Apple, el fichaje estrella del fútbol estadounidense en 2023

La liga de fútbol de Estados Unidos tiene hambre de pantalla. Conocida por haber exprimido los últimos años de fútbol a leyendas como David Beckham, Zlatan Ibrahimovic, David Villa y, más recientemente, a Gareth Bale y Giorgio Chiellini, la Major League Soccer (MLS) no tiene en la temporada de 2023 a ninguna estrella explosiva sobre el campo. El fichaje más atractivo de este año es Apple. La tecnológica de Cupertino se ha convertido desde este sábado, en el arranque de la campaña, en el principal escaparate mundial del deporte de más rápido crecimiento en el país.

La lluvia ha arruinado el gran inicio de la primera temporada que la empresa de Tim Cook llevará a más de 100 países a través de Season Pass, disponible en Apple TV. El gran partido de este sábado era el clásico angelino conocido como El Tráfico, entre los actuales campeones, Los Ángeles Fútbol Club (LAFC) y el Galaxy, el equipo de más alcurnia de la MLS con cinco títulos. El encuentro se iba a disputar en el Rose Bowl, el emblemático estadio de Pasadena que albergó la final del Mundial de 1994 entre Brasil e Italia (y donde no juega ninguna de las dos escuadras). El partido pretendía romper el récord de asistencia en la liga, que tiene 27 años de historia y que el curso pasado llegó por primera vez a reunir 10 millones de espectadores en los estadios. Pero una inusual tormenta de invierno ha forzado a cambiar los planes. El Tráfico se jugará el 4 de julio, un día festivo. El récord tendrá que esperar.

La irrupción de Apple en la MLS ha tenido un impacto mucho antes de que el balón rodara. “Anteriormente, los partidos se disputaban a diferentes horas porque jugábamos cuando teníamos ventanas con nuestros socios de televisión”, explica Camilo Durana, vicepresidente de Propiedades y Eventos en la MLS. El acuerdo cerrado el año pasado representa para la liga 2.500 millones de dólares (cerca de 2.400 millones de euros) por los próximos 10 años. Ha traído un poco de consistencia en los horarios de las 29 franquicias. A partir de 2023, el 93% de los encuentros serán a las 19.30 los sábados y los miércoles (EEUU tiene tres horarios diferentes). Todos estos podrán ser vistos en cualquier parte del mundo, pues no contarán con el bloqueo conocido como blackout, que usan ligas como la NBA o la MLB, la liga de béisbol.

Desde Nueva York, donde la MLS tiene su sede, afirman que esto sigue el ejemplo puesto por la NFL, la liga de fútbol americano, para crear rituales y hábitos. También representa un esfuerzo para los equipos que quieren formar parte de este escaparate del streaming. La empresa de la manzana, que ha prometido a los aficionados encuentros en una definición de 1080 píxeles y con sonido Dolby 5.1, todo por 14,99 dólares al mes (o 99 por la temporada). En Manhattan estará también el estudio donde se harán los nuevos programas.

“Es una apuesta arriesgada porque la MLS está ganando 250 millones de dólares al año, más de los 90 millones que pagaban las cadenas en derechos, pero mucho del gasto se irá en producción. La liga está creando una televisora”, opina Herculez Gómez, un exjugador estadounidense que es ahora conductor en ESPN, una cadena que optó este año por no seguir emitiendo los encuentros en EEUU, como sí lo hará Fox, que trasmitirá 34 partidos.

Apple suma al fútbol a su oferta de productos. La prensa deportiva estadounidense cree que el gigante tecnológico es responsable de la más reciente vuelta de tuerca ideada por la liga. Los playoffs se jugarán este año con un nuevo formato. Las eliminatorias se decidían antes a un solo partido. Ahora, avanzarán 18 equipos, que deberán de ganar al mejor de tres encuentros. Esta modificación da al Season Pass más contenido de transmisión en la fase final. Y desde Nueva York destacan otra novedad, la Copa de Ligas, un torneo miniatura que enfrentará a los 29 equipos de Estados Unidos con los 18 de la primera división de México. “Serán 77 nuevos partidos entre julio y agosto y formarán parte del Season Pass. Estamos creando un producto mucho más atractivo”, considera Durana.

Puede que no sean las únicas sorpresas. El comisionado Don Garber ha prometido anunciar antes del fin del año cuál será el equipo número 30 de la MLS, que lleva siete años consecutivos sumando una nueva franquicia. La de este año es St. Louis Sc, en Misuri, un equipo que ha inaugurado un estadio para 22.500 personas, pero que tiene una demanda de 60.000 personas que quieren el abono de temporada. Se cree que Las Vegas, en Nevada, o San Diego (que sería el cuarto equipo de California) podrían ser los siguientes.

Gómez, quien jugó para equipos de México y Estados Unidos entre 2002 y 2017, subraya el silencio que ha guardado, hasta el momento, la asociación de futbolistas de la MLS, que tiene jugadores de 82 países y una treintena que participó en el Mundial. “El calendario está saturado y creo que no están tomando en cuenta la salud de los futbolistas”, afirma. Algunos entrenadores también se mostraron molestos recientemente porque no se había informado de los cambios en el formato de playoffs, que se hicieron públicos este martes tras días de especulaciones.

Muchos coinciden que la MLS necesita un nuevo rostro para vender el producto que estará en millones de manos que sostengan un iPhone. La liga ha tratado de sacudirse su fama de ser el destino de un retiro dorado con historias de jóvenes como la del paraguayo Miguel Almirón, que Atlanta fichó al Lanús argentino por ocho millones de dólares. Hoy es el máximo goleador del Newcastle. La otra historia es la del defensor mexicoamericano Julián Araujo, quien abandonó el Galaxy para irse al Barcelona B de Rafa Márquez.

Pero el futuro de la MLS puede estar en antiguos portadores de la camiseta azulgrana. Phil Neville, el entrenador del Inter de Miami de David Beckham, ha admitido esta semana a The Times que están interesados en traer a Lionel Messi y a Sergio Busquets. “El fútbol en esta región del mundo sigue siendo algo exótico para el resto del mundo. Al acuerdo de Apple le falta una estrella. Lo que fue Beckham en su momento”, apunta Gómez.

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