Australia, uno de los mayores retos del tenis
Melbourne no es el mejor termómetro de la temporada, pero sirve para marcar mentalmente al vestuario
Hay momentos para los que nunca se está preparado. Son imposibles de entrenar por muchas ocasiones que los hayamos vivido. Iniciar una temporada en el circuito siempre conserva esa ilusión de las primeras veces, es una reválida personal que se afronta con ambición pero también con respeto. Tras unas semanas alejados de la competición, con las sensaciones de competición en pausa, el tenista aparece en uno de sus estados más vulnerables, el que le obliga a reencontrarse de inmediato en el circuito.
Australia es uno de los mayores retos que existen en el deporte. Afrontar con garantías este torneo implica una dureza mental fuera de toda duda. En mi primera participación logré alcanzar los cuartos de final, toda una anomalía que no repetiría hasta la madurez, siendo el techo de mi carrera en el torneo. Las condiciones son duras, los rivales llegan algo desajustados pero también frescos, y abrirse paso requiere una dosis de concentración a la altura de pocos torneos.
La edición de 2023 promete ser espectacular. Novak Djokovic regresa al lugar más especial de su carrera y, probablemente, al más rocambolesco. Tras su experiencia del año anterior, siéndole negada la entrada al país y custodiado por las autoridades hasta su expulsión definitiva, el serbio quiere dejar atrás un episodio para olvidar. Ha empezado como mejor sabe hacerlo: ganando el torneo de Adelaida y sumando ya más de 30 partidos consecutivos siendo intocable en suelo aussie.
¿Cómo va a reaccionar el público de Melbourne? ¿Qué nivel veremos en su torneo predilecto? El tiempo nos dará una respuesta en su búsqueda por el 10º título en el primer grande del año. En Australia ha levantado la autoridad histórica que más se asemeja a la de Rafa Nadal en Roland Garros, y ha demostrado saber sufrir como ningún compañero del vestuario. Si ante la adversidad hay figuras que se crecen, la de Novak afronta una redención en Melbourne.
En su carrera histórica por la grandeza, Djokovic intentará igualar el récord de 22 títulos individuales de Nadal en los Grand Slam. Esta persecución entre titanes del deporte, que han convertido en común lo extraordinario, debe ser un motivo de admiración para todos los amantes del circuito.
Rafa afronta un escenario repleto de interés. Es el vigente campeón, partirá como principal cabeza de serie y buscará tomar velocidad en un inicio de temporada a sus 36 años. Aunque no haya logrado una línea ganadora reciente (seis derrotas en siete partidos) su hambre siempre estará en la pista. Si hay un 1% de posibilidades, morirá por hacerlo suficiente. En este deporte, eso gana más partidos de lo que pensamos. En una carrera con todo probado, la inclusión de un nuevo miembro en su equipo, Gustavo Marcaccio, demuestra cómo la voluntad de mejora siempre se mantiene en su espíritu.
La ausencia de Carlos Alcaraz es un golpe para los aficionados, privados por momentos de su tenis desde que ganase el US Open el pasado mes de septiembre. El murciano, que sería destronado del número uno de la ATP si Djokovic consigue el título, será la principal figura ausente en el primer gran evento de la temporada. Las lesiones son parte del deporte, perderse un Slam pone a prueba el amor por la competición, y una experiencia que bien canalizada puede ayudarte a crecer como atleta.
En un circuito que no espera por nadie, las futuras generaciones lucharán por destronarlos a los dos. Hay jugadores de futuro que ya están sobre la mesa: Holger Rune, Jannik Sinner o Felix Auger-Aliassime amplían un abanico de candidatos que llegan pidiendo paso.
Australia no es el mejor termómetro de la temporada, pero sirve para marcar mentalmente al vestuario. Nos vamos a divertir en la edición de este año.
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