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Los demonios condenan de nuevo a Kyrgios

El australiano vuelve a las andadas y paga una desconexión inexplicable ante Khachanov, que se estrenará ante Ruud en las semifinales de un gran torneo

El tenista, Nick Kyrgios, rompe su raqueta tras caer ante Khachanov en el US Open de 2022.Foto: reuters | Vídeo: EPV
Alejandro Ciriza

Mientras Kharen Khachanov saluda de manera protocolaria a la grada que previamente le ha negado su apoyo, las esquirlas de grafito saltan por los aires y se esparcen por la pista. Nick Kyrgios, colérico, destroza la primera raqueta y no conforme, descarga contra el suelo una segunda de forma violenta. El australiano acaba de perder (7-5, 4-6, 7-5, 6-7, 6-4, en 3h 39m) y quedarse, por tanto, a las puertas de las semifinales de Nueva York, donde se esperaba mucho de él y la historia, su particular historia, termina como casi siempre: de mala manera.

Antes, durante el duelo, ya había dejado un par de anticipos, al estrellar en dos ocasiones la herramienta contra el cemento; lo ha hecho, eso sí, de manera calculada, lanzándola de forma plana para que no rebote y pueda generar un desaguisado, evitando así la sanción. Después de un par de meses relativamente corregido, con sus excentricidades pero mucho más comedido, han vuelto los malos modos y el cortocircuito de siempre. Sin explicación alguna, el australiano (27 años y 25º del mundo) ha tirado por la borda el trabajo previo de estas dos semanas y ha regalado dos sets a Khachanov, agradecido y semifinalista.

Es la primera vez que el ruso accede a la penúltima estación de un grande. Él cumple. Sencillamente, pelotea y las mete dentro a la espera de que se encienda la mecha del rival, que cuando vienen mal dadas suele salir huyendo. Vuelve a hacerlo Kyrgios, al que de repente le duele la pierna izquierda (“¡No puedo andar!”), se le funden los plomos y desconecta. Se vuelve una y otra vez contra su box.

Whyyyyy? Whyyyyy?¿Por qué? ¿Por qué?”.

Es el tenista que más triunfos (26) ha registrado desde que el 6 de junio arrancase la fase veraniega. Había alcanzado la final de Wimbledon –que perdió contra Novak Djokovic– y había derrotado dos veces al número uno saliente, el ruso Daniil Medvedev (en Montreal y los octavos de Flushing Meadows). Sin embargo, paga de nuevo su mala cabeza y el feo broche a la velada contrasta con el modélico reenganche a la causa de Khachanov, que llevaba un tiempo despistado –llegó a ser número ocho hace tres años, el ruso con mejor ranking– y recupera vuelo en una pista que se le da bien y le gusta, pese a que el público haya estado de parte del australiano.

“Lo he logrado, lo he conseguido chicos. Ahora me estáis dando algo de cariño, gracias, os lo agradezco…”, dice con ironía, sabiendo ya que se medirá el viernes con el noruego Casper Ruud, que en el turno vespertino ha batido al italiano Matteo Berrettini (6-1, 6-4, 7-6(4).

“Estoy devastado”, retrata Kyrgios ante los periodistas en una comparecencia breve, bien entrada ya la madrugada en Nueva York. “Pero todo el mérito es de Karen. Es un luchador, un guerrero. Y ha sacado muy bien hoy. Siento que he fallado a este torneo”, continúa. “Obviamente, he jugado mucho al tenis durante los dos últimos meses [34 partidos, frente a los 14 del resto de la temporada]. ¿La rodilla? Al final me sentía bien, no tiene importancia; solo estaba mentalmente perturbado. ¿El calendario? Sinceramente, creo que más allá de los Grand Slams, el resto de los torneos son una pérdida de tiempo”.

Y remata, dejando entrever que la responsabilidad y la presión pueden con él: “Me siento como una mierda. Ahora tengo que esperar hasta Australia (enero). Es simplemente devastador, desgarrador; no solo para todos aquellos que quieren que gane”.

EL AUGE SIN FRENO DE CAROLINE GARCIA

A. C. | Nueva York

No hay jugadora ahora mismo en mejor estado de forma que Caroline Garcia en el circuito femenino. La francesa, de 28 años y 17ª del mundo, suma y sigue en Nueva York, donde ya pista las semifinales y se convirtió este martes en la tercera representante gala en conseguir llegar tan lejos desde los casos de Mary Pierce (finalista en 2005) y Amèlie Mauresmo (semifinalista en las ediciones de 2002 y 2006).

Garcia apeó del grande neoyorquino a la favorita de la grada, la local Coco Gauff. El 6-3 y 6-4 que figuró en el electrónico al cierre del partido supuso la 31ª victoria de la gala desde que comenzara la gira veraniega sobre hierba –más que ninguna otra jugadora– y la cita en la penúltima ronda con la tunecina Ons Jabeur.

La africana, una de las sensaciones del año y finalista en Wimbledon, derrotó a la australiana Ajla Tomljanovic (6-4 y 7-6(4) y se convirtió en la primera representante de su continente en la Era Abierta (a partir de 1968) que avanza tanto en las pistas de Flushing Meadows.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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