Todos contra el Bayern en Alemania
La Bundesliga ofrece pocas alternativas para impedir que el cuadro muniqués gane su undécimo campeonato seguido
El campeón de la Bundesliga no alza un trofeo al uso; levanta un cuenco o ensaladera en el que se graban los nombres de todos los ganadores. Lejos de frugalidades, las diez últimas las levantó el Bayern, un carpanta que había necesitado 20 años para llevarse las diez anteriores. Ya con esas credenciales se le consideraba el gran tirano del fútbol alemán.
Este viernes comienza la carrera por el undécimo título consecutivo con una visita al Eintracht, el campeón de la Europa League que enfoca al duelo de la Supercopa continental contra el Real Madrid. “Algún día se romperá el dominio, no tiene por qué ser esta temporada, pero quizás en tres años. En todo caso, depende de cada club. No se puede formar un cártel contra el Bayern”, advierte Hans-Joachim Watzke, director general del Borussia Dortmund y presidente del Consejo de Supervisión de la Liga Alemana de Fútbol. Su equipo ha sido subcampeón seis veces en el último decenio y suya fue la ensaladera las dos últimas veces que el Bayern no ganó, en 2011 y 2012. Hummels, Perisic, Götze y Lewandowski jugaban en aquel equipo. Todos pasaron después por Múnich.
Watzke observa varios detalles que distancian al Bayern de sus competidores. El más evidente tiene que ver con el potencial económico. El Bayern invierte en salarios en torno a 330 millones de euros anuales, el doble que el Borussia. La competición comienza cada año con una seria distorsión, así que la imaginación se dispara en la búsqueda de una impostada igualdad.
Donata Hopfen, directora ejecutiva de la Bundesliga, sugirió que se podría llegar a implantar un modelo de play-off con semifinales y final para dilucidar el campeón entre los cuatro primeros. Curiosamente, el Bayern fue el que mejor asumió esa posible novedad. Al menos así lo expresó Oliver Kahn, CEO del club. Aunque el presidente de honor, Uli Hoeness, se apuró a calificar la idea de “ridícula”.
En realidad, el pluricampeón está a otra cosa. “En Alemania nos estamos quedando atrás respecto a los grandes clubes europeos. Necesitamos más equipos a más alto nivel en la Champions”, alerta Kahn. Con todo, en Múnich les gusta cultivar una imagen de moderación y se han cuidado de anunciar que no pagarán salarios superiores a los 20 millones anuales. Mané, Neuer, Kimmich y Müller se quedan al borde de ese límite.
El triunfo del Eintracht en la Europa League ha alimentado varios debates con el foco sobre el dinero. Por ejemplo, el de si es preciso suprimir la regla del 50+1 (51%) en la propiedad que, en teoría, impide que la mayoría accionarial de los clubes deje de ser colectiva. Watzke advierte que eso no cambiará a corto plazo. “Es algo muy arraigado”, matiza. Pero en el Bayern creen que la limitación impide que crezca el nivel del campeonato, por más que adviertan que ellos no solo no se abrirán a un inversor mayoritario, sino que incluso el 51% lo llevan hasta el 75% de capitalismo popular. Apenas el 25% restante de la propiedad del gigante muniqués se reparte a partes iguales entre Adidas, Audi y Allianz. La compañía aseguradora fue la última en llegar, en 2014, y pagó 110 millones de euros por el 8,33% de las acciones del club.
“Sería bueno para nosotros si tuviéramos cuatro o cinco equipos que pudieran disputar el título”, explica Hansi Flick, el seleccionador y predecesor de Julian Nagelsmann al frente del banquillo del Bayern. El campeón se ha retocado con Sadio Mané en el puesto que ocupaba Lewandowski —en una operación en la que compró al delantero del Liverpool por la mitad de lo ingresado por el polaco— y ha invertido 115 millones de euros en tres jóvenes: el central De Ligt; el centrocampista Gravenberch; y el delantero Mathys Tal, que se cotiza en más millones (20) que años tiene (17). “Han fichado muy bien. Nadie junta tanta calidad en Alemania”, resumió el exjugador Lothar Matthäus, que no siempre tiene opiniones amables, tras la victoria en la Supercopa doméstica el pasado fin de semana en Leipzig (3-5).
Unos pasos por detrás
También el cuadro del este de Alemania parece estar varios pasos por detrás, por más que fuese el mejor equipo en la segunda vuelta del pasado campeonato, lograse su primer título al ganar la Copa y retuviese a su estrella Nkunku, elegido por delante de Lewandowski y Haaland como mejor futbolista del año tanto por el colectivo de futbolistas como por un panel de más de 700 periodistas. El atacante francés cerró la campaña con 32 goles y 20 asistencias en 51 partidos.
La renovación de Nkunku le cerró el camino de Leipzig a Karim Adeyemi, un delantero de la factoría Red Bull que firmó 19 tantos en la Bundesliga austriaca con el Salzburgo. Se fue, a cambio de 30 millones de euros, hacia Dortmund, donde iba a alternar con Sebastian Haller, el delantero procedente del Ajax llamado a opacar la marcha de Haaland. Pero un tumor testicular le obligará a realizar un tratamiento de quimioterapia durante los próximos meses.
En el Borussia laten varios proyectos, como Bellingham, Kamara, Moukoko o el propio Adeyemi. Ninguno de ellos pasa de los 20 años, así que tampoco parece prudente exigirles la madurez precisa para romper en el corto plazo el dominio del Bayern, que también se beneficia de la atonía de la mayor parte de sus históricos antagonistas.
Un repaso al elenco de los 12 clubes que ganaron la Liga al menos una vez, revela que cinco de ellos juegan en Segunda o Tercera División (Hamburgo, Kaiserslautern, Eintracht Braunschweiger, Nurenberg y 1860 Múnich) y tres más se recomponen tras regresar en los últimos tiempos a la máxima categoría: Stuttgart. Colonia y Werder Bremen, que acaba de ascender de la mano de otro clásico, el Schalke 04. Mientras tanto, modestos sin músculo económico como Unión Berlín, Friburgo, Mainz o Hoffenheim se consolidan entre los 10 mejores equipos del país. Todos lejos del Bayern.
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