas y otros establecimientos de alimentación, perfumerías, restaurantes, un crucero por el Caribe e, incluso, en una ITV. Además, parte del mismo habría sido cobrado por Izco como sueldo mensual, cuando ningún precepto estatutario le autorizaba a percibir ese salario.
Izco fue condenado a 23 meses y 15 días de prisión por un delito continuado de apropiación indebida y falsedad contable y a una indemnización de 1.154.762,84 euros por las salidas de dinero sin justificar de las arcas del club navarro. No tuvo que ingresar en prisión y desde entonces mantuvo un perfil discreto, alejado del club en el que los actuales dirigentes encontraron telarañas en la caja fuerte.
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