Schröder, el líder de Alemania es agente libre

Dennis Schröder cumplió este jueves 29 años en un momento definitivo de su carrera deportiva. El base de Alemania comanda a los anfitriones después de un pasado marcado por su peculiar personalidad y con un futuro incierto. El mejor jugador de la selección germana, uno de los directores de juego más destacados del Eurobasket, está sin equipo. No es seguramente por falta de ofertas, sino que Schröder es hoy agente libre en la NBA después de terminar su vínculo con los Houston Rockets. “Yo estoy centrado en hacer mi trabajo en el Europeo, y mi agente está centrado en hacer el suyo”, explica el base.

Su trabajo en Berlín consiste básicamente en hacer que Alemania se cuelgue el oro este domingo, un reto cuya primera parada es la semifinal contra España (20.30, Telecinco). La cuenta pendiente es larga para la selección teutona, que no besa una medalla desde el bronce mundial de 2002 y la plata europea de 2005, ambas con Dirk Nowitzki como tanque (el único primer puesto en un podio fue en el Eurobasket de 1993). El pívot ya retirado observa ahora desde su palco del Mercedes Benz Arena el corretear de sus compatriotas. Cuando baja la mirada hacia la pista, lo más habitual es que vea a Schröder volando hacia el aro con el balón o mareando a rivales con su acelerado movimiento de brazos y piernas. Son frecuentes sus latigazos, arrancadas de pura velocidad para penetrar en la zona rival y anotar o asistir. Esos cambios drásticos de ritmo supondrán esta noche otro desafío para Lorenzo Brown, uno de los que discute al alemán el puesto titular en el cinco ideal del campeonato. A esa tarea de frenado sumará Scariolo a un especialista defensivo, Alberto Díaz. El base del Unicaja Málaga fue llamado a última hora por la baja de Llull y ha resultado determinante por su trabajo de destrucción, coronado por varias faltas personales provocadas en ataque (Sengun, Sabonis) en los minutos finales de partidos apretados. También porque su alineación ha permitido situar a Brown como escolta y liberarlo para la creación ofensiva. Un dos contra uno frente al velocista de Alemania.

En cuartos contra la Grecia del gigante Antetokounmpo y del cerebral Calathes, Schröder metió el turbo con 26 puntos y ocho asistencias, un paso por delante de su media en el torneo: 20,2 y 7,2 pases (Brown está una décima arriba en este apartado, 7,3). “Dennis es nuestro líder dentro y fuera de la pista, en todos los aspectos”, expresa su compañero Voigtmann. Aunque no siempre fue así. Acostumbrado a ser el centro de atención, el ego de la estrella dinamitó más de una vez la paz en la concentración de Alemania. Por ejemplo cuando alojó a su familia y algunos amigos en el hotel de la selección durante el Europeo de 2017 (perdieron en cuartos), o cuando se incorporó más tarde a la preparación del Mundial 2019 (cayeron en la fase previa y terminaron en el 18º puesto). “Estoy hecho para las críticas”, aseguró él.

El seleccionador Gordon Herbert se encontraba en la encrucijada cuando se reunió con Schröder antes del Eurobasket. Del cónclave de dos horas surgió una decisión arriesgada: el base sería el líder en el torneo en el que Alemania se jugaba el prestigio. La apuesta, por ahora, le ha salido bien al técnico. Schröder marca el ritmo en la pista y busca las mejores posiciones de sus compañeros, es un martirio en el uno contra uno y arrima el hombro en defensa. Su liderazgo no está cuestionado. “No tenemos que escondernos de nadie en Europa. Tenemos mucha calidad”, sostiene Schröder, secundado por el alero Wagner, de los Orland Magic (un 51% de acierto en triples) y el pívot Theis (Pacers), que ante Grecia capturó 16 rebotes.

Schröder confía en vestirse de oro para elevar su cotización en la NBA después de enrolarse en Atlanta, Oklahoma, Lakers, Celtics y Houston. A un mes del inicio de la temporada, espera barajar más de una oferta. Mientras, cuando acaba los partidos acude a la zona de la grada donde están su madres (es de Gambia), su mujer y sus dos hijos, con los que comparte algún rato en los entrenamientos, una especie de calma antes de la tormenta.

Cruces de la fase final del Eurobasket.

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