El Madrid se examina ante el vértigo del Liverpool

El Madrid y el Liverpool viajaron a París el pasado mayo en busca de la gloria y siete meses después vuelven a encontrarse en Anfield, este martes en la ida de los octavos (21.00, Movistar Liga de Campeones), empujados más por la necesidad dada la situación en sus respectivas ligas. Sobre todo los ingleses, que en la Premier ya solo pueden aspirar, y gracias, a los puestos Champions (les separan siete puntos). En España, la velocidad de crucero del Barcelona mantiene a raya, y todavía lejos (ocho puntos), a los blancos.

La enfermería tampoco ayuda a ambos. Ancelotti no pudo viajar con Tchouameni y Kroos, aquejados por sendos virus, según informó el club. Al alemán lo golpeó tan fuerte una gastroenteritis que lo ha dejado toda la semana fuera de circulación, y con el francés no se quieren correr riesgos de contagio, según las explicaciones oficiales para los dos casos. Así que la cacareada transición en el medio, más real hasta la fecha en las jornadas de entreguerras que en las fiestas de guardar, pide pista en el santuario red. Camavinga y Ceballos, dos de los jugadores más en forma, reclaman su turno. “Esta es una transición forzada que no queríamos”, admitió este lunes Carlo Ancelotti respecto a los cambios obligados que deberá hacer en Liverpool. A Benzema, de vuelta de otro parón, sí se le espera arriba junto a la percusión infinita de Vinicius. “Un gusto verlo en estos momentos”, indicó Carletto sobre el brasileño.

En la otra orilla, Jürgen Klopp, que acaba de recuperar a Van Dijk y Firmino, no puede contar con Luis Díaz ni Thiago, y tiene la duda de Darwin Núñez. “Depende de lo que pueda aguantar el dolor”, comentó el técnico alemán del uruguayo, el segundo fichaje más caro de la historia del club (80 millones, tras los 84 de Van Dijk), cuyo rendimiento no ha satisfecho a nadie.

La jornada sitúa al Madrid ante el vértigo de un Liverpool, eliminado también de sus dos copas (FA Cup y Carabao), que maneja la última bala para aspirar a más cosas que sacar la nota mínima con la clasificación Champions. Pese a sus dos últimas victorias (Everton y Newcastle), su temporada ha sido hasta ahora una calamidad y el escaparate continental le ofrece el último (y gran) tiro, empujado para empezar por una hinchada que jamás conjuga el verbo rendir. Esta será solo la cuarta vez que el Madrid visite en su historia el templo red, y la última, en la vuelta de los cuartos de la 2020-21, fue sin público (0-0).

“Ahora nos parecemos más a nosotros mismos. Tenemos que jugar dos partidos perfectos. De lo contrario, no tenemos posibilidades. El Madrid, aunque no alcance su mejor nivel, todavía tendrá su oportunidad. En la dificultad, saben que disfrutarán de sus opciones. No entran en pánico”, valoró el entrenador germano, que añadió que en la final de París no arriesgaron “lo suficiente” porque tenían miedo de las contras del Madrid. Una idea que, corregida en estos octavos, agitaría todavía más la reedición de la última final.

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