De la Champions de Milán a la eliminación con el Leverkusen: los penaltis, la cruz de Simeone

Los penaltis escriben las páginas más negras de era de Diego Pablo Simeone en el Atlético de Madrid. El error de Yannick Carrasco ante el Leverkusen que privó a los rojiblancos de poder defender su clasificación para los octavos de final en Oporto fue el último episodio de esa historia fatídica. La pérdida de la final de Milán en 2016 en la tanda ya estuvo precedida por un error de Griezmann en el ecuador del segundo tiempo que hubiera supuesto el empate que luego lograría Carrasco. El propio atacante francés falló en Brujas, con el mismo tipo de lanzamiento, duro y al centro, que se estrelló en el larguero, impidió que los rojiblancos pudieran estrechar la ventaja de 2-0 del campeón belga y agobiarle más en los minutos finales.

El miércoles, de los tres lanzadores principales que tiene el Atlético, dos estaban en el campo. Carrasco y Griezmann, ya que Morata estaba en el banquillo. El belga tiene un porcentaje de aciertos del 80% en su carrera (16 anotados y cuatro fallados) y había convertido sus 12 últimos, diez en la liga China y los dos que había lanzado como jugador rojiblanco la temporada pasada. Uno de ellos, ante el Espanyol, en las mismas circunstancias que ante el Leverkusen, con el tiempo acabado y la posibilidad de dar la victoria a su equipo. Lo lanzó a la derecha de Diego López, pero más centrado que ajustado y entró. El golpeo el miércoles ante Hradecki fue similar a la otra pena máxima que le marcó al Real Madrid, también el curso pasado. A la izquierda, pero sin ajustarlo. Al meta alemán no se le dan mal los penaltis. Con el del miércoles ha parado 17 de 40 en su carrera, uno de cada tres. Ayer le adivinó la intención a Carrasco porque no se venció antes de tiempo.

Simeone explicó que el cansancio de Griezmann y el convencimiento de Carrasco, que agarró el balón incluso antes de que el colegiado revisara en la pantalla la jugada, fue determinante para que el belga asumiera la responsabilidad y ningún compañero se lo discutiera, algo que se da con bastante frecuencia. Con las estadísticas en la mano, la elección no fue incorrecta. Griezmann, además de su agotamiento, venía de fallar el citado penalti en Brujas y sus números no son los de un buen especialista, ha lanzado 30 y ha fallado 11 desde que es profesional, apenas un 63% de acierto. En el campo también estaba João Félix, que ha marcado tres de los cuatro que ha lanzado en sus cuatro años en el club. Con Carrasco ya con el balón entre sus manos, el portugués se acercó al belga y se tocó el pecho, como solicitándole el lanzamiento, pero el belga no accedió.

Las estadísticas también dicen que los penaltis fallados forman parte de la etapa de Simeone como una suerte que bajo su dirección no ha sido muy certera. De los 93 penaltis que le han señalado al Atlético desde su llegada en diciembre de 2011, sus jugadores han fallado 28, rebajando el porcentaje de aciertos hasta el 70%. En ese sentido, la temporada 16-17 fue un calvario, al solo terminar en gol seis de los 14 ejecutados (43%). Simeone no es muy partidario de practicar los penaltis en los entrenamientos. Defiende que el contexto no tiene nada que ver con el de los partidos. “Es difícil de explicar, un penalti es una ejecución individual. No es mala suerte. No sirve de mucho practicar en los entrenamientos porque luego vas al estadio, las pulsaciones son altas, la grada llena, la presión... Las condiciones no tienen nada que ver”, dijo en medio de una racha negativa de penas máximas falladas. Según datos de Opta, desde la temporada 14-15, los diez mejores equipos más certeros desde el punto de penalti tienen un porcentaje de acierto que va desde el 85% del Real Madrid al 79% de Athletic, Celta y Granada.

La historia de la Liga también guarda un lugar para el Atlético en su relación con los penaltis. Es el equipo que más ha fallado, 139 de 485.

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