Erling Haaland llegó el domingo a la concentración de la selección noruega en Marbella envuelto todavía en los ecos del asombro que había provocado durante la semana. Entre el martes y el sábado anotó ocho goles en dos partidos: le metió cinco al RB Leipzig en la vuelta de los octavos de final de la Champions (7-0) y tres al Burnley en los cuartos de la FA Cup (6-0). El domingo era la amenaza más gigantesca del fútbol mundial, y tenía en el horizonte un partido contra España el sábado en La Rosaleda (20.45, La1). Poco antes de las tres de la tarde escribió un tuit que sonaba a amenaza: “Más hambriento que nunca”.

Pero, además de hambre, al llegar a Marbella también tenía unas molestias en la ingle. Ahí terminó la exuberante racha goleadora del delantero del City y se diluyó una de las mayores preocupaciones de Luis de la Fuente sobre el primer encuentro clasificatorio para la Eurocopa de 2024. Aunque también desapareció uno de los atractivos que contribuyeron a que las entradas se agotaran en tres horas.

La federación noruega le realizó un reconocimiento el lunes, y lo que encontró fue peor de lo que sospechaban, como explicó este martes en un comunicado el médico de Noruega, Ola Sand: “Esperábamos que solo fuera una molestia que pasara de aquí al sábado, pero después de haberle hecho pruebas quedó claro que no estará para los partidos contra España y Georgia [el próximo martes]. Lo mejor es que siga tratamiento en su club”.

Haaland siguió destrozando registros la semana pasada mientras trataba de mantener un delicado equilibrio con su salud muscular, una preocupación de los servicios médicos del City que vigilan a diario el estado de un futbolista voraz y explosivo de 1,94m y 88kg. En sus dos últimos partidos con el City, los de los ocho goles, Pep Guardiola lo sacó del campo en el minuto 62. Después del repóquer al RB Leipzig, Haaland se quedó entre feliz y contrariado: “Cuando salí, le dije a Guardiola que me habría encantado marcar un doble hat trick”, contó el delantero.

El técnico del City abordó el asunto con un punto de humor: “Si consigue esto a los 22 ó 23, su vida será aburrida. No tendría una meta que alcanzar en el futuro. Aquí y en cualquier parte. Por eso hice el cambio”. Cuatro días más tarde, Guardiola lo sustituyó en el mismo minuto, cuando solo había anotado un hat trick. En ese momento es en el que el delantero localiza la aparición de las molestias en la ingle que todos juzgaron pasajeras.

El cuerpo de Haaland, tan observado, ha marcado un límite transitorio a un futbolista al que este curso resulta difícil encontrárselo. Después de sus goles al Leipzig le preguntaron si alguna vez había marcado cinco. Se quedó pensando unos instantes: “Cinco no, pero una vez marqué nueve”, recordó en referencia a un partido del Mundial Sub-20 contra Honduras en mayo de 2019 (12-0). Esta temporada lleva 43 en 39 partidos entre el City y su selección.

“Es imparable”

El seleccionador noruego, Stale Solbakken, describió el desencanto del futbolista con el diagnóstico: “Erling se lo tomó mal cuando se dio cuenta de que no podía jugar con el equipo”, dijo. “Afortunadamente, todavía hay mucha confianza, talento y unidad en el grupo para ganar puntos en los próximos partidos”.

La selección española, su siguiente rival, se enteró de la baja este martes en el desayuno. Después del entrenamiento, Kepa Arrizabalaga, rival de Haaland con el Chelsea en la Premier, explicó lo que implicaba su ausencia: “Es un jugador que marca un poco la manera en la que juega su equipo. Un jugador más de área, más de últimos metros. Es imparable en esos metros, pero quizá interviene menos en la creación del juego, en cómo juega Noruega”.

Esa influencia en la organización general ha sido una de las ocupaciones de Guardiola para aprovecharlo mejor, a la que se refirió después del día del Leipzig: “Marcó cinco goles y creo que tocó la pelota 30 ó 35 veces, y eso es lo que buscamos. Si estás implicado en el juego, cuando llega el momento de marcar eres más preciso. Es difícil marcar cuando no tocas el balón en 40 minutos”, explicó. “A veces es culpa suya. A veces no se mueve”. Para Kepa la ausencia supone un cierto alivio: “Obviamente, creo que es mejor que no esté, sobre el papel”.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.