Cisma mundial en la esgrima por la vuelta de los deportistas rusos y bielorrusos
La Federación internacional aprobó su vuelta en un congreso extraordinario, pero algunos países se niegan a albergar las competiciones y según los involucrados es un adelanto del conflicto que se desatará con los Juegos de París 2024
La Federación Internacional de Esgrima (FIE) aprobó en un congreso extraordinario celebrado el 10 de marzo la vuelta a la competición de los deportistas rusos y bielorrusos. El congreso se organizó únicamente para debatir y votar esa espinosa cuestión. La decisión fue aprobada por 91 votos a favor y 46 en contra. Pero ahora, varios países se niegan a competir contra los rusos y bielorrusos y se han negado a organizar las competiciones que albergaban (Alemania y Finlandia, de momento, y Polonia tomará una decisión a finales de esta semana) y que empezarán a contar como proceso clasificatorio para los Juegos de París 2024.
La esgrima es uno de los deportes olímpicos por excelencia, estuvo desde los primeros Juegos en 1896 y Rusia es potencia mundial, cuarta en el medallero olímpico (88 metales) solo por detrás de Italia (130), Francia (123) y Hungría (90). Ruso era, por cierto, el presidente de la FIE hasta que Putin invadió Ucrania. La esgrima tiene un circuito internacional de Copas del Mundo para sus tres armas (florete, espada, sable).
La negativa de los países a organizar las competiciones viene también de sus autoridades, entre otras cosas porque hay una normativa UE que impide, desde septiembre del año pasado, expedir visados a ciudadanos rusos. Mientras tanto, el Comité Olímpico de Ucrania ha enviado una carta a federaciones y comités olímpicos para pedirles que sigan suspendiendo la participación de rusos y bielorrusos, una decisión que tomó el Comité Olímpico Internacional (COI) el año pasado, cuando Rusia invadió Ucrania. “La actual guerra en Ucrania pone al Movimiento Olímpico en un dilema. Si bien los atletas de Rusia y Bielorrusia podrían continuar participando en eventos deportivos, muchos atletas de Ucrania no pueden hacerlo debido al ataque a su país. Con el fin de proteger la integridad de las competiciones y la seguridad de todos los participantes, el Comité Ejecutivo del COI recomienda que las federaciones deportivas internacionales no inviten ni permitan la participación de atletas y funcionarios rusos y bielorrusos en competiciones internacionales”, esgrimió por entonces el COI en un comunicado. Ucrania y las federaciones que votaron en contra en el congreso de la FIE alegan que no solo la guerra no ha terminado, sino que se ha recrudecido.
Alemania iba a organizar la Copa del Mundo de florete femenino por equipos en Tauberbischofsheim del 5 al 7 de mayo y ha dicho que no. Lo resumió así Claudia Bokel, presidenta de la federación alemana. “Nuestra solidaridad es con el pueblo de Ucrania que sufre la guerra de agresión. La Federación Alemana de Esgrima acepta la decisión del 10 de marzo. Ahora queremos dar una señal clara de que nos hubiera gustado un resultado diferente y que todavía vemos muchas incógnitas abiertas por parte de la FIE, que está organizando un torneo para hacerlo imposible”. Habló de haber sido “intimidada” por su postura.
Polonia es otro de los países sede -en Poznan se tendría que disputar del 21 al 23 de abril la Copa del Mundo de florete femenino- y, además, Cracovia albergará -en teoría- el Europeo de esgrima a finales de junio, dentro de los Juegos Europeos que organiza la ciudad polaca. Jacek Slupski, secretario general de la federación polaca y también de la europea, dijo que podría verse obligado a hacer lo mismo que Alemania y que se necesitan más aclaraciones sobre las condiciones de neutralidad de los atletas rusos y bielorrusos. Preguntado por este periódico, contesta: “La situación no está muy clara en este momento. Estamos en contacto con la FIE y nuestras autoridades nacionales y espero que tengamos más detalles”. Entre este martes y el jueves se reunirá, de hecho, el Comité Ejecutivo del COI. Thomas Bach, su presidente, dice que se encontrarán seguro, “las pautas a seguir apropiadas”. Los países quieren, sobre todo, que se aclaren las condiciones de “neutralidad”. Finlandia, por su parte, ha anunciado que no organizará los campeonatos del mundo de categoría veteranos que iba a albergar en septiembre y octubre.
Pirri: “Es un marrón”
España, también tiene previsto albergar el 14 de mayo la prueba de Copa del Mundo de sable masculino y José Luis Abajo Pirri, su presidente y medallista olímpico, se encuentra metido en el que califica como un “buen marrón”. La FIE, cuenta Pirri, le ha preguntado -a él y a los demás países que son sedes del circuito- por mail si los rusos pueden competir. La decisión no depende de él, o no del todo. “Yo envié la solicitud al Consejo Superior de Deportes para que a su vez traslade la petición al Ministerio de Exteriores que es quien concede los visados. La UE los prohíbe. Estoy a la espera de una confirmación oficial”. Si no se expide el visado -por competición deportiva- los rusos tienen la posibilidad de solicitar el llamado visado Schengen y con ese entrar a Europa y moverse libremente por su territorio durante 90 días.
“O los que impulsaron la votación en el congreso extraordinario no reflexionaron bien sobre las implicaciones de esa decisión o bien no sopesaron las consecuencias que podía tener eso. Si tu país no concede visados, no tienen permitido entrar. Estamos en una situación complicada porque nos obligan a nosotros a decidir por nuestros deportistas y si hay un conflicto yo quiero protegerlos. Sé que muchos no están dispuestos a competir contra los rusos, empezando por los ucranios. ¿Y qué pasará? Que llegarán a la pista y se negarán a tirar contra ellos…”, añade.
Muchos deportistas, cuenta Pirri, ven con recelo a los rusos porque, además, pertenecen a las fuerzas armadas (es un sistema de becas como el italiano, los deportistas pertenecen a distintos cuerpos de seguridad del estado que les proporcionan un sueldo y pueden permanecer vinculados a ese cuerpo cuando acaben su actividad deportiva). “Separar el deporte de la política cuando ellos [los rusos] utilizan muchas veces el deporte para hacer política es complicado”, analiza Pirri. La última esgrimista en calificar de “injusticia” la decisión de la FIE fue la ucraniana Olga Kharlan, cuatro veces medallista olímpica, que dijo que nada ha cambiado en su país, que sigue habiendo una guerra brutal.
Pirri no es el único, dentro del mundo federativo, según cuenta, que piensa que esto es un adelanto de lo que pasará de aquí a los Juegos de París. El COI desea que participen rusos y bielorrusos. El pasado enero -11 meses después del comienzo de la guerra- aseguró que había que explorar una vía por la que pudieran volver a competir por “el fuerte compromiso con la misión unificadora del Movimiento Olímpico”. Insistió que hay que “respetar los derechos de todos los deportistas a ser tratados sin discriminación alguna” y que “los Gobiernos no deben decidir qué atletas pueden participar. A ningún atleta se le debe impedir competir solo por su pasaporte”. Por lo que, prosiguió, “se debe explorar más a fondo un camino para su participación bajo condiciones estrictas”. Eso es: como atletas neutrales, sin himno y sin bandera.
El cisma no ha hecho más que asomar. En el Mundial de boxeo femenino que se ha celebrado en la India estos días, por boicot a la presencia de atletas rusos y bielorrusos, no han acudido Estados Unidos, Reino Unido, Polonia, Noruega, Holanda, Suecia, República Checa y Canadá.
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