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Griezmann, el extraño suplente

El delantero francés aún no ha sido titular en la Liga, sujeto a un contrato que obliga al Atlético a pagar al Barça 40 millones si el francés juega un número determinado de partidos

Antoine Griezmann, al término del partido de Liga en Primera División ante el Villarreal (0-2) disputado el pasado domingo en el Civitas Metropolitano.
Antoine Griezmann, al término del partido de Liga en Primera División ante el Villarreal (0-2) disputado el pasado domingo en el Civitas Metropolitano.Mariscal (EFE)
Ladislao J. Moñino

A punto de cumplirse un año de su regreso al Atlético de Madrid, Antoine Griezmann ha sido suplente en los dos primeros partidos de Liga. El delantero francés vive envuelto en una situación incómoda por las condiciones en las que se pactó su retorno con el Barcelona, aún propietario de sus derechos federativos. Los dos años de cesión acordados por los clubes, uno más uno, incluían una cláusula de recompra obligatoria para los rojiblancos por 40 millones de euros si jugaba 45 minutos en el 50% de los partidos en los que estuviera disponible. Solo aplicando la contabilidad del curso pasado, Griezmann fue utilizado en 30 de los 37 partidos en los que estuvo a disposición de Simeone, un 80% del cupo.

El problema es que el Atlético ve ahora contraproducente para sus cuentas abonar la cifra de compra acordada. Extrapolando los datos de la temporada anterior, la entidad colchonera deberá quedarse al jugador en propiedad si es utilizado, acorde con los requisitos firmados, en los próximos siete partidos. La dirigencia rojiblanca se afana estos días en intentar rebajar el precio que debería pagar al Barça.

El asunto todavía puede emponzoñarse más si las posturas se mantienen firmes entre los clubes. Si Joan Laporta no accede a la rebaja y Miguel Ángel Gil Marín da la orden a Simeone de no alinear al jugador, o de hacerlo de tal manera que nunca cumpla los requisitos para su compra, el club azulgrana se verá en el problema de tener que asumir de nuevo su ficha la temporada que viene. Sin embargo, el Atlético tampoco quedará exento de turbulencias internas si opta por esa maniobra por lo que supone el jugador para su entrenador y porque la autoridad de este quedaría en entredicho.

No hay mayor defensor interno y externo de Griezmann que Simeone. La devoción que siente por su pupilo francés ha sido palmaria cada vez que ha sido cuestionado por la posibilidad de que su jugador fetiche saliera en este final del mercado veraniego. “Ojalá siga con nosotros. Todos sabemos lo que le aprecio y lo que le quiero, lo importante que es para el equipo y para el club”, defendió el preparador argentino recientemente. La situación está poniendo contra la pared al técnico porque la única manera de sostener sus alegatos sobre la trascendencia de Griezmann es alineándole en concordancia con los elogios que le dedica ante la prensa. El jugador también está empeñado en mostrar todo su potencial y no quiere moverse del Atlético, al que volvió movido por sus sentimientos, solo aceptaba salir del Barça para volver a vestir de rojiblanco, y el empeño de Simeone.

Uno y otro terminaron la temporada pasada conscientes de que no había sido un buen año, también marcado por una lesión muscular con recaída que afectó al jugador psicológicamente por no haber pasado nunca por ese trance. Las decisivas actuaciones en Champions ante el Oporto y el Manchester United supieron a poco. Sus números lo corroboran: ocho goles y siete asistencias.

Simeone confiaba y confía en recuperar la mejor versión del que considera que ha sido el futbolista que más y mejor ha modelado. Para ello, Griezmann asumió un plan de trabajo en vacaciones que incluía madrugones para acudir a entrenarse a las instalaciones del Ibiza. Afilado y con chispa, como ha mostrado en lo que se le ha podido ver, en la cabeza de Simeone para esta temporada estaba la dupla ofensiva JoãoFélix-Griezmann.

Cambio de posición

El inesperado retorno de Álvaro Morata y su también sorprendente asalto a la titularidad le han cambiado el paso al Cholo. Tanto que le comunicó al francés que ante la alta competencia que además añaden Correa y Cunha a la delantera, lo mejor sería retrasar su posición para jugar como interior izquierdo. “Es muy completo, conoce lo que queremos y ya el año pasado jugó en esa función de interior izquierdo en algunas fases de los partidos. Lo vemos adaptable, porque tiene visión de juego y nos permite jugar con un jugador más ofensivo en mitad de cancha hacia adelante”, ha explicado Simeone. Con Francia, y también en su primera etapa en el Atlético, se ha podido verle bajando al centro del campo a imponer el tempo de partidos o a tratar de resolverlos como filtrador de últimos pases.

Con la decisión de retrarsarle, Griezmann ha entrado en competencia directa con su compatriota Lemar, titular en el estreno ante el Getafe y también la segunda jornada ante el Villarreal. Esa segunda suplencia consecutiva ya llamó mucho la atención porque se trataba del clásico partido en el que Simeone apela a la jerarquía. Y a sus ojos, nadie tiene más que el atacante galo, campeón del mundo con Francia y un fuerte carácter competitivo.

La situación comenzó a enrarecerse internamente desde que la Juventus decidió no ejercer la opción de compra por Morata, lo que ha derivado en tensiones de tesorería, acrecentadas también con la vuelta de Saúl. En julio, el Atlético ejerció el derecho al segundo año de cesión e inscribió a Griezmann en LaLiga, pero este, que no ha recibido un mensaje directo del club para comunicarle que no cuenta con él, no es ajeno a las filtraciones de que su salida nunca ha sido vista con malos ojos en los despachos, ante la posibilidad de tener que abonar al Barcelona los citados 40 millones de euros. Lo que sí escuchó Griezmann durante una reciente reunión con la propiedad rojiblanca es una petición para rebajarse el sueldo, ahora por encima de los diez millones de euros netos. La petición del club no ha sido ejecutada, aunque no se descarta que quede plasmada en el nuevo contrato que tendrá que hacerle el Atlético para que el francés no quede libre el próximo 30 de junio, si finalmente tiene que adquirirlo en propiedad.

El lunes el Atlético juega en Mestalla y una tercera suplencia de Griezmann incrementaría las sospechas sobre ellas. El 1 de septiembre se cierra el mercado de fichajes. Y ese es un hito que también marcará si las necesidades económicas del club pueden condicionar las decisiones deportivas del entrenador.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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