El Kosmos de Piqué, de la Copa Davis a la Supercopa y el Barcelona

A Piqué siempre le ha gustado ser arte y parte, también en el fútbol, jugador y empresario al mismo tiempo, una asociación que a juicio de muchos aficionados supone “pasarse de listo”, acostumbrados como estaban a que las estrellas invirtieran en negocios como las inmobiliarias o la gastronomía, millonarios como son los que forman parte de clubes como el Barça. A fin de cuentas, el defensa azulgrana siempre se rigió por un lema que escuchó del empresario Warren Buffett: “Nunca inviertas en un negocio que no puedes entender, pero ve hasta el final en lo que creas”. Un mensaje propio de un gurú de Wall Street.

Así que para empezar compró un restaurante, una compañía de bebidas isotónicas, otra de gafas de sol y una empresa de videojuegos, inversiones hasta cierto punto convencionales para un personaje que “quería dejar huella”, según cuentan desde la familia, circunstancia que ha conseguido desde que invirtió en el deporte después de constituir en 2017 Kosmos. Al arranque de la empresa ayudaron millonarios como el japonés Hiroshi Mikitani, CEO de Rakuten y patrocinador del FC Barcelona desde 2017 hasta junio de 2022.

Kosmos se convirtió en una agencia de intermediación y comunicación, creó la Copa Davis actual e intervino en contratos como el firmado por la Federación Española y Arabia Saudí para la disputa de la Supercopa. El importe total de la operación se estimó en unos 24 millones: cuatro por seis años. Ni Piqué ni Luis Rubiales, presidente de la Federación, advirtieron entonces un conflicto de intereses en un torneo que afectaba al equipo del jugador —el Barça— y al sueldo del mandatario, convencidos ambos de su legalidad y de los beneficios que suponían para el fútbol español y para el Barcelona y el Real Madrid.

La empresa es una sociedad limitada, radicada en España, con diferentes inversores y áreas en las que no siempre el máximo accionista es Piqué. A petición precisamente de los accionistas, ha habido un secretismo absoluto sobre sus cuentas, hasta el punto de que en el Registro Mercantil solo salía hasta hace poco el informe de 2018, cuando su plantilla era de seis personas y las pérdidas acumuladas ascendían a 1,8 millones de euros. Los trabajadores fijos son unos 70 y se esperaban beneficios para 2022. Las expectativas afectan al entretenimiento y al deporte, si se tiene en cuenta que el Andorra, actual equipo de Segunda División, es propiedad también de Kosmos.

El ascendente de Piqué y su agenda de contactos provocó que la compañía focalizara sus intereses en el deporte y el entretenimiento para intentar competir con Otagon, IMG o Mediapro. La producción se inició con el documental La Decisión, protagonizado por Antoine Griezmann, y siguió con Matchday, que versa sobre el día a día durante una temporada de los jugadores del FC Barcelona. También se han producido programas sobre la Copa Davis 2019; KIO, el equipo de eSports; y se gestionan los derechos en blockchain sobre las leyendas del fútbol de NFT, cromos virtuales de jugadores como Maradona o Platini.

Kosmos consiguió igualmente un patrocinador para la Champions femenina y gestiona los derechos de la Ligue 1, el campeonato francés, así como los de la Liga para algunos países después de adquirir los de la pasada Copa América, que se emitió por el canal de Ibai Llanos. La cartera se amplía con el tiempo y para el recuerdo quedan producciones propias como el Mundial de Globos. La amistad de Piqué con el japonés Mikitani le permitió mediar además para que Rakuten se convirtiera en el patrocinador del Barça durante el mandato del presidente Josep Maria Bartomeu, el mismo que le firmó uno de los mejores contratos de la Liga.

El futbolista, que finalmente pasó a formar parte del grupo de capitanes del equipo, ha tenido sus más y sus menos con sus compañeros después de negociar de forma individual sus contratos con el Barça desde la covid-19. Incluso se distanció de Messi y se aplicó en la gestión del Andorra, que fue comprado por Kosmos en Primera Catalana, subió a Tercera y, sin competir, ascendió por la renuncia del Reus. La plaza le costó 460.000 euros a la empresa de Piqué, quien entiende el deporte también como un negocio y considera que su condición de jugador azulgrana y dueño del Andorra no ha sido ningún impedimento, por más que se le acusara de buscar tratos de favor, como pudo ser la petición de ser olímpico por España. Algunos catalanes le han reprochado precisamente sus vínculos con Madrid y la Copa Davis después de declararse nacionalista y llorar porque el Barça no suspendiera el 1 de octubre de 2017 el partido con Las Palmas.

Jugador de póker, hiperactivo y con un coeficiente intelectual muy alto —su padre lo cifró en 170—, Piqué es un pionero convencido de que la vida es demasiado corta como para lamentarse y, por tanto, se impone arriesgar y buscar los límites, en el campo y en los negocios: si su empresa firmó un acuerdo en 2019 para explotar la Copa Davis durante 25 años por unos 2.600 millones no puso tampoco reparos en cerrar negocios como una hamburguesería o Kerad Games, una empresa de videojuegos fundada en 2022. No entiende el jugador-empresario cómo hay quien se pueda escandalizar por la gestión del pack Piqué.

A Piqué, que se lleva muy bien con las redes sociales, los programas alternativos y tiene excelentes complicidades con los periodistas más mediáticos sin olvidarse de llamar por su nombre a cuantos se ocupan de la actualidad deportiva, le sorprendió que la gente se asombrara por pedir a Rubiales un mejor grupo para el Andorra, una convocatoria para la selección olímpica o preguntara por una posible mediación del rey emérito en el contrato con Arabia Saudí. Los favores pedidos y sabidos, al fin y al cabo, no se han visto correspondidos para quién se ganó una jerarquía en el FC Barcelona.

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