El Valencia embarranca en Almería
El equipo andaluz manda a los de Baraja a la zona de descenso
Decía Lucas Robertone en los días previos a este partido, crucial para definir qué tres equipos tienen que salir de la Liga, que el Valencia, al contrario que el Almería, que es vecino de los bajos fondos, no está acostumbrado a esta situación angustiosa que es vivir semana tras semana asomado al abismo. El argentino del Almería sabía de qué hablaba: en cada pase del equipo valenciano, históricamente un buen cliente de la Champions, solo un ejercicio en Segunda, se sentía la gravedad, el peso de la responsabilidad. Mientras que el Almería cedía el dominio, desacomplejado, con la esperanza de que saliera su número en la lotería de los contragolpes.
Eso sucedió nada más empezar la segunda mitad, con un gol de Melero que dejó aturdido al equipo de Rubén Baraja. El entrenador, de repente, descubrió que había dejado mellada su delantera al dejar en el banquillo a Cavani en beneficio de Hugo Duro, un delantero del que se valora más su capacidad combativa que su olfato. Este criterio y la lesión de Kluivert, uno de los pocos valencianistas que enfilaba el área rival ajeno a los miedos que llevan colgados del cuello sus compañeros, dejó desconcertado al Valencia.
El acierto del Almería parecía desnudar al Valencia, que sacó a relucir todos sus complejos. El equipo de Rubi se creció, vio al Valencia boqueando y se fue de frente a por su oponente. Solo tres minutos más tarde, en una de las especialidades de la casa, la salida de un córner, Babic marcó de cabeza el 2-0.
Estos dos goles de diferencia, con el Almería saliendo del puesto de descenso con el que llegó a este partido y encajando al Valencia en su lugar, pareció convencer a los del Pipo Baraja de que ya no había nada que perder. El descaro tuvo su premio a la hora de partido, con un gol de Samu Castillejo que acababa con la terrible maldición de su equipo, que llevaba todo 2023 sin haber marcado lejos de Mestalla.
Baraja ha decidido calzar al Valencia con ruedas de tractor para este tramo tan árido de cinco partidos contra rivales directos en la carrera por escapar del descenso. Quizá porque, como dice Robertone, los de Mestalla no saben cómo gestionar este trance. El Almería conoce cada centímetro de sus defectos y entre ellos, al menos en esta tarde que debió parecerle primaveral, no está el de la impaciencia. Esta formación no se precipita, no pierde el sitio y cree en su modelo. No son argumentos deslumbrantes, pero pueden darle la salvación.
El Valencia, para quien siempre es invierno, un invierno plomizo, puso sobre el tapete más casta que clase y en el tramo final, un pase milimétrico de Gayá puso el balón en la cabeza de Hugo Duro para que llenara de razón a Baraja, pero su remate se fue alto y con él las esperanzas del Valencia, que no solo perdió el partido sino también el coeficiente de goles (estos dos equipos empataron en Mestalla).
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.