Mapi León: “Se demostró que el fútbol femenino solo había que saber venderlo”

De entrada, no tiene muchas ganas de hablar. Está cansada, siente que repite sus análisis y solo le apetece pensar en el balón. No puede, claro. La selección española se prepara para la Eurocopa 2022 en Inglaterra y María Pilar León, Mapi (Zaragoza, 27 años), es una de sus referentes. Lo es dentro del campo, pero también fuera. Fue la primera jugadora por la que se pagó un traspaso en la Liga y también pionera en el fútbol profesional en España en salir del armario. Con la conversación en marcha, Mapi ya se olvida del reloj. Es divertida, franca y no se esconde. Futbolista, un poco artista -en su tiempo pinta y tatúa-, siempre carismática, Mapi León atiende a EL PAÍS antes del estreno de la Roja este viernes ante Finlandia (18.00, La 1).

Pregunta. ¿Qué hizo en el último Orgullo?

Respuesta. Me quedé descansando. Falta me hacía. No hemos parado, de verdad. Antes de la Euro tuvimos un montón de cosas con marketing y patrocinadores, más las entrevistas y, por supuesto, entrenamientos y gimnasio. Una vez en Inglaterra, ya vives solo por y para la competición. Pero la previa fue bastante ajetreada.

P. ¿Le molesta?

R. No, lo entiendo como parte de mi trabajo. Pero eso no quita que haya terminado muerta. Por eso, no tuve ni tiempo para ir al Pride. ¿Si me hubiese gustado? Por supuesto, pero tampoco soy muy fiestera. De hecho, soy poco fiestera. No hubiese ido por la diversión, sino por lo que representa.

P. Ha luchado mucho por el cambio. ¿Esa lucha está cerca del final?

R. Hay que seguir currando, por supuesto. ¿Pero hablamos de lo futbolístico o de lo no futbolístico?

P. Si quiere, empezamos con lo no futbolístico.

R. Hay puertas que se están abriendo, que, obviamente, en el fútbol femenino se llevan de una manera más natural.

P. ¿Por qué obviamente?

R. Estoy segura de que se lleva de una manera más natural que en el resto de los deportes. Y ni hablemos del masculino.

P. ¿Sus redes sociales son un ejemplo [ha publicado fotos con su pareja, la noruega y jugadora del Barça, Ingrid Engen]?

R. Cuando quizá no estaba tan segura de mi pareja, era una persona reservada con mi vida privada. Pero es que ahora…

P. ¿Está enamorada?

R. [Se ríe]. Cuando te sientes como yo ahora, da igual todo.

P. ¿Se verá en la Euro una imagen como la de Pernille Harder y Magdalena Eriksson en el último Mundial [la capitana de Suecia terminó el partido frente a Canadá en los octavos, se acercó a la grada y le dio un beso, hoy simbólico, a la danesa]?

R. Buena pregunta [se ríe]. A saber…

P. Y en el futbolístico, ¿Cuánto camino queda por recorrer?

R. Queda mucho camino por recorrer. Al final, se van consiguiendo cosas. Pero seguimos estando lejos.

P. ¿Lo dice por lo de la diferencia de dinero en primas que reparte la UEFA en la Euro femenina (16 millones) respecto lo que repartió en la masculina (317)?

R. Para andar, primero hay que gatear y esto todo el mundo lo sabe. Nadie habla de que se tenga que igualar. No estoy diciendo eso. Pero poco a poco tenemos que seguir creciendo y se nos tiene que dar visibilidad. Se tiene que valorar nuestro esfuerzo y lo que genera el fútbol femenino cuando se le da una oportunidad.

P. ¿Por ejemplo?

R. Por ejemplo, cuando se abrió el Camp Nou para nosotras. La primera vez fue la hostia, pero la segunda fue la rehostia.

P. ¿Por qué lo dice?

R. Porqué, al final, siempre estaba la típica frase: “Lo vamos a abrir para el femenino y la gente no vendrá”. Y eso hasta nos hacía dudar de nosotras mismas. Pero cuando lo abrieron por segunda vez se volvió a llenar. Entonces, ya no había más dudas. Se demostró que el fútbol femenino solo había que saber venderlo.

P. ¿Las instituciones miran para otro lado?

R. No lo sé. No soy una experta. No controlo de premios ni de primas. No sé si requiere mucho esfuerzo. Lo que sí creo es que seguramente sea como todo en la vida. Si las personas que más tienen hicieran un mínimo esfuerzo, las que tienen menos tendrían un poquito más. Pero quizá a la persona que genera más no le interesa que eso suceda. Pueden considerar, muy legítimamente, que han trabajado para tener lo que tienen y que se lo merecen.

P. ¿Lo dice por los futbolistas?

R. No lo digo por nadie en particular.

P. La gente que la conoce dice que usted es más noble que chula.

R. Me considero noble porque me gusta ir de cara. Soy con las personas como me gusta que sean conmigo. Y en el campo destaco por la intensidad, pero jamás voy a una jugada con maldad. Nunca voy a dar. A no ser que me hayan dado cuatro seguidas...

P. ¿Se acuerda de la primera convocatoria con España?

R. Creo que fue en el sub-17, ¿queda un poco feo que no me acuerde?

P. No. Hábleme de fútbol. ¿Es una ventaja para España que la base del equipo sea del Barcelona?

R. Una ventaja, sin duda. ¿Por qué podría ser una desventaja? Ya nos conocemos. Hombre, otra cosa sería si en el Barça nos fuese mal y estuviéramos todas en la selección. Entonces, vaya bajón. Pero no es el caso.

P. ¿Y a nivel de gestión de grupo?

R. Bien, muy bien. El Barça es, entre comillas, un poco el referente. Hemos llegado a tres finales de Champions en cuatro años. Cuando hablamos con compañeras de selección nos escuchan y nos valoran. Nosotras tenemos una manera de jugar diferente al resto de equipos y cuando llegamos aquí tenemos que jugar todas a lo mismo. La idea en España es la misma que en el Barça. Entonces, es algo muy bueno.

P. ¿Ahora corre menos en el campo?

R. Le diría que me coloco mejor. Según los datos del GPS, normalmente suelo correr menos que la otra central. No sé por qué. No sé si es que soy vaga o que me coloco súper bien [se ríe].

P. ¿Pero con Paredes en la zaga, la que tiene que romper líneas es usted?

R. Sí, el entrenador me pide que haga excursiones. Pero también sé que soy defensa. Si una central sube, la otra tiene que hacer la guardia o la 6 tiene que cerrar. Yo lo siento de esta manera: la responsabilidad de los goles encajados es en gran parte nuestra.

P. ¿Le divierte más un tackle o un gol?

R. Lo que más me divierte es filtrar pases. Me encanta. También disfruto mucho defendiendo. Tirarme al suelo y llegar al corte, para una central es estar en su salsa. Es maravilloso. Defender es un arte.

P. ¿Es alocado pensar que España puede ganar la Euro?

R. Existe la oportunidad, por supuesto. Pero es muy difícil. Y tiene que quedar claro que es muy difícil. Sé que parece que todas las jugadoras tenemos el mismo guion, pero es la verdad. A nivel de selección absoluta, nosotras no hemos hecho nada todavía. Lo primero que tenemos que hacer, aunque suene a tópico, es pensar en Finlandia. Esa es nuestra realidad. Aunque era una de las más jóvenes, viví la Euro en la que nos eliminó Austria. Y, cuando lo recuerdo, no lo puedo creer. Después nos encontramos contra ellas en varios partidos y les ganamos todos. Pero en la Euro nos eliminaron.

P. ¿También se puede sin Alexia Putellas [se rompió los ligamentos cruzados el pasado martes]?

R. Alexia es top, muy top. No la voy a descubrir yo. Es la mejor jugadora del mundo. Evidentemente, para nosotras, es una baja muy importante, por lo que aporta en el campo y también fuera. Pero ahora tenemos que pensar en seguir adelante y en desearle a Alexia que se recupere bien y rápido.

P. ¿Cómo analiza el grupo de España?

R. Está claro que es el más difícil. Aunque será seguro el más interesante. Con Alemania y Dinamarca nos conocemos más. Ya nos hemos enfrentado. Y, además, entre las jugadoras también nos hemos enfrentado en nuestros clubes.

P. ¿La derrota en la final de Champions del Barcelona ante el Lyon es una alerta para la selección en la Euro?

R. En una Euro cada partido prácticamente es un final. Dentro de lo malo que fue la derrota ante el Lyon, nos sirvió para sacar conclusiones.

P. ¿Cómo cuáles?

R. Que no somos tan buenas.

P. ¿En serio?

R. Si no estamos al 100% o no jugamos como sabemos, no nos vale. Nos pasó en la Champions y nos puede pasar en la Euro. Nos vamos a encontrar con selecciones muy buenas, que cuentan con grandes jugadoras. Tememos que estar en un muy buen nivel. Y, si lo hacemos, podemos salir victoriosas.

P. ¿Si volviera a nacer, sería artista o futbolista?

R. Si volviera a nacer me encantaría volver a ser como soy.

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